
Por: Patricio González Quintanilla.
patgq52@gmail.com
Como preámbulo al tema, es importante mencionar el intercambio comercial entre África y China, que ascendió a 106.8 billones de dólares en el año 2008, y que representa un 45 por ciento de crecimiento sobre el año 2007. Ese intercambio se integra principalmente por las exportaciones de petróleo africano a China, seguida de compras de cobalto, manganeso, cobre, diamantes, maderas preciosas, bienes de consumo y productos agrícolas. Las importaciones desde China incluyen armamento, autos, maquinaria y equipo, sistemas e implementos eléctricos y electrónicos, productos de acero y bienes de consumo.
Paralelamente, la inversión directa del gobierno chino en África, se incrementó de 491 millones de dólares en el año 2003 a 7.8 billones de dólares en 2008, de acuerdo a cifras oficiales del país asiático.
Las principales fuentes de financiamiento para proyectos mineros y de infraestructura, las llevan a cabo el China Ex-Im Bank y el Fondo Chino de Inversión (CIF), mismos que entre 2003 y 2008, han invertido más de 7 billones de dólares para líneas de ferrocarril y en minas para beneficio de bauxita, cobre y fierro.
En el caso del flujo de inversiones en el sector energético y su infraestructura asociada, participan el China Ex Im Bank y las tres gigantes chinas del sector: PetroChina (ahora la petrolera más grande del mundo en capital y reservas petroleras), Sinopec y CNOOC. Estas empresas, ahora agrupadas en la poderosa Compañías Nacionales de Petróleo (NOC), efectúa operaciones actuales en Sudán, República del Congo, Angola, Nigeria y Guinea Ecuatorial, con grandes proyectos hidroeléctricos y petroleros .
Las exportaciones de hidrocarburos africanos a China representan el 16 por ciento de las exportaciones totales de petróleo de África y el 30 por ciento de las importaciones chinas de hidrocarburos. Los proyectos de expansión de actividades en esos países incluyen el ofrecimiento de paquetes de infraestructura básica de comunicaciones, escuelas, hospitales y tendido de redes de telecomunicaciones, incluyendo fibra óptica.
China todavía concentra el 70 por ciento de sus inversiones directas en Nigeria, Angola, Sudán y Etiopia, aunque también las amplía en el mismo sentido a Argelia, Chad, Gabón y otras 26 naciones africanas en donde tiene presencia. De cualquier manera, la inclusión de “paquetes” de infraestructura básica y social a sus proyectos principales, está marcando una diferencia muy importante, en un continente con una crónica escasez de inversión en desarrollos enfocados a infraestructura básica y de bienestar público.
El financiamiento energético incluye una inversión de 3.3 billones de dólares en 10 proyectos hidroeléctricos actualmente en desarrollo, que cuando se concluyan aportarán 6,000 MW adicionales de energía, equivalente a un 30 porciento de toda la capacidad actual de generación del África Subsahariana.
En lo referente al sector de comunicaciones ferroviarias, se ejerce una inversión de 4.4 billones de dólares para reparar 1,350 kilómetros de líneas existentes y construir 1,600 kilómetros nuevas, principalmente en Nigeria, Gabón y Mauritania.
En el sector de Tecnologías de Comunicación e Información, China ha invertido, a través de sus empresas de telecom, más de 3 billones de dólares en equipos para mejorar los sistemas públicos en países como Etiopía, Sudán y Ghana.
En el sector minero, están en desarrollo varios proyectos en Rep. Dem. del Congo (cobre, manganeso), Gabón (fierro), Guinea (bauxita), Zambia y Zimbawe (fierro), por un monto combinado de 2 billones de dólares.
Conforme se crea nueva infraestructura en África, se amplían sus perspectivas de intercambio comercial. China le apuesta a ello, en una región que tiene un déficit de inversión estimado en al menos 20 billones de dólares por año en infraestructura, y la cual ha sido tradicional e inexplicablemente marginada por la Unión Europea y por los Estados Unidos. También la India y varios países árabes comienzan a invertir en la región, pero en menor escala a la ejercida por China.
Fuentes: Consejo de Relaciones Foràneas-CFR); Bloomberg . World Bank-IBR&D-2008; PGQ-XI- 2009.
patgq52@gmail.com
Como preámbulo al tema, es importante mencionar el intercambio comercial entre África y China, que ascendió a 106.8 billones de dólares en el año 2008, y que representa un 45 por ciento de crecimiento sobre el año 2007. Ese intercambio se integra principalmente por las exportaciones de petróleo africano a China, seguida de compras de cobalto, manganeso, cobre, diamantes, maderas preciosas, bienes de consumo y productos agrícolas. Las importaciones desde China incluyen armamento, autos, maquinaria y equipo, sistemas e implementos eléctricos y electrónicos, productos de acero y bienes de consumo.
Paralelamente, la inversión directa del gobierno chino en África, se incrementó de 491 millones de dólares en el año 2003 a 7.8 billones de dólares en 2008, de acuerdo a cifras oficiales del país asiático.
Las principales fuentes de financiamiento para proyectos mineros y de infraestructura, las llevan a cabo el China Ex-Im Bank y el Fondo Chino de Inversión (CIF), mismos que entre 2003 y 2008, han invertido más de 7 billones de dólares para líneas de ferrocarril y en minas para beneficio de bauxita, cobre y fierro.
En el caso del flujo de inversiones en el sector energético y su infraestructura asociada, participan el China Ex Im Bank y las tres gigantes chinas del sector: PetroChina (ahora la petrolera más grande del mundo en capital y reservas petroleras), Sinopec y CNOOC. Estas empresas, ahora agrupadas en la poderosa Compañías Nacionales de Petróleo (NOC), efectúa operaciones actuales en Sudán, República del Congo, Angola, Nigeria y Guinea Ecuatorial, con grandes proyectos hidroeléctricos y petroleros .
Las exportaciones de hidrocarburos africanos a China representan el 16 por ciento de las exportaciones totales de petróleo de África y el 30 por ciento de las importaciones chinas de hidrocarburos. Los proyectos de expansión de actividades en esos países incluyen el ofrecimiento de paquetes de infraestructura básica de comunicaciones, escuelas, hospitales y tendido de redes de telecomunicaciones, incluyendo fibra óptica.
China todavía concentra el 70 por ciento de sus inversiones directas en Nigeria, Angola, Sudán y Etiopia, aunque también las amplía en el mismo sentido a Argelia, Chad, Gabón y otras 26 naciones africanas en donde tiene presencia. De cualquier manera, la inclusión de “paquetes” de infraestructura básica y social a sus proyectos principales, está marcando una diferencia muy importante, en un continente con una crónica escasez de inversión en desarrollos enfocados a infraestructura básica y de bienestar público.
El financiamiento energético incluye una inversión de 3.3 billones de dólares en 10 proyectos hidroeléctricos actualmente en desarrollo, que cuando se concluyan aportarán 6,000 MW adicionales de energía, equivalente a un 30 porciento de toda la capacidad actual de generación del África Subsahariana.
En lo referente al sector de comunicaciones ferroviarias, se ejerce una inversión de 4.4 billones de dólares para reparar 1,350 kilómetros de líneas existentes y construir 1,600 kilómetros nuevas, principalmente en Nigeria, Gabón y Mauritania.
En el sector de Tecnologías de Comunicación e Información, China ha invertido, a través de sus empresas de telecom, más de 3 billones de dólares en equipos para mejorar los sistemas públicos en países como Etiopía, Sudán y Ghana.
En el sector minero, están en desarrollo varios proyectos en Rep. Dem. del Congo (cobre, manganeso), Gabón (fierro), Guinea (bauxita), Zambia y Zimbawe (fierro), por un monto combinado de 2 billones de dólares.
Conforme se crea nueva infraestructura en África, se amplían sus perspectivas de intercambio comercial. China le apuesta a ello, en una región que tiene un déficit de inversión estimado en al menos 20 billones de dólares por año en infraestructura, y la cual ha sido tradicional e inexplicablemente marginada por la Unión Europea y por los Estados Unidos. También la India y varios países árabes comienzan a invertir en la región, pero en menor escala a la ejercida por China.
Fuentes: Consejo de Relaciones Foràneas-CFR); Bloomberg . World Bank-IBR&D-2008; PGQ-XI- 2009.
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