Son lamentables las condiciones en las que se está realizando la limpieza del río
Coatzacoalcos a 12 días de que ocurrió un derrame de petróleo en Cosoleacaque,
Veracruz, en vísperas del fin de año.
Fueron los pescadores de la región quienes dieron la alerta sobre este
desastre, que nuevamente dejó a miles de familias sin sustento.
Después de que un equipo de Greenpeace realizó un recorrido por el río
Coatzacoalcos, desde el puerto y hasta el predio “El Polvorín”, en Cosoleacaque,
constató las precarias condiciones en las que se realiza la recolección del
petróleo, que ya llegó hasta la desembocadura del río Coatzacoalcos con el Golfo
de México; tenemos serias dudas de que a la fecha ya se hayan recuperado cerca
de cien mil litros de hidrocarburo de los casi 238 mil derramados, como aseguran
Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos
Naturales (Semarnat). El pasado lunes, la Semarnat dijo que el derrame se
encuentra controlado, mientras que la delegación estatal de la Procurador
Federal de Protección al Ambiente (Profepa) ha minimizado el problema además de
plantear que no se establecerán sanciones a Pemex por tratarse de una toma
clandestina.
La limpieza del crudo, por parte de pescadores locales en su mayoría, se
realizaba con mínimas condiciones de seguridad. La recuperación de la emulsión
de agua más petróleo se hacía con cubetas y de ahí se depositaba en un
contenedor; además los cordones absorbentes de hidrocarburos se colocaban en
bolsas de polietileno, pero era notorio que de las bolsas se derramaba más
petróleo con agua, mismo que seguía escurriendo al suelo, donde no existía
alguna membrana protectora como la que menciona Semarnat en su comunicado.
Para saber con certeza el volumen de crudo recuperado, se debe esperar a que
esta emulsión se separe, debido a la densidad del petróleo crudo y del agua. Una
vez que se limpie la región contaminada con crudo, hay que hacer muestreos de
hidrocarburos en agua y suelos (caracterización), para asegurar que no se han
rebasado los límites máximos permitidos y posteriormente realizar el proceso de
remediación o restauración total del sitio, para asegurar la calidad de vida de
la biodiversidad en el ecosistema.
Pemex debe informar cuál es el procedimiento que está siguiendo, junto con la
empresa remediadora Caprimex, para atender esta emergencia en Coatzacoalcos, las
acciones que realizará para hacer muestreos de hidrocarburos en agua y suelos,
cuáles serán las acciones de remediación y/o restauración del sitio, así como
las acciones de prevención que realizará para que este tipo de desastres no se
repitan.
La frecuencia de estos derrames demuestra la negligencia con la que actúa
Pemex: la poca previsión ante este tipo de siniestros, ya sean provocados o por
accidentes; la falta de revisión del estado en que se encuentran sus ductos; la
tardía respuesta para atender este tipo de eventos, en los que primero involucra
y contrata a la población local sin proporcionarle equipos de seguridad a fin de
evitar que inhalen el hidrocarburo.
Profepa y el gobierno de Veracruz deben exigir a Pemex que haga públicas las
acciones que efectuará para caracterizar, remediar y restaurar la zona, a fin de
prevenir futuros derrames y para resarcir los daños a los pescadores y a las
familias que se han visto afectadas.
Pese al gran número de derrames que se han registrado por parte de Pemex, el
gobierno federal continúa a la zaga de más petróleo, financiando proyectos cada
vez más peligrosos como es el de aguas profundas en el Golfo de México, a
profundidades que van desde los 450 m hasta 2,500 metros, aventurándose a
conseguir petróleo de difícil acceso, extracción y alto riesgo, sin contar hasta
ahora con planes de contingencia que hayan demostrado su éxito al momento de
registrarse un derrame similar al ocasionado por la empresa British Petroleum en
abril de 2010.
Fuente: Greenpeace...
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