martes, 9 de diciembre de 2008

EL CLUB DE LOS MARRANOS... POR MIGUEL CAMÍN



Nosotros somos los marranos
Nos divertimos como enanos
Nosotros somos los cochinos
Nos divertimos como chinos

1. NUNCA HUBO POR LA CIUDAD y sus ciudadanos tanto desdén como el que hoy le expresan desde la cima de su estupidez las autoridades municipales. Las calles estropeadas de basura no son la excepción sino la regla; lámparas ciegas y la proliferación de hoyos sin relleno de concreto son males habituales en el corazón comercial urbano y su periferia. El alcalde y los ediles le han empuercado el rostro a Tuxpan, y el rufián y sus tartufos –lejos de atender la emergencia— se refugián en la apática empresa de los preparativos hacia el primer informe de labores. ¡Qué ramillete de cínicos! ¡Qué manojo de sinvergüerzas!

2. VI A SALVADOR HERNÁNDEZ –a quien llaman El Bote— darle indicaciones a un tipo con una cámara fotográfica. Le tomaba fotos al área en obra negra de lo que será la ampliación del bulevar, en su último tramo. Imagino que las gráficas ilustrarán alguna nota del periódico La Tribuna que circula de nuevo y del cual Salvador Hernández es director. Opino que es infructuosa, a estas alturas, la labor reporteril de Salvador Hernández, aun cuando logre conseguir los pelos de la burra en las manos. Sembró una fama chayotera Salvador Hernández de tal suerte que su prestigio de periodista supera el estado percudido de un lazo de cochino.

3. GERMÁN MARTÍNEZ, PRESIDENTE NACIONAL del PAN, asumió la responsabilidad de las derrotas electorales acaecidas desde que tomó la riendas de su partido. ¡Vaya putiza la que la ha puesto el PRI en todos los rings donde se han encontrado a lo largo y ancho del país! Mencionó Germán Martínez factores adjuntos que serían la explicación de la debacle panista, pero más allá de aquéllos tuvo el valor ante el consejo político nacional del PAN de aceptar la culpa. ¿Qué tuvo Germán Martínez que no han tenido José Mancha y Santiago Lobato, quienes a más de un año siguen empecinados en hablar de elección y fraude de estado en la derrota que les propino el PRI a manos de Juan Ramón Gánem sobre el médico Miguel Alcántar? Huevos. Sin lugar a dudas, a estos dos operadores aldeanos políticos del PAN les ha hecho falta valor para reconocer que la cagaron en su sesuda estrategia de campaña. Basta con que vayan al centro médico, abran la puerta del consultorio del galeno Alcántar y le digan con la mayor franqueza y fajados los pantalones: ¡La Cagamos doc. Le fallamos. No somos tan chingones como creemos serlo!

Miguel Camín

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