Por: Imelda Torres Sandoval
jurisagro@yahoo.com.mx
El pasado viernes asistí a la Secundaria Técnica 76, donde mi hijo cursa el segundo año de secundaria. Me citaron con carácter de obligatorio a un taller para padres.
Aunque no fuese obligatorio, procuro darle tiempo a las reuniones escolares importantes, como esta. No soy muy partidaria de los talleres motivacionales, al estilo “Tu eres el tigre Toño y todo lo puedes”, porque muchas veces son bien frustrantes, porque ni soy el tigre toño, y la realidad, es que no lo puedo todo. Pero el taller para padres en la Técnica 76 fue diferente. El ponente del taller José Viornery, por espacio de dos horas, se dedicó a hablar de la importancia de la familia, y lo relevante que resulta el papel de los padres en la motivación escolar de los jóvenes adolescentes.
Asistimos muchas madres de familia, como es de costumbre, pero aplaudo que también fueron algunos padres. En resumen, el taller se enfocó a explicarnos a los asistentes, que son tres ingredientes sustanciales los que se necesitan para que una familia funcione: la motivación por la vida, la comunicación y la confianza.
Tiene mucha razón José Viornery que nosotros como padres exigimos a nuestros hijos que le echen ganas a la escuela, y que cumplan con sus tareas y obligaciones, pero ni siquiera somos capaces de hacerles el lonche. Leyó usted bien…HACER EL LONCHE, no comprarle un jugo o refresco y un sándwich en la tienda de la gasolineria por que ya se nos hizo tarde. ¿Usted le hace una torta de huevo con salchicha y agua de limón a su hijo?...Y luego nos quejamos de la obesidad infantil. Le refiero lo del lonche, porque nuestros hijos observan nuestra actitud hacia la escuela: ay hijo, ten veinte pesos para que te compres algo, es que no tengo tiempo de prepararte algo…..¿Qué piensa el chamaco de 13 años?....Mis padres NO TIENEN TIEMPO para mis cosas, y la escuela NI LES IMPORTA…..entonces, ¿por qué me joden tanto que estudie y saque buenas calificaciones?
Otro punto del taller fue que es muy importante que nos comuniquemos con nuestros hijos, y una fórmula muy buena, es que juguemos y compartamos una actividad con ellos.
¿Cuándo fue la última vez que jugó ajedrez, turista o armó un rompecabezas con sus hijos? Yo todavía me doy el lujo de ver películas toda la tarde de algún día en que todos tenemos tiempo, con mis hijos, a pesar de que los dos ya miden más de 1.80 metros. Semejantes burrotes muy echados en la cama con su madre, tragando palomitas y coca. Y nos la pasamos bomba.
Bueno, no soy una madre perfecta, pero creo que no lo he hecho tan mal. Lo invito a reflexionar, y a aprovechar cualquier oportunidad para aprender ser padres. Por eso felicito al director de la Escuela Secundaria Técnica Profr. José Martínez Colunga, por acercar este taller para padres para las familias de los alumnos del Tec. 76, que se mostraron muy interesados en reaprender a educar a sus hijos.
Hasta la próxima.
jurisagro@yahoo.com.mx
El pasado viernes asistí a la Secundaria Técnica 76, donde mi hijo cursa el segundo año de secundaria. Me citaron con carácter de obligatorio a un taller para padres.
Aunque no fuese obligatorio, procuro darle tiempo a las reuniones escolares importantes, como esta. No soy muy partidaria de los talleres motivacionales, al estilo “Tu eres el tigre Toño y todo lo puedes”, porque muchas veces son bien frustrantes, porque ni soy el tigre toño, y la realidad, es que no lo puedo todo. Pero el taller para padres en la Técnica 76 fue diferente. El ponente del taller José Viornery, por espacio de dos horas, se dedicó a hablar de la importancia de la familia, y lo relevante que resulta el papel de los padres en la motivación escolar de los jóvenes adolescentes.
Asistimos muchas madres de familia, como es de costumbre, pero aplaudo que también fueron algunos padres. En resumen, el taller se enfocó a explicarnos a los asistentes, que son tres ingredientes sustanciales los que se necesitan para que una familia funcione: la motivación por la vida, la comunicación y la confianza.
Tiene mucha razón José Viornery que nosotros como padres exigimos a nuestros hijos que le echen ganas a la escuela, y que cumplan con sus tareas y obligaciones, pero ni siquiera somos capaces de hacerles el lonche. Leyó usted bien…HACER EL LONCHE, no comprarle un jugo o refresco y un sándwich en la tienda de la gasolineria por que ya se nos hizo tarde. ¿Usted le hace una torta de huevo con salchicha y agua de limón a su hijo?...Y luego nos quejamos de la obesidad infantil. Le refiero lo del lonche, porque nuestros hijos observan nuestra actitud hacia la escuela: ay hijo, ten veinte pesos para que te compres algo, es que no tengo tiempo de prepararte algo…..¿Qué piensa el chamaco de 13 años?....Mis padres NO TIENEN TIEMPO para mis cosas, y la escuela NI LES IMPORTA…..entonces, ¿por qué me joden tanto que estudie y saque buenas calificaciones?
Otro punto del taller fue que es muy importante que nos comuniquemos con nuestros hijos, y una fórmula muy buena, es que juguemos y compartamos una actividad con ellos.
¿Cuándo fue la última vez que jugó ajedrez, turista o armó un rompecabezas con sus hijos? Yo todavía me doy el lujo de ver películas toda la tarde de algún día en que todos tenemos tiempo, con mis hijos, a pesar de que los dos ya miden más de 1.80 metros. Semejantes burrotes muy echados en la cama con su madre, tragando palomitas y coca. Y nos la pasamos bomba.
Bueno, no soy una madre perfecta, pero creo que no lo he hecho tan mal. Lo invito a reflexionar, y a aprovechar cualquier oportunidad para aprender ser padres. Por eso felicito al director de la Escuela Secundaria Técnica Profr. José Martínez Colunga, por acercar este taller para padres para las familias de los alumnos del Tec. 76, que se mostraron muy interesados en reaprender a educar a sus hijos.
Hasta la próxima.
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