José Enrique Olivera Arce
Calderón a contracorriente en América latina
Ver para creer. La defensa del libre mercado y de las privatizaciones de la riqueza nacional, así como una tácita condena a las expropiaciones y el estatismo que Calderón Hinojosa hiciera en Cartagena, previamente a la Cumbre de Las Américas, contrasta con la decisión del gobierno argentino de intervenir a la petrolera YPF buscando expropiar el 51 por ciento de la empresa controlada por la española Repsol-YPF. Lo cual demuestra una vez más que el gobierno de México va a contracorriente de las políticas públicas asumidas por la mayoría de los gobiernos latinoamericanos.
“YPF es de todos, quiero que lo tengamos muy claro”, expresó la presidenta argentina Cristina Fernández al anunciar que enviará al Congreso un proyecto para expropiar la mayoría de la petrolera más grande de ese país sudamericano. Medida para contrarrestar la caída en la producción de hidrocarburos que obliga a realizar importaciones y erosiona el superávit comercial, dijera la presidenta argentina en defensa de la soberanía nacional.
Todo lo contrario a las políticas públicas que en materia de energéticos asume el gobierno que preside Calderón Hinojosa, al que no le interesa en lo más mínimo refinar el crudo mexicano para incrementar el valor agregado y reducir las lesivas importaciones de combustibles. Política de Estado que se hace extensiva a la generación de energía eléctrica, ya prácticamente en manos de empresas privadas, en un alto porcentaje .extranjeras.
Por si fuera poco, Calderón Hinojosa pretende enmendarle la plana a Cristina Fernández, lamentando la decisión de la presidenta argentina y “defendiendo” la participación minoritaria de Pemex en la española Repsol. Vocero hoy del gobierno de Rajoy, se hace eco de la política retrógrada del gobierno español sin tener más credenciales a su favor ante los gobiernos de América Latina, que la derrotada guerra contra el crimen organizado en México, como tuvo que aceptarlo ante el presidente del Perú.
Andrés Manuel López Obrador tiene razón al proponer una política energética que reivindicando soberanía, se constituya en palanca del desarrollo de México, oponiéndose a la privatización de la riqueza nacional. Sus adversarios de la coalición PRI-Verde Ecologista y Nueva Alianza, Enrique peña Nieto y Gabriel Quadri, respectivamente, están por lo contrario, proponiendo políticas públicas privatizadoras que a su entender incrementarían eficiencia y eficacia tanto en materia petrolera como en la industria eléctrica.
López Obrador habla de rescatar la riqueza energética saneando a PEMEX y a la CFE, eliminando corrupción e incrementando inversión pública tanto en la extracción y refinación de hidrocarburos como en la generación de electricidad a favor del pueblo de México. Enrique Peña Nieto, por el contrario, se pronuncia por poner en manos privadas bajo la rectoría del Estado a ambas empresas, obviando el tan necesario como urgente combate a la corrupción que les ahoga. Tan es así que se hace acompañar por el líder nacional del sindicato petrolero, mandando el mensaje de que las corruptelas sindicales serán intocables.
Escuchando a calderón Hinojosa en Cartagena Colombia y a Enrique Peña Nieto en Poza Rica Veracruz, no queda la menor duda de que en materia energética, como en otros tantos rubros de la economía nacional, el PAN y el PRI vienen siendo lo mismo. La confrontación electoral extra muros de ambos partidos políticos, choca con una realidad inobjetable, muros adentro en el ámbito del poder no existe diferencia alguna en propósitos, objetivos y estrategias de mediano y largo plazo para el país. Ambos partidos políticos de derecha y sus candidatos, persisten en el agotado modelo económico y social neoliberal al que se aferra Calderón Hinojosa. Privatizar la ganancia, socializar las pérdidas, es la visión de Estado lo mismo para el panista presidente que para el abanderado del tricolor.
De no cambiar el modelo privatizador que EE UU nos impone como obsoleto paradigma, la política exterior de México, como continuidad de la interna, seguirá a la zaga y a contracorriente de la asumida por la mayoría de los países latinoamericanos y del caribe. Hoy es Calderón, mañana si así se decide en las urnas, será Peña Nieto la voz discordante en una América Latina que ha decidido seguir su propio camino.
Hojas que se lleva el viento
El Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa de plano se olvidó de las “suspicacias”. Se soltó el pelo y sin ningún rubor con toda impunidad vacaciona mostrándole a Peña Nieto el porqué festejo tras festejo son más de dos millones los visitantes que benefician a Veracruz. Esperemos que el primero de julio próximo el Sr. Peña agradezca a Duarte de Ochoa el que por lo menos le ponga un millón de votos en charola de plata, para que valga la pena el haber abandonado el encargo que le confirieran los veracruzanos para irse en sus “días de descanso” de operador político del tricolor.
Candidatos veracruzanos al Senado y a la Cámara de diputados, olvidándose que aspiran a ser simplemente legisladores federales, proponen y prometen hacer y deshacer como si su objetivo fuera alcanzar la titularidad del Poder Ejecutivo. De todos los que aspiran, sin distingo partidista el único por el que se metería la mano al fuego es el priísta José Yunes Zorrilla, joven honesto y bien intencionado que, sin embargo y no obstante su reciente y trunca experiencia como presidente de la Comisión de Desarrollo Social en la LXI Legislatura Federal, cual loro huasteco repite lo que Enrique Peña Nieto propone a diestra y siniestra, sin parar mientes en que como senador estaría constreñido a lo que mal o bien disponga la camarilla que controlaría a la bancada priísta. Persistir en tal estrategia proselitista le orilla al terreno de la deshonestidad intelectual, a la simulación, y al engaño a sus presuntos electores.
Fox afirmaba que el Ejecutivo propone y el Congreso dispone, la verdad es que con el control de la partidocracia en ambas Cámaras, ninguno ata ni desata, mucho menos los que están destinados a ser simples levanta dedo. Abatir la pobreza, rescatar a PEMEX, incrementar el empleo y el salario, fortalecer el mercado interno y devolverle su vitalidad al campo reivindicando soberanía alimentaria, suena bien para quien aspira a la Presidencia de la República, en campaña se vale ofrecer hasta las chanclas de la abuela, pero en boca de un aspirante a Senador o diputado, simple y llanamente suena a demagogia, así como ignorancia de lo que es o no es competencia de un legislador bajo control de su partido.
No confundirse, una cosa es la burocracia partidista, corrupta, entreguista y convenenciera que medra en Veracruz y otra muy distinta es la base militante de los partidos de la llamada izquierda electoral. Fidel Herrera y “los chuchos” se encargaron de acabar con lo poco que quedaba de honestidad y compromiso entre las dirigencias estatales de los partidos que integran la coalición de las izquierdas. Andrés Manuel lo sabe, lo sabe “Morena” y sus seguidores, por lo que el voto diferenciado está más que visto. Nadie en su sano juicio votaría por los candidatos propuestos por el PRD, el PT y el movimiento ciudadano. De los males el menos peor, la gente votará por el tabasqueño para la presidencia de la República y por los candidatos del PRI al Senado y a la Cámara de diputados.
Calderón a contracorriente en América latina
Ver para creer. La defensa del libre mercado y de las privatizaciones de la riqueza nacional, así como una tácita condena a las expropiaciones y el estatismo que Calderón Hinojosa hiciera en Cartagena, previamente a la Cumbre de Las Américas, contrasta con la decisión del gobierno argentino de intervenir a la petrolera YPF buscando expropiar el 51 por ciento de la empresa controlada por la española Repsol-YPF. Lo cual demuestra una vez más que el gobierno de México va a contracorriente de las políticas públicas asumidas por la mayoría de los gobiernos latinoamericanos.
“YPF es de todos, quiero que lo tengamos muy claro”, expresó la presidenta argentina Cristina Fernández al anunciar que enviará al Congreso un proyecto para expropiar la mayoría de la petrolera más grande de ese país sudamericano. Medida para contrarrestar la caída en la producción de hidrocarburos que obliga a realizar importaciones y erosiona el superávit comercial, dijera la presidenta argentina en defensa de la soberanía nacional.
Todo lo contrario a las políticas públicas que en materia de energéticos asume el gobierno que preside Calderón Hinojosa, al que no le interesa en lo más mínimo refinar el crudo mexicano para incrementar el valor agregado y reducir las lesivas importaciones de combustibles. Política de Estado que se hace extensiva a la generación de energía eléctrica, ya prácticamente en manos de empresas privadas, en un alto porcentaje .extranjeras.
Por si fuera poco, Calderón Hinojosa pretende enmendarle la plana a Cristina Fernández, lamentando la decisión de la presidenta argentina y “defendiendo” la participación minoritaria de Pemex en la española Repsol. Vocero hoy del gobierno de Rajoy, se hace eco de la política retrógrada del gobierno español sin tener más credenciales a su favor ante los gobiernos de América Latina, que la derrotada guerra contra el crimen organizado en México, como tuvo que aceptarlo ante el presidente del Perú.
Andrés Manuel López Obrador tiene razón al proponer una política energética que reivindicando soberanía, se constituya en palanca del desarrollo de México, oponiéndose a la privatización de la riqueza nacional. Sus adversarios de la coalición PRI-Verde Ecologista y Nueva Alianza, Enrique peña Nieto y Gabriel Quadri, respectivamente, están por lo contrario, proponiendo políticas públicas privatizadoras que a su entender incrementarían eficiencia y eficacia tanto en materia petrolera como en la industria eléctrica.
López Obrador habla de rescatar la riqueza energética saneando a PEMEX y a la CFE, eliminando corrupción e incrementando inversión pública tanto en la extracción y refinación de hidrocarburos como en la generación de electricidad a favor del pueblo de México. Enrique Peña Nieto, por el contrario, se pronuncia por poner en manos privadas bajo la rectoría del Estado a ambas empresas, obviando el tan necesario como urgente combate a la corrupción que les ahoga. Tan es así que se hace acompañar por el líder nacional del sindicato petrolero, mandando el mensaje de que las corruptelas sindicales serán intocables.
Escuchando a calderón Hinojosa en Cartagena Colombia y a Enrique Peña Nieto en Poza Rica Veracruz, no queda la menor duda de que en materia energética, como en otros tantos rubros de la economía nacional, el PAN y el PRI vienen siendo lo mismo. La confrontación electoral extra muros de ambos partidos políticos, choca con una realidad inobjetable, muros adentro en el ámbito del poder no existe diferencia alguna en propósitos, objetivos y estrategias de mediano y largo plazo para el país. Ambos partidos políticos de derecha y sus candidatos, persisten en el agotado modelo económico y social neoliberal al que se aferra Calderón Hinojosa. Privatizar la ganancia, socializar las pérdidas, es la visión de Estado lo mismo para el panista presidente que para el abanderado del tricolor.
De no cambiar el modelo privatizador que EE UU nos impone como obsoleto paradigma, la política exterior de México, como continuidad de la interna, seguirá a la zaga y a contracorriente de la asumida por la mayoría de los países latinoamericanos y del caribe. Hoy es Calderón, mañana si así se decide en las urnas, será Peña Nieto la voz discordante en una América Latina que ha decidido seguir su propio camino.
Hojas que se lleva el viento
El Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa de plano se olvidó de las “suspicacias”. Se soltó el pelo y sin ningún rubor con toda impunidad vacaciona mostrándole a Peña Nieto el porqué festejo tras festejo son más de dos millones los visitantes que benefician a Veracruz. Esperemos que el primero de julio próximo el Sr. Peña agradezca a Duarte de Ochoa el que por lo menos le ponga un millón de votos en charola de plata, para que valga la pena el haber abandonado el encargo que le confirieran los veracruzanos para irse en sus “días de descanso” de operador político del tricolor.
Candidatos veracruzanos al Senado y a la Cámara de diputados, olvidándose que aspiran a ser simplemente legisladores federales, proponen y prometen hacer y deshacer como si su objetivo fuera alcanzar la titularidad del Poder Ejecutivo. De todos los que aspiran, sin distingo partidista el único por el que se metería la mano al fuego es el priísta José Yunes Zorrilla, joven honesto y bien intencionado que, sin embargo y no obstante su reciente y trunca experiencia como presidente de la Comisión de Desarrollo Social en la LXI Legislatura Federal, cual loro huasteco repite lo que Enrique Peña Nieto propone a diestra y siniestra, sin parar mientes en que como senador estaría constreñido a lo que mal o bien disponga la camarilla que controlaría a la bancada priísta. Persistir en tal estrategia proselitista le orilla al terreno de la deshonestidad intelectual, a la simulación, y al engaño a sus presuntos electores.
Fox afirmaba que el Ejecutivo propone y el Congreso dispone, la verdad es que con el control de la partidocracia en ambas Cámaras, ninguno ata ni desata, mucho menos los que están destinados a ser simples levanta dedo. Abatir la pobreza, rescatar a PEMEX, incrementar el empleo y el salario, fortalecer el mercado interno y devolverle su vitalidad al campo reivindicando soberanía alimentaria, suena bien para quien aspira a la Presidencia de la República, en campaña se vale ofrecer hasta las chanclas de la abuela, pero en boca de un aspirante a Senador o diputado, simple y llanamente suena a demagogia, así como ignorancia de lo que es o no es competencia de un legislador bajo control de su partido.
No confundirse, una cosa es la burocracia partidista, corrupta, entreguista y convenenciera que medra en Veracruz y otra muy distinta es la base militante de los partidos de la llamada izquierda electoral. Fidel Herrera y “los chuchos” se encargaron de acabar con lo poco que quedaba de honestidad y compromiso entre las dirigencias estatales de los partidos que integran la coalición de las izquierdas. Andrés Manuel lo sabe, lo sabe “Morena” y sus seguidores, por lo que el voto diferenciado está más que visto. Nadie en su sano juicio votaría por los candidatos propuestos por el PRD, el PT y el movimiento ciudadano. De los males el menos peor, la gente votará por el tabasqueño para la presidencia de la República y por los candidatos del PRI al Senado y a la Cámara de diputados.
Mérida Yucatán, Abril de 2012...
pulsocritico@gmail.com
pulsocritico@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario