TERRORISMO EN SEPTIEMBRE.

Por Ezequiel Castañeda Nevárez.
Hasta hace pocos años, la única referencia notable que asociaba yo con el mes de septiembre, además de diversas fechas conmemorativas de la independencia de México y con mi natalicio el día 11 de este mes patrio, era el asalto al Palacio de la Moneda en la República de Chile, por parte de Augusto Pinochet, y el asesinato del Presidente Salvador Allende también en el onceavo día de este mes. Ahora, el transcurso del tiempo, que me empieza a ocupar mucho más que en los años juveniles, me hacen percibir mucho más la importancia de los sucesos de cada día.
Fue también un 11 de septiembre cuando ocurrió el atentado a las Torres Gemelas en Los Estado Unidos y por estas mismas fechas, durante la ceremonia del Grito de Independencia, se produjo el atentado terrorista allá en Morelia, Michoacán. Por eso, el arribo del noveno mes del año –aunque en el calendario romano es el séptimo, de ahí su nombre, me pone en alerta máxima.. Y no es para menos. Por algo los croatas llaman a este mes Rujan, que significa “mes Rojo”.
Justifica mi inquietud el que este mes, el Presidente Felipe Calderón lo haya inaugurado enviado a la nación, con motivo de su informe anual, un mensaje que debe preocupar al más despistado de los mexicas porque en lo medular, el Presidente nos asegura que vamos muy bien en todo. Y como todo va muy bien, excepto un pequeño gran hoyanco en las finanzas públicas, atribuible a muchos factores externos, da cambios de timón y sacude su gabinete, a la vez que envía al los legisladores federales un paquete económico en donde propone incremento a los impuestos, lo que significa que ha iniciado el mes con actos terroristas.
El destino nos ha alcanzado, ya no cabe duda, y el reflejo principal lo vemos en las finanzas públicas, por eso, el Presidente Calderón nos receta, como medida ante esta crisis, nuevos impuestos o incremento de los que ya existen, como el 2 por ciento generalizado al consumo, lo mismo que al impuesto sobre la renta. Con estos anuncios, como es fácil adivinar, sobrevendrán en cascada otros incrementos a los precios de los servicios que presta el estado como la gasolina, la energía eléctrica y otros productos de alto consumo; es decir, un verdadero acto de terrorismo gubernamental.
La propuesta presidencial ante esta crisis no parece ser la mejor solución cuando no se percibe en esta el aliento a la inversión ni la conservación del empleo, lo que nos hace pensar que no solo este septiembre habremos de vivir en zozobra y temor. Por si no fuera suficiente, en este mismo mes, otro desequilibrado secuestra un avión mexicano para advertir a Calderón sobre más desgracias en nuestro solar patrio. Como si no fuera suficiente con lo que ya tenemos. Vaya mes este. Muy confortable resulta, ante este preocupante escenario, el que la selección mexicana esté jugando cada día mejor. Eso refresca nuestro ánimo. Esa es la cuestión