Por Orlando Segura
Hervert…
En el país de “no pasa
nada”, Tuxpan no escapa a esta regla y norma no escrita. El año pasado en menos
de un mes se registraron dos explosiones en la Central Ciclo Combinado, una
suscitada el 13 de octubre a las 6:18 de la tarde y la otra el 12 de noviembre
en el transcurso de la mañana. Sin embargo, a pesar del peligro y la zozobra
que vivieron lo pobladores de “Emiliano Zapata” y de los trabajadores de Unión
Fenosa y de CFE, Protección Civil del Estado de Veracruz, ha resguardado
celosamente el dictamen que permitiría conocer que pasó en dichas empresas y
centro de trabajo.
No hay resultados
palpables y las autoridades encargadas de vigilar y prevenir situaciones que
pongan en riesgo a los habitantes de aquella zona rural, han guardado
hermetismo, y ante tal situación, los propios empleados de la compañías,
indican a este medio que hay complicidades entre las partes involucradas, no
quieren llegar al fondo de las investigaciones, prefieren y le apuestan al
olvido, para que no haya sanciones, violentando las normas y protocolos de
seguridad, los estándares nacionales e internacionales.
En el marco de la
seguridad industrial, la calidad es letra muerta, afirmaron los entrevistados
quienes solicitan una supervisión más estricta, alejada de los intereses y de
los capitales financieros.
La capital de la
energía, tal y como se conoce a Tuxpan, por la generación del 8 por ciento de
electricidad a nivel nacional, se le han negado los datos que posibiliten
conocer como está funcionando una empresa a la que se le tiene desconfianza,
inclusive, amplios sectores opinan en forma sarcástica que ahí opera una bomba
de tiempo, que pone en riesgo la integridad de la naturaleza y de los tuxpeños,
y ante ello, la Secretaría de Protección Civil, ha preferido quedarse callada,
para no meterse en problemas que sobresalten a las compañías extranjeras.
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