sábado, 3 de diciembre de 2011

Manuel Bartlett y Mario Delgado, lastre para AMLO


Federico Arreola
@FedericoArreola

No recuerdo la fecha exacta, pero tuvo que haber sido, tristemente, antes de marzo de 1994.

Esa vez, la comitiva de campaña de Luis Donaldo Colosio llegó, en autobús, a alguna ciudad de Coahuila.

A un par de kilómetros del lugar en el que se iba a celebrar el acto político, alguien le informó a Luis Donaldo que entre las personas que lo esperaban, y que estaba ya instalado en el presídium, se encontraba el ex gobernador coahuilense Óscar Flores Tapia, un político al que la opinión pública consideraba corrupto.

Cuando Colosio se enteró de la presencia de Flores Tapia dijo muy molesto a sus asistentes: “Si no lo bajan del presídium, no acudo al acto. Así de sencillo”.

Como a mí me sorprendió su actitud, me comentó: “Quiero rodearme de prestigios, no de desprestigios”.

Óscar Flores Tapia, desde luego, tuvo que abandonar el presídium.

Recuerdo esa anécdota hoy que veo el descontento generalizado de los ciudadanos de izquierda en Twitter y Facebook después del anuncio de que Manuel Bartlett, a quien se atribuye la caída del sistema en las fraudulentas elecciones de 1988, va a ser candidato plurinominal a senador por la coalición integrada por el PRD, el PT y Movimiento Ciudadano.

¿Necesita Andrés Manuel que en su campaña lo acompañe como candidato un político al que la izquierda acusó de haber organizado el fraude electoral de 1988?

Por supuesto que López Obrador no necesita eso; de hecho, se trata de algo que lo perjudica, y mucho.

Andrés, para ganar, debe hacer campaña solo asociado a candidatos de izquierda absolutamente honorables y que, además, prueben que son los más populares en la región en la que participen.

Así las cosas, AMLO, por elemental responsabilidad política, no puede permitir que Bartlett sea uno de los candidatos de izquierda al Senado ni, tampoco, debe tolerar que Marcelo Ebrard recurra al dedazo para hacer candidato a la jefatura de gobierno del Distrito Federal al aspirante que está ¡en último lugar en las encuestas!, esto es, a Mario Delgado.

Ignoro qué compromisos tengan con Manuel Bartlett los partidos que han postulado a López Obrador, y por supuesto, no alcanzo a entender las razones que llevan a Ebrard a insistir en un vulgar dedazo favorable a Mario Delgado, pero ni Bartlett ni Delgado cuentan con méritos morales, el primero, y de popularidad, el segundo, para participar como candidatos en 2012.
Fuente: www.sdpnoticias.com

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