Por: Lic. ImeldaTorres Sandoval
Lo que distingue a una cultura de otra indudablemente son sus costumbres. México y Veracruz son pueblos impregnados de tradiciones. Tuxpan no se diga. Ayer presencié las calles de esta todavía hermosa ciudad iluminadas por velitas y colmadas de familias arrastrando carritos de cartón, elaborados con gran ingenio y cariño. Me siento orgullosa de vivir en una ciudad así, donde, a pesar del crecimiento poblacional y del "progreso" Tuxpan se resiste a perder su magia y sus costumbres. Disfruté con mi familia helados y golosinas en el parque. Tuxpan sigue siendo una ciudad segura.
La celebración del Niño perdido es una tradición del norte del Estado, la cual recuerda el pasaje bíblico donde el niño Jesús se extravía en Jerusalem y es encontrado por sus padres a los tres días en el templo de Salomón, luego de haber encendido diversas velas. Ahora se encienden velas para recordar este pasaje, iluminar el camino de Jesús y ayudarle a regresar a casa.
Ojalá pudieramos tambien encender velas cada 7 de diciembre para que nosotros también volvíeramos a casa igual que Jesús, llenos de sabiduría, y con la conciencia que lo mas importante en la vida es tener una familia que se preocupe por tí, que se esfuerce por que a todos sus integrantes no les falte el pan en la mesa, y sobre todo, que no vale la pena alejarse de la familia para darles un un supuesto bienestar material y económico, sea por un día o por meses o años. ¿De que sirven las cosas si no tengo con quien compartirlas? Por eso, si estás lejos de casa, como Jesús, regresa. Ayer se iluminó tu casa con velas. Tu familia te espera.
Hasta la próxima.
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