Por Orlando Segura Hervert...
Los maestros del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación se niegan a ser evaluados, ponen como pretexto infinidad de argumentos, uno de ellos es que el examen contiene elementos y preguntas fuera de contexto, es más, que no se imparten en las mismísimas normales del país, además, reiteran que se atenta contra sus excelsas conquistas laborales. En diferentes países, la evaluación es una constante, permite alcanzar otros niveles en el campo educativo y para ingresar a las universidades, sirve para operar en que se está mal y como re direccionar la calidad de la enseñanza aprendizaje, es un forma que posibilita analizar los posibles pasos para enderezar la brújula, lo mismo se hace en Moscú, Paris, la Habana, Washington, Londres, en aquellas capitales y países industrializados, es el termómetro
Pero en México, el sindicalismo magisterial se ha anquilosado, lejos de promover el cambio, representa un retroceso, lejos de servir a los ciudadanos, se somete a los intereses de los poderosos, lo mismo se ausenta de las aulas para recibir a un candidato, a un líder, Ó TAL vez se emplean como aviadores, carga maletas del dirigente sindical, también realizan asambleas en horas de clase, no tienen contrapesos ni equilibrios, hacen lo que se les da la regalada gana. Los maestros han perdido la mística, salvo sus muy honrosas excepciones, prefieren la comodidad a dejar el alma en los salones de clase, aquellos mentores que se la rifaban y educaban e inculcaban las letras, solo queda el recuerdo, se alejaron de los ideales, perdieron la fe, se sometieron a las compras de plazas y turnos y a la herencia de plazas para sus hijos, bajo el contexto de que ese es su derecho, involucionaron mas que evolucionar.
Me dirán que el comentario es muy duro, que los docentes están en constante capacitación, tal vez, pero los resultados no son nada alentadores, el panorama de los niños es gris…
Todo ello, con el paso de los años provocó una generación perdida e irresponsable que a punta de los golpes de la vida está creciendo y adaptándose a la realidad, se les ha inculcado que el que no tranza, no avanza.
La Organización de Comercio y Desarrollo Económico, nos coloca en los niveles mas bajos de la competitividad y productividad, no aprobamos porque no hay quien apuntale, quien conduzca el barco de la educación, pero tal situación no solo se presenta con el SNTE o con la SEP, también se registran presuntos actos de corrupción en Petróleos Mexicanos y tal cuestión daña severamente la credibilidad de la sociedad mexicana.
Por poner un ejemplo, hace algunos días, los padres de familia de la escuela primaria Carlos A. Carrillo, perteneciente a la zona 06 en Tuxpan, protestaron por el plan piloto de tiempo completo, los tutores rechazaron los planes de mas educación, porque no cuentan ni con la adecuada planta de maestros, ni la infraestructura y en el colmo, los niños por la vía de los hechos, renegaron del programa “El buen comer”, los pequeños están peleados con los platillos dietéticos desabridos, prefieren la fórmula T, compuesta de tortas, tacos, tortilla, tamales. Así es que, tal parece que el asunto de los mexicanos en la alimentación y en la cuestión educativa es cultural. NO AL EXAMEN, NO A LA EVALUACIÓN, NO AL ALIMENTOS SALUDABLES…
Los maestros del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación se niegan a ser evaluados, ponen como pretexto infinidad de argumentos, uno de ellos es que el examen contiene elementos y preguntas fuera de contexto, es más, que no se imparten en las mismísimas normales del país, además, reiteran que se atenta contra sus excelsas conquistas laborales. En diferentes países, la evaluación es una constante, permite alcanzar otros niveles en el campo educativo y para ingresar a las universidades, sirve para operar en que se está mal y como re direccionar la calidad de la enseñanza aprendizaje, es un forma que posibilita analizar los posibles pasos para enderezar la brújula, lo mismo se hace en Moscú, Paris, la Habana, Washington, Londres, en aquellas capitales y países industrializados, es el termómetro
Pero en México, el sindicalismo magisterial se ha anquilosado, lejos de promover el cambio, representa un retroceso, lejos de servir a los ciudadanos, se somete a los intereses de los poderosos, lo mismo se ausenta de las aulas para recibir a un candidato, a un líder, Ó TAL vez se emplean como aviadores, carga maletas del dirigente sindical, también realizan asambleas en horas de clase, no tienen contrapesos ni equilibrios, hacen lo que se les da la regalada gana. Los maestros han perdido la mística, salvo sus muy honrosas excepciones, prefieren la comodidad a dejar el alma en los salones de clase, aquellos mentores que se la rifaban y educaban e inculcaban las letras, solo queda el recuerdo, se alejaron de los ideales, perdieron la fe, se sometieron a las compras de plazas y turnos y a la herencia de plazas para sus hijos, bajo el contexto de que ese es su derecho, involucionaron mas que evolucionar.
Me dirán que el comentario es muy duro, que los docentes están en constante capacitación, tal vez, pero los resultados no son nada alentadores, el panorama de los niños es gris…
Todo ello, con el paso de los años provocó una generación perdida e irresponsable que a punta de los golpes de la vida está creciendo y adaptándose a la realidad, se les ha inculcado que el que no tranza, no avanza.
La Organización de Comercio y Desarrollo Económico, nos coloca en los niveles mas bajos de la competitividad y productividad, no aprobamos porque no hay quien apuntale, quien conduzca el barco de la educación, pero tal situación no solo se presenta con el SNTE o con la SEP, también se registran presuntos actos de corrupción en Petróleos Mexicanos y tal cuestión daña severamente la credibilidad de la sociedad mexicana.
Por poner un ejemplo, hace algunos días, los padres de familia de la escuela primaria Carlos A. Carrillo, perteneciente a la zona 06 en Tuxpan, protestaron por el plan piloto de tiempo completo, los tutores rechazaron los planes de mas educación, porque no cuentan ni con la adecuada planta de maestros, ni la infraestructura y en el colmo, los niños por la vía de los hechos, renegaron del programa “El buen comer”, los pequeños están peleados con los platillos dietéticos desabridos, prefieren la fórmula T, compuesta de tortas, tacos, tortilla, tamales. Así es que, tal parece que el asunto de los mexicanos en la alimentación y en la cuestión educativa es cultural. NO AL EXAMEN, NO A LA EVALUACIÓN, NO AL ALIMENTOS SALUDABLES…
1 comentario:
pinches maestros si son bien burros mucho solo compraron la plaza mismas que sus padres las dejaron que los evaluen y si no sirven que los despidan, ya basta solo creamos con esos metodos parasitos la nueva generacion no sirve para nada
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