viernes, 20 de agosto de 2010

DIVIDE A TUXPEÑOS, MATRIMONIOS ENTRE PERSONAS DEL MISMO SEXO Y ADOPCIÒN DE HIJOS


Por: Tere Quintanilla/ Orlando Segura...

Con la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en torno a la legalización de uniones entre personas del mismo sexo (lesbianas y homosexuales), así como el derecho a la adopción de menores de edad como hijos; ha dividido a la sociedad tuxpeña y mexicana, los sectores se manifiestan con gran pasión en torno a este tema y varios critican al máximo órgano de justicia y otros la avalan, unos la cuestionan y otros la aprueban.

Los entrevistados agregan que el concepto de matrimonio como se conocía ha cambiado, ya no será la unión entre un hombre y una mujer para asegurar la procreación, respetando la voluntad de manera voluntaria de asegurar la especie; ahora con la nueva interpretación de los 11 ministros, el concepto de unidad familiar ha cambiado radicalmente y este aspecto tendrá que modificar la visión de lo que tradicionalmente se sostenía entre padres, hijos y seno familiar. Guillermo Basurto Origel, va más allá y sostiene que siendo consecuentes con lo que decidió el supremo órgano jurisdiccional, vamos de la monogamia a la poligamia, aspecto que será normal y que además tendrá que avalar la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

La iglesia católica se opone tajantemente a lo que considera una aberración, señalan que tal cuestión afecta el desarrollo de las sociedades y colectividades, desde su núcleo de influencia y de sus feligreses, sostienen que las uniones entre personas del mismo sexo destruye a la población y lo que es peor, la adopción de menores por parte de este sector, contraviene los principios, valores, conceptos de la fe cristiana.

Un buen número de ciudadanos no comprende semejante “aportación” e incorporación a la modernidad de los derechos humanos, donde quedará el futuro de aquellos niños que sean recogidos, adoptados por los homosexuales o lesbianas, hacia donde nos llevan semejantes interpretaciones de la ley que obviamente en éste caso contraviene la sana convivencia de los seres humanos.

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