domingo, 29 de abril de 2012

COYUNTURA POLÍTICA XXI

¿Por qué asesinaron a Regina Martínez?

Raúl Abraham López Martínez*

Los que conocimos personalmente a Regina, y todos aquellos que conocieron de la entereza y profesionalismo de su actividad periodística nos sentimos muy dolidos del asesinato que fue víctima.

Regina, fue una connotada mujer, que se ganó su lugar en el escenario veracruzano debido a su alto compromiso con los valores de la honestidad y la verdad. Aunado a su personal interés de otorgarle voz a todos aquellos actores que se han manifestado críticamente en contra del autoritarismo y la corrupción que se vive en el territorio veracruzano.

En sus reportajes, Regina Martínez visibilizó de manera ejemplar a ese otro Veracruz, al Veracruz profundo que se manifiesta en las luchas de los movimientos sociales, de los ambientalistas, y en tiempos recientes, Regina especializó su trabajo de investigación periodística en el tema de seguridad pública.

En la década del noventa, en pleno auge de las políticas represivas del ex gobernador de Veracruz Patrio Chirinos y del gobierno de Carlos Salinas de Gortari; en un ambiente político en donde la mayoría de los medios de comunicación locales encabezados por el Diario de Xalapa se dedicaron a bloquear y a estigmatizar a los opositores, Regina Martínez, siendo reportera del periódico Política, en ese entonces dirigido por el licenciado Ángel Leodegario Gutiérrez Castellanos, se convirtió en un importante referente de comunicación para las voces disidentes.

El asesinato de Regina Martínez, es reflejo del actual contexto político que se vive en Veracruz. Un contexto en donde el PRI se ha negado a abandonar el poder recurriendo a toda una gama de mecanismos corruptores y de control político.

Uno de estos mecanismos de control ha consistido en comprar a los medios de comunicación local y el de corromper a un significativo grupo de trabajadores de los medios que se ostentan como reporteros o periodistas cuando en realidad su función es la de textoservidores.

En este contexto, cuando algún periodista se salta las trancas, le dan la tarea a gente de la calaña de Reynaldo Escobar, quien ocupando el cargo de Secretario de Gobierno de Veracruz, se dedicó a amedrentar a los comunicadores que no se dejaron doblegar por el “chayote”.

Con sus convicciones y fortaleza, Regina logró transcender a este contexto de sumisión para convertirse en corresponsal de la revista Proceso. Un medio de comunicación que se ha caracterizado en contar con un equipo de periodistas comprometidos con la verdad de los sucesos.

A Regina Martínez la asesinaron justamente porque su presencia ejemplificaba una certera amenaza a este orden prepotente y autoritario que se ha instalado en Veracruz. A este orden, que busca obtener por medio de la prensa una legitimidad que no logró ganarse en el proceso electoral del 2010.

La involuntaria muerte de Regina Martínez, nos tiene que llevar a alzar la voz, tal y como cientos de ciudadanos lo han hecho mediante las redes sociales. Tenemos que alzar la voz y exigir que las investigaciones conducentes sobre el asesinato de la periodista las lleven a cabo gente que no tenga relación con las redes del PRI.

Las circunstancias políticas del asesinato de Regina, también nos obliga a presionar al gobierno estatal a implementar en lo inmediato una distensión de sus autoritarias y represivas relaciones de poder. La muerte de Regina no puede ser en vano, su muerte nos exige a actuar con firmeza en la construcción del respeto a la libertad de expresión y al impulso democrático que tanto requiere Veracruz.

*Director de la Revista Digital Independiente Voz Universitaria

www.vozuniversitaria.org.mx

 

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