EL SILENCIO DE LOS INOCENTES (EDILES).

GUILLERMO BASURTO ORIGEL. 28/04/2011.

Las declaraciones vertidas por el diputado federal del PAN en Tuxpan, Miguel Martí López, donde recrimina a sus regidores de la pasada comuna, por el cómplice silencio observado ante el saqueo de las arcas municipales por el ex alcalde Priista Juan Ramón Ganem, es materia de un verdadero análisis de nuestra realidad político partidaria.

Así como en la novela de Thomas Harris (1988), representada estelarmente por Jodie Foster (Clarice Starling) y Anthony Hopkins (Hannibal Lecter), llevada a la pantalla en 1991, donde se pretende establecer los perfiles psicológicos de los delincuentes seriales, que dañan y perjudican a la sociedad, las manifestaciones vertidas por Miguel Martí, debieran llevar a un verdadero estudio psico-social, de los perfiles delincuenciales de los representantes populares y funcionarios públicos de los tres niveles de gobierno y de los tres poderes de la unión, que asesinan el presente y futuro nacional.

En la declaración de mérito, aportada por Miguel Martí y ante el cuestionamiento de su filiación partidaria, manifiesta textualmente: “Habría que preguntarles si siguen siendo del PAN (los integrantes de su Partido) que pese a las presuntas irregularidades en el anterior ayuntamiento, no hicieron nada al respecto… mucho menos denunciaron, como él lo hizo”.

Efectivamente, como bien lo recrimina el diputado a miembros de su Partido, que guardaron y guardan un ignominioso silencio sobre su inacción publica, administrativa y jurídica, durante el gobierno de Juan Ramón Ganem, ante posibles hechos constitutivos de delitos administrativos.

Cierto es, que la responsabilidad ética y política abarca a todo el cabildo, no solo a los CC. Antonio Aguilar Mancha, Leónides Barra Martínez, Santiago Lobato Delfín y Hortensia Villalba Pérez, así como a los diputados locales que en su momento aprobaron sin chistar la cuenta pública de Tuxpan, en los años 2008 y 2009, así como aquellos que la aprueben sin pedir ninguna aclaración para el año 2010. Estos Diputados, al menos para taparle el ojo al macho, debieran solicitar en tribuna la reserva hasta que se aclarase lo que fue público y conocido en la ciudad, o al menos, ausentarse disimuladamente del pleno, para que su voto a favor no quedase registrado en el diario. ¿Con que cara podrán enfrentar nuevamente a la ciudadanía? ¿Le apostarán a la amnesia colectiva? ¿Supondrán que en un futuro mitin público, ningún vecino los cuestionará al respecto?

Sin valorar que para un pueblo ofendido, SU SILENCIO, NO LOS CONVIERTE EN INOCENTES…