Dra. Zaida Lladó Castillo
Agradezco los comentarios del Sr. Enrique Olivera Arce, quien dedicó parte de su columna al artículo que escribiera recientemente titulado: El gorila Mexicano, haciéndome observaciones que leí con atención. Y no voy a extenderme mucho en mi respuesta, toda vez que cada quien, defiende su posición y se hace responsable de ella; y en mi caso, sostengo lo que dije con bases y sin arrogancias, aun a sabiendas que al hacerlo, puedo incomodar a uno o a muchos. En contraste, con la posición de algunos individuos que no aceptan críticas, y a cambio de ello, ofenden e intrigan, porque se sienten intocables.
En mi caso, siempre trato de citar en la mayoría de mis artículos, aquellos libros, referencias o fechas, en donde el lector puede profundizar, si así lo decide. Porque creo que todo articulistas es lo menos que debe hacer si analiza un tema. Pero también estoy consciente de que en un artículo, es difícil llegar a profundizar, como se deseara.
Por lo tanto, en el caso que nos ocupa, no se trataba de dar clases de historia de las revoluciones en Latinoamérica o en el mundo, (porque no es el objetivo ni el espacio para hacerlo), ni tampoco negar que la historia de ciertas naciones ha estado manchada de sangre por las movimientos revolucionarios que dieron cause a reformas importantes en sus Constituciones y sus gobiernos, aunque los resultados para algunos fueran favorables y en otros casos, fueran verdaderamente catastróficos o frustrantes. No, simplemente, llevaba la intención de lograr la reflexión, independientemente que me dieran la razón o no.
Pero de algo si estoy convencida, (a mi edad y experiencia, sin que nada tenga que ver la academia) es que jamás estaré de acuerdo, con las posiciones radicales-obsesivas de aquellas personas o políticos, intransigentes, que no dan cabida al debate serio y menos al consenso, a la negociación sana o al equilibrio. Y en esa posición ubico, no sólo yo, sino un gran porcentaje de mexicanos, a Andrés M. López.
Las posiciones extremas, sólo son salvables cuando tienen líderes positivos y con visión; pero cuando éstas son manejadas por (repito) líderes equivocados, como lo digo en el artículo, por principio son tranquilizadoras de conciencias de minorías igualmente radicales, pero por otra parte, traicionan los intereses de las mayorías, que no coinciden con ese tipo de líderes que alientan el desequilibrio y el desorden y que por el contrario, esperan de éstos, demostraciones de calidad moral, capacidad, calidad en los colaboradores y resultados eficientes.
Porque yo me pregunto ¿Hasta qué punto México, estaría dispuesto a aceptar para los siguientes 6 años, un perfil de líder intolerante en la Presidencia de la República? Y conste, que no solamente yo lo he dicho (recordar a Javier Sicilia y muchos otros que lo afirman). Pues, la respuesta no la tengo yo, ésta se verá después del 1º de Julio.
Reconozco que AMLO, es (como digo en el artículo) un líder social-populista, muy bueno, y respeto su lucha y la de quien decida seguirlo, pero de eso a que posea el perfil idóneo para gobernar un país como el nuestro, con problemas serios sociales, económicos y políticos, sinceramente no lo creo. Y así como van muchos a votar por él y están en su derecho, también hay muchos ciudadanos de México, que no le tenemos confianza y estaremos también en nuestro derecho de no decidirnos por su proyecto, a la hora de emitir el voto, y esto nadie nos lo puede reclamar.
Pero sí hago una respetuosa aclaración, en ese artículo en particular, jamás promoví la figura de ningún candidato de mi partido ni mucho menos invite a votar por el PRI. Como tampoco creo que el PRI este nervioso porque AMLO tenga adeptos, porque repito lo que he dicho en otros artículos, el PRI no le apuesta a ganar ni con los perredistas, ni con los Petistas, ni con los del MC. El PRI, va a ganar con los Priistas, con sus aliados, con la fuerzas de las organizaciones que hoy se le suman, con los empresarios, con las mujeres, con los jóvenes, los maestros, los obreros, etc., etc. que son miles en todo el país. Cada quien su lucha.
Igualmente, creo que no cabe el comentario de decir que me haya ganado mi filiación priistas, de la que me siento muy orgullosa, sólo porque me atreví a dibujar a un candidato a la Presidencia de la República, en su justa dimensión.
Adoptar una posición, no es hablar con la visera, lo mismo podría pensar de los articulistas que adoptan posiciones contrarias a la mía, a los que les tengo respeto y jamás devaluaría ni sus artículos ni sus comentarios, porque me vería frívola y soberbia y no es el caso. Simplemente, creo que la posición de Don Enrique respecto a la mía, es diferente y no tengo más que comentar al respecto, porque creo que tanto él como yo, somos personas que escribirnos con seriedad y calidad, característico de los seres racionales, inteligentes y sensibles.
Como dije en un principio, su servidora ha leído, aceptado y valorado las críticas siempre, vengan de quien vengan, las recibe de buena fe y agradezco al Sr. Olivera, los comentarios gentiles que hace de mi persona, pero la sociedad mexicana, es la que tendrá la última palabra, al decidirse el primer domingo de Julio, por quién considere la mejor opción para que sea su próximo Presidente (o Presidenta) de la República.
Y una vez que se sepa el nombre, de la persona ganadora, seremos como mexicanos un solo proyecto, una sola República.
Agradezco los comentarios del Sr. Enrique Olivera Arce, quien dedicó parte de su columna al artículo que escribiera recientemente titulado: El gorila Mexicano, haciéndome observaciones que leí con atención. Y no voy a extenderme mucho en mi respuesta, toda vez que cada quien, defiende su posición y se hace responsable de ella; y en mi caso, sostengo lo que dije con bases y sin arrogancias, aun a sabiendas que al hacerlo, puedo incomodar a uno o a muchos. En contraste, con la posición de algunos individuos que no aceptan críticas, y a cambio de ello, ofenden e intrigan, porque se sienten intocables.
En mi caso, siempre trato de citar en la mayoría de mis artículos, aquellos libros, referencias o fechas, en donde el lector puede profundizar, si así lo decide. Porque creo que todo articulistas es lo menos que debe hacer si analiza un tema. Pero también estoy consciente de que en un artículo, es difícil llegar a profundizar, como se deseara.
Por lo tanto, en el caso que nos ocupa, no se trataba de dar clases de historia de las revoluciones en Latinoamérica o en el mundo, (porque no es el objetivo ni el espacio para hacerlo), ni tampoco negar que la historia de ciertas naciones ha estado manchada de sangre por las movimientos revolucionarios que dieron cause a reformas importantes en sus Constituciones y sus gobiernos, aunque los resultados para algunos fueran favorables y en otros casos, fueran verdaderamente catastróficos o frustrantes. No, simplemente, llevaba la intención de lograr la reflexión, independientemente que me dieran la razón o no.
Pero de algo si estoy convencida, (a mi edad y experiencia, sin que nada tenga que ver la academia) es que jamás estaré de acuerdo, con las posiciones radicales-obsesivas de aquellas personas o políticos, intransigentes, que no dan cabida al debate serio y menos al consenso, a la negociación sana o al equilibrio. Y en esa posición ubico, no sólo yo, sino un gran porcentaje de mexicanos, a Andrés M. López.
Las posiciones extremas, sólo son salvables cuando tienen líderes positivos y con visión; pero cuando éstas son manejadas por (repito) líderes equivocados, como lo digo en el artículo, por principio son tranquilizadoras de conciencias de minorías igualmente radicales, pero por otra parte, traicionan los intereses de las mayorías, que no coinciden con ese tipo de líderes que alientan el desequilibrio y el desorden y que por el contrario, esperan de éstos, demostraciones de calidad moral, capacidad, calidad en los colaboradores y resultados eficientes.
Porque yo me pregunto ¿Hasta qué punto México, estaría dispuesto a aceptar para los siguientes 6 años, un perfil de líder intolerante en la Presidencia de la República? Y conste, que no solamente yo lo he dicho (recordar a Javier Sicilia y muchos otros que lo afirman). Pues, la respuesta no la tengo yo, ésta se verá después del 1º de Julio.
Reconozco que AMLO, es (como digo en el artículo) un líder social-populista, muy bueno, y respeto su lucha y la de quien decida seguirlo, pero de eso a que posea el perfil idóneo para gobernar un país como el nuestro, con problemas serios sociales, económicos y políticos, sinceramente no lo creo. Y así como van muchos a votar por él y están en su derecho, también hay muchos ciudadanos de México, que no le tenemos confianza y estaremos también en nuestro derecho de no decidirnos por su proyecto, a la hora de emitir el voto, y esto nadie nos lo puede reclamar.
Pero sí hago una respetuosa aclaración, en ese artículo en particular, jamás promoví la figura de ningún candidato de mi partido ni mucho menos invite a votar por el PRI. Como tampoco creo que el PRI este nervioso porque AMLO tenga adeptos, porque repito lo que he dicho en otros artículos, el PRI no le apuesta a ganar ni con los perredistas, ni con los Petistas, ni con los del MC. El PRI, va a ganar con los Priistas, con sus aliados, con la fuerzas de las organizaciones que hoy se le suman, con los empresarios, con las mujeres, con los jóvenes, los maestros, los obreros, etc., etc. que son miles en todo el país. Cada quien su lucha.
Igualmente, creo que no cabe el comentario de decir que me haya ganado mi filiación priistas, de la que me siento muy orgullosa, sólo porque me atreví a dibujar a un candidato a la Presidencia de la República, en su justa dimensión.
Adoptar una posición, no es hablar con la visera, lo mismo podría pensar de los articulistas que adoptan posiciones contrarias a la mía, a los que les tengo respeto y jamás devaluaría ni sus artículos ni sus comentarios, porque me vería frívola y soberbia y no es el caso. Simplemente, creo que la posición de Don Enrique respecto a la mía, es diferente y no tengo más que comentar al respecto, porque creo que tanto él como yo, somos personas que escribirnos con seriedad y calidad, característico de los seres racionales, inteligentes y sensibles.
Como dije en un principio, su servidora ha leído, aceptado y valorado las críticas siempre, vengan de quien vengan, las recibe de buena fe y agradezco al Sr. Olivera, los comentarios gentiles que hace de mi persona, pero la sociedad mexicana, es la que tendrá la última palabra, al decidirse el primer domingo de Julio, por quién considere la mejor opción para que sea su próximo Presidente (o Presidenta) de la República.
Y una vez que se sepa el nombre, de la persona ganadora, seremos como mexicanos un solo proyecto, una sola República.
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