Por Orlando Segura Hervert…
Hace 30 años sembré ese arbolito que ahora ya creció y está todo frondoso, “bien dado”, fuerte, grande y con mucha vitalidad, en aquella época se nos enseñó el amor a la vida y la naturaleza y sería bueno que ahora, ese tipo de actividades se fomenten por parte de las autoridades, indicó Juan Álvarez Morales, quien dice ser vecino de Montes de Armenia.
La nostalgia y los recuerdos lo regresan a aquella época en la que a su entender, se tenía más cuidado por el entorno. Luego pregunta si no hay alguna área, departamento o dirección (ó como se le llame) que se encargue de seguir fomentando la siembra de árboles.
Al entrevistado se le explica que tanto el gobierno federal como el municipal, tiene asignado personal que se dedica al cuidado del aspecto ecológico y la reforestación; ahí le explican que en determinados periodos, son plantados una infinidad de árboles de diferente tipo en el territorio veracruzano y mexicano..
Alvarez Morales, melancólicamente mira un higueral e insiste en que el hombre debe dejar huella con los hijos, ellos como parte de las futuras generaciones seguirán el ejemplo de apreciar la vida, parques, jardines, animales, frutos, etc..
La deforestación está ganando terreno, sobre todo porque la ganadería se está extendiendo y no se han fijado los límites que frenen la actividad productiva en cuestión, luego entonces y ante la erosión de los suelos y las sequias; las sociedades están obligados a planificar estratégicamente que tipo o especies se tienen que dejar para fortalecer el medio ambiente.
Fomentar la cultura ecológica en los niveles de educación primaria, secundaria y preparatoria, inculcar el cuido de la biodiversidad y para ello, la Universidad Veracruzana, podría ser puntal y motor de la transformación del campo, coordinándose con las comunidades para rescatar la biodiversidad de la zona.
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