Por: Tere Quintanilla /Orlando Segura H.
Pocos son los que tienen la fortuna de poder cursar una carrera, por diversas causas, desde la falta de ganas o bien por las carencias económicas y las dificultades por las que atraviesan las familias tuxpeñas y veracruzanas, pero lo peor es cuando logran concluir los estudios universitarios, los jóvenes se encuentran con que no hay espacios laborales, éstos son escasos y en la mayoría de los casos, son mal pagados, salarios muy por debajo de las perspectivas e ilusiones de aquellos que emprendieron estudios universitarios.
Osvaldo González Quintana tiene 20 años de edad y en unos meses cumplirá 21, es alumno de una escuela particular, en julio de 2011 concluirá la licenciatura en sistemas computacionales y a pesar de estar preparado, menciona que no hay muchas alternativas de desarrollo, varios compañeros le han comentado que les espera un futuro gris, de competencia con otros compañeros, desde ya, por consejo de su padre, emigrará hacia Campeche, porque de lo contrario, asegura, terminará de taxista, dice que no tiene nada en contra de este sector, es un trabajo muy digno, pero no se capacitó tantos años para manejar una unidad.
Por otro lado, Alonso Sánchez Fernández, una vez terminada la preparatoria en la legendaria “Manuel C. Tello”, su madre hizo el esfuerzo para trasladarlo al Tecnológico de Saltillo, en donde tiene familiares, con mucho sacrificio cursó una ingeniería y felizmente la concluyó, retornó a su amada Tuxpan, aquí anduvo rondando y rolando durante un largo año, visitó CELASA, SWECOMEX, PEMEX, CFE, Termoeléctrica “Adolfo López Mateos”, la Central Ciclo Combinado, varias empresas contratistas de Poza Rica, admite que ya se había desesperado porque en su tierra natal no encontró la oportunidad laboral que le permitiese estar con los suyos, finalmente tuvo que emigrar a Ciudad del Carmen, en donde gracias a Dios, la fortuna le cambió, pero tuvo que empezar desde un puesto muy bajo, después de tres años ha logrado ascender. El entrevistado de 24 años afirma que en aquella entidad hay muchos tuxpeños y veracruzanos que se han visto en la necesidad de contratarse, aseguran que varios de ellos laboran 14 x 14 o bien están una temporada, les cancelan sus contratos y luego los vuelven a llamar, explicó que extraña a los suyos, pero es preferible tal cuestión, a ver llorar a su esposa e hijos porque no pueda llevar los alimentos, ropa, calzado, vivienda a los suyos.
Pocos son los que tienen la fortuna de poder cursar una carrera, por diversas causas, desde la falta de ganas o bien por las carencias económicas y las dificultades por las que atraviesan las familias tuxpeñas y veracruzanas, pero lo peor es cuando logran concluir los estudios universitarios, los jóvenes se encuentran con que no hay espacios laborales, éstos son escasos y en la mayoría de los casos, son mal pagados, salarios muy por debajo de las perspectivas e ilusiones de aquellos que emprendieron estudios universitarios.
Osvaldo González Quintana tiene 20 años de edad y en unos meses cumplirá 21, es alumno de una escuela particular, en julio de 2011 concluirá la licenciatura en sistemas computacionales y a pesar de estar preparado, menciona que no hay muchas alternativas de desarrollo, varios compañeros le han comentado que les espera un futuro gris, de competencia con otros compañeros, desde ya, por consejo de su padre, emigrará hacia Campeche, porque de lo contrario, asegura, terminará de taxista, dice que no tiene nada en contra de este sector, es un trabajo muy digno, pero no se capacitó tantos años para manejar una unidad.
Por otro lado, Alonso Sánchez Fernández, una vez terminada la preparatoria en la legendaria “Manuel C. Tello”, su madre hizo el esfuerzo para trasladarlo al Tecnológico de Saltillo, en donde tiene familiares, con mucho sacrificio cursó una ingeniería y felizmente la concluyó, retornó a su amada Tuxpan, aquí anduvo rondando y rolando durante un largo año, visitó CELASA, SWECOMEX, PEMEX, CFE, Termoeléctrica “Adolfo López Mateos”, la Central Ciclo Combinado, varias empresas contratistas de Poza Rica, admite que ya se había desesperado porque en su tierra natal no encontró la oportunidad laboral que le permitiese estar con los suyos, finalmente tuvo que emigrar a Ciudad del Carmen, en donde gracias a Dios, la fortuna le cambió, pero tuvo que empezar desde un puesto muy bajo, después de tres años ha logrado ascender. El entrevistado de 24 años afirma que en aquella entidad hay muchos tuxpeños y veracruzanos que se han visto en la necesidad de contratarse, aseguran que varios de ellos laboran 14 x 14 o bien están una temporada, les cancelan sus contratos y luego los vuelven a llamar, explicó que extraña a los suyos, pero es preferible tal cuestión, a ver llorar a su esposa e hijos porque no pueda llevar los alimentos, ropa, calzado, vivienda a los suyos.
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