Por Orlando Segura
Hervert…
La demanda de
intervenciones quirúrgicas en el hospital civil “Dr. Emilio Alcazar”, está
rebasando a la institución, tan es así que varios de los pacientes, 3 días
antes de la operación, para no ocupar espacios en las instalaciones y porque no
hay camas disponibles, los están enviando a sus hogares, para ello les ordenan
que guarden reposo, no consuman alimentos sólidos y solo “alimenten “ sus
organismos con suero, los galenos les dan las indicaciones de goteo y así los
mantienen en estado preoperatorio. Posteriormente, los citan para determinado
día y hora, en ese contexto, proceden a ingresarlos a los quirófanos.
El problema reside
cuando y a pesar de aplicar ésta medida “moderna y de vanguardia”, encuentran
deficiencias en la sangre, falta de hemoglobina, etc., entonces los reprograman para otra semana o
mes.
La señora María, narró
esta circunstancia que ella vivió y que le consta en “carne propia”, la doña en
cuestión, afirmó al ser entrevistada: “Si la enfermedad no me mata, el hambre
si cumplirá la meta de desaparecerme de la faz de la tierra”, la persona toma
con filosofía lo que está viviendo y solo sonríe ante los hechos consumados y
agrega con un dejo conformista: “Dios sabe porque hace las cosas”.
Se observa que por
sobrecupo, el sistema de salud está quebrando y reventando, no solo el estatal,
también el federal, tal y como los maestros lo han denunciado en estas páginas,
el ISSSTE presenta serias anomalías, falta de personal médico, ausencia de
medicamentos, burocratismo en el pago de viáticos cuando los envían a otros
centros hospitalarios, generalmente en Veracruz, México o Tampico.
Ante tal situación, el
sistema de salud es incapaz de resolver la problemática de los
derechohabientes, aspecto que cuestiona las conquistas sociales, y a decir de
varios médicos consultados por este reportero, el Seguro Popular solo brinda
mejoralitos y curitas. Solo dan paliativos a los males y padecimientos de los
mexicanos.
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