lunes, 6 de abril de 2009

TIENDA DE RAYA....¿COSMOVISIÓN INDÍGENA O DESARROLLO SUSTENTABLE?

Por: Lic. Imelda Torres Sandoval
Egresada de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM AZC MX).
Abogada postulante en materia agraria.

Es muy común escuchar en el discurso político actual la siguiente afirmación: Desde la Cumbre de Río de Janeiro en 1992, México, junto con otros 177 países, ha adquirido el compromiso de emprender el desarrollo sustentable en el marco de la globalización.

Según nuestra enciclopedia virtual Wikipedia, el término desarrollo sostenible, perdurable o sustentable se aplica al desarrollo socio-económico y fue formalizado por primera vez en el documento conocido como Informe Brundtland (1987), fruto de los trabajos de la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas, creada en la Asamblea de las Naciones Unidas en 1983.
Dicha definición se asumiría en el Principio 3.º de la Declaración de Río (1992), cuya traducción literal es:
Se entiende por desarrollo sostenible...las políticas públicas y acciones sociales orientadas a satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender sus propias necesidades.

A pesar de lo moderno que pareciera el concepto de sustentabilidad, dicha visión fue concebida por el mundo indígena americano mucho antes de que el mundo occidental pudiera siquiera asimilarlo.
Tenemos que Max Weber distinguió las sociedades étnicas de las sociedades occidentales, de la siguiente forma: las sociedades occidentales se caracterizan por una… alta racionalidad, sistema de producción capitalista, desarrollo de ciencia y tecnología, economía y política inseparables, crisis de identidad y crisis espiritual. La racionalidad de la cultura de Occidente, entendida como la máxima ganancia a través de una organización burocrática, ha sido en parte promotora de la sobreexplotación de recursos naturales para que estos sean posteriormente transformados en mercancías procesadas que circulen en el mercado, de modo que sea posible explotar las posibilidades de cambio que ofrezca este para alcanzar un máximo de ganancia económica.
Es decir, nos resultan dos visiones antagónicas de bienestar humano: la visión del progreso occidental y la visión cosmogónica, multicultural, indígena.

Desde el Renacimiento Europeo, se concibió al ser humano como centro del Universo. Todo lo que estuviera alrededor del ser humano era para ser utilizado a su servicio. El Universo era sólo una fuente eterna de la satisfacción de sus necesidades. Por ello, el hombre occidental traduce su bienestar emocional en la satisfacción material de sus necesidades básicas: comer, beber, reproducirse, todo lo satisface tomando de la Naturaleza lo que necesita, sin mayor límite que su propia satisfacción.
Esta idea de progreso occidental se impactó con la visión cosmogónica indígena del Nuevo Mundo alrededor de 1492. El vilipendiado indio no es egocéntrico sino que se asume parte vital del Universo. La Tierra es su Madre. Para el indígena, es sacrílego hollar la Tierra sin haber primero pedir la bendición de sus Dones.
El hombre indígena no explota la tierra para satisfacer sus necesidades primarias. El hombre indígena se sabe parte de un ciclo irremediablemente perfecto, que no puede alterar so pena de sucumbir él mismo. Por ello, el hombre indígena no progresa en el sentido occidental, simplemente vive en armonía con su entorno natural.
El Hombre indígena no destruye su medio ambiente para obtener una ganancia material, protege a la Naturaleza por que sabe que es su hogar.
Así que, como ven, el concepto de desarrollo sostenible no es invención del mundo occidental, es el reconocimiento del mundo occidental al error en el que hemos vivido durante siglos explotando irracionalmente a nuestro medio ambiente.
Al parecer, todavía no es tarde para revertir el daño brutal a la Naturaleza que le hemos inflingido, pero se necesita corresponsabilidad.

Corresponsabilidad como la que vivimos este domingo 05 de Abril al celebrar la Marcha Ciudadana a favor de la Refinería en Tuxpan. Mi mensaje fue bastante claro: SI A LA REFINERÍA PERO CON RESPETO A NUESTRAS PLAYAS Y MANGLARES.
No podemos caer en la tentación del progreso occidental, necesitamos revalorar la visión cosmogónica del Universo de nuestros hermanos indígenas. Queremos empleos, queremos bienestar material pero sin comprometer el futuro de nuestros hijos.
Elevo mi humilde voz, a ver si el Gober y el Preciso me escuchan, para que le echen un ojito al Informe Brundtland y al Protocolo de Kioto, para que no se les vaya a ocurrir promover inversión en Tuxpan, refinería o cualquier otra empresa, comprometiendo la salud del medio ambiente de nuestro valioso ecosistema.
Hasta la próxima.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿La “cosmovisión andina” es contraria al desarrollo y al progreso? O, más bien, ¿lo que actualmente se conoce como “cosmovisión andina” es una impostura posmoderna que en nada favorece a los objetivos políticos y sociales indígenas? Conozca importantes puntos de vista leyendo el Pukara Nº 81. Pueden acceder a esta publicación ingresando al siguiente enlace: http://www.periodicopukara.com/archivos/pukara-81.pdf