Dra. Zaida Alicia Lladó Castillo
Quien NO crea que las cosas vayan a cambiar, con Enrique Peña Nieto en la Presidencia de la República, si es favorecido en la elección próxima, está totalmente equivocado.
Y lo digo porque tengo algunos datos que me constan. Recuerdo en la campaña del año 2006, al Gobernador del Estado de México en las sesiones de fin de semana en la sala de Expresidentes del Edif. 2 del CEN del PRI, al que asistían un grupo muy pequeño de mandatarios estatales invitados por el Dr. Mariano Palacios Alcocer y Rosario Green, en el momento Presidente y Secretaria General respectivamente y a donde también llegaban los líderes de las Cámaras y los dirigentes nacionales de los sectores y organizaciones del PRI. Su servidora hacia presencia en ellas, con la representación del ONMPRI Nacional en su calidad de Secretaria General del mismo, (sustituyendo a la Presidenta Esthela Ponce Beltrán que en esas fechas, competía para el Senado de la República en su Estado Baja California Sur).
Y en estas reuniones escuchaba con atención la posición de cada asistente, pero en especial me llamaba la atención las intervenciones de Enrique Peña Nieto: prudentes, pero sobre todo, muy directas y fuertes hacia el Partido, que dejaba ver a todos, la exigencia de un mayor compromiso de parte de todas las estructuras territoriales y sectoriales hacia los candidatos en campaña y del PRI con la sociedad, recalcando que las cosas debían hacerse mucho mejor y la urgencia de cambiar lo necesario para bien de la institución y del país.
Independientemente de que si fuera carismático o no, lo que me impresionaba de su persona era, su franqueza y educación y algo muy importante, la forma de señalar exactamente, el punto dónde estaban los problemas y su interés por resolverlos. Eso siempre me dio buena espina porque, denotaba un liderazgo sensible, acucioso e insistente para resolver lo que fuera necesario para sacar esa campaña y para hacer lo mejor por el país. Recuerdo en una ocasión, que al inicio de una de las reuniones, alcancé a escuchar lo que le dijo discretamente al Dr. Palacios, “se quedó pendiente un caso, no se puede quedar en el aire, hay que agotar el tema hasta que se resuelva”.
Y en el momento pensaba: “este señor tiene muchas cualidades valiosas y sería un grave error si él no es el candidato del PRI a la Presidencia de la República en el 2012”.
Y llegó el proceso electoral del 2012 y Enrique Peña Nieto, es hoy el candidato de la “Alianza Compromiso por México” a la Presidencia de la República que la constituyen el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y, junto con las candidatos al Senado y Diputaciones Federales, va a la cabeza de las preferencias a nivel nacional, a sólo dos semanas de los comicios.
Y su campaña, bien planeada, siempre ha estado al alta no fortuitamente. El intenso esfuerzo que ha depositado en sus recorridos en todo el país, apuntalando las 128 candidaturas al Senado y 500 fórmulas de diputados federales, apoyando también, los 15 procesos locales donde se elegirán 871 presidentes municipales, 317 diputados locales de mayoría relativa, cinco gobernadores, un jefe de gobierno del Distrito Federal y sus 16 jefes delegacionales, y con todo ello, aún guardando lo mejor de su energía, para cerrar fuerte en estos últimos días, hasta la victoria. De él, no se podrá negar y menos decir que no está dando la muestra, de que tiene la voluntad firme para no fallarle, a los que le han dado la confianza en su candidatura, para lograr el triunfo a la alianza PRI-PVEM dentro de dos semanas.
Lo mismo hoy se le ve en el norte del país en un mitin, que en el centro en una rueda de prensa o entrevista en medio, o en un foro con empresarios de los estados del Golfo, o en un desayuno con mujeres o con jóvenes en la zona del Pacifico norte o Sur, o cumpliendo compromisos con los hombres del campo, con los obreros, con los líderes de colonias, con los maestros y con la sociedad civil, etc. Y todo ese esfuerzo lo hace con la fuerza que le dan sus 45 años y la vitalidad que exhibe en su deseo de lograr la meta, no personal sino de miles de ciudadanos, que quieren que él sea el próximo Presidente de la República. Y lo puede lograr, por que posee formación profesional, compromiso, experiencia de gobierno y sensibilidad para buscar hoy servir a la nación con vocación, respeto y eficiencia. Pero, es bueno recordar cuál es ese perfil, del que hablamos.
Enrique Peña Nieto, es abogado con Maestría en Administración de Empresas en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (1990). Forma parte de una familia respetada en Atlacomulco, Estado de México, que en 1978, tuvo que emigrar a la capital Toluca. En esos años, inicia su vida política, junto a grandes personajes que en el momento eran los que dirigían el Gobierno y su partido. Y empezó como todos los jóvenes, repartiendo propaganda casa por casa, en las esquinas de las calles y aprendiendo a hablar en público.
Fue catedrático entre 1988 a 1990, de la Universidad Panamericana del Estado de México. Fue miembro del FJR en su Estado y Secretario del Movimiento ciudadano de la CNOP estatal. En 1999, fue Secretario Particular del Secretario de Desarrollo Económico Carlos Rello, en el gobierno mexiquense de Arturo Montiel Rojas. Al siguiente año (2000), lo nombraron Subsecretario de Gobernación; en 2003, es nombrado por unos meses Secretario de Finanzas, porque en septiembre de ese año contendió a la diputación local ganando contundentemente y ocupando la Presidencia de la Junta de Coordinación Política de la LV Legislatura. Ahí se conserva, hasta 2005 en que es postulado como candidato al Gobierno del Estado, ganando una elección competida. Como resultado de su gestión como Gobernador, sumó innumerables adeptos al cumplir con los más de 600 compromisos que hizo en su campaña, dejando obras monumentales que no sólo beneficiaron a su Estado, sino a otros adyacentes, tales como: el tren suburbano y el Maxibus que unió al DF con Edomex y la Autopista Arco Norte de 223 kmts., que con una aportación bipartita con el gobierno federal, unió en una sola vía de comunicación a los estados de Puebla, Tlaxcala, Hidalgo y Edomex, articulándola a la autopista hacia Querétaro, entre miles de obras que hicieron que ese Estado, estuviera considerado en el segundo lugar, con mayor nivel de transparencia a nivel nacional, con una calificación de 96.5 puntos de 100 posibles.
Y me decían en su momento quienes le han acompañado en su recorrido y que conocen de su experiencia en el servicio público: es un político serio, muy dedicado al trabajo y que asume la responsabilidad social del gobierno haciéndolo parte de su vida. Pero sobre todo, es un político que no lo engañan ni lo enganchan con facilidad, porque tiene intuición de sobra y capacidad para darse cuenta, quién funciona y quién no. Y en este nuevo contexto, salen sobrando aquellos que no actúan a la altura de su gobierno. (Galindo, 2011)
Y aquí regreso, a la idea inicial. Quien crea, que Enrique Peña Nieto, de llegar a la Presidencia (como todo lo indica, pero que aún falta confirmarse en las urnas), será un político más que no trascienda, está muy equivocado.
Enrique Peña Nieto, injuriado hasta el cansancio por sus contrincantes en esta contienda en la que ha demostrado tolerancia y respeto para quienes no coincidan con su proyecto (más por desconocimiento del mismo que por otra cosa), si no se ha amilanado, es porque posee un espíritu fuerte y energía elevada que sabe transmitir, que se reafirma en el orgullo de pertenecer a la “nueva generación de jóvenes, que en el PRI, se están identificando como modelos de honestidad y trabajo y que con convicción, rechazan contundentemente regresar a etapas vergonzosas que dieron al traste toda una labor institucional a favor del país”. Y él ya lo ha demostrado desde ahora en su campaña, impidiendo el paso a quienes por alguna razón en su historia política tenga indicadores dudosos o negativos, pero por otra parte, sumando a personajes valiosos que le darán prestigio y certidumbre a su gobierno de llegar a la Presidencia en la etapa difícil y complicada que México hoy se encuentra.
Luego entonces, aunque el PRI viene trabajando fuerte y tiene candidatos de buen nivel tanto a la Presidencia de la República como en los Estados, debe aún prepararse para los más difícil, las marrullerías que saben hacer muy bien sus adversarios, en su desesperación por ganar y que ya en estas dos últimas semanas, se observará con mayor intensidad.
Porque no sólo a mi me consta sino a muchos, cómo actúa el PAN en Veracruz y en el país, porque consta en actas y grabaciones (en video), del uso de estrategias tales como: compra de credenciales, dinero en maletas (que avientan desde las avionetas y helicópteros en las costas y zonas serranas) para comprar representantes de casilla, promotores y órganos electorales distritales o municipales; del control que ejercen sobre los más humildes a través del padrón de “oportunidades” y de “70 y más” llevándolos a votar amenazados, porque nos ha constado que usan los vehículos del gobierno federal (pintando de otro color las camionetas del servicio público), para poderlas usar en el acarreo de la gente o en el traslado de apoyos y la forma en que se chantajea a los jóvenes con becas y engaños, etc. Como también hemos visto como actúa el PRD, con el PT y MC (antes Convergencia), hoy con la gran diferencia que llevan en los bolsillos nuevos apoyos económicos ya negociados con la clase más pudiente del país, que desde luego se quedarán en la Coordinación Nacional de la campaña y no bajarán a los distritos, como siempre lo hacen, y sus candidatos en las entidades, tendrán que rascarse con sus propias uñas una vez más.
Pero, no debemos perder la fe y confianza en la cultura política de la población que cada vez es más inteligente y no vende su dignidad por 2 o 3 mil pesos que les dan por la credencial o por reventar una casilla; porque que por esa cantidad, que para algunos se la acaban en media hora y para otros en un mes, no se arriesga el país entregándoselo a la intolerancia y ambición, ni a quien heredará las políticas ineficientes y banales del actual gobierno federal.
Pero, si hay un partido que conozco, es al PRI (en sus virtudes y defectos) y si algo le he visto desde el 2007 a la fecha (y que es la razón de ese repunte en las preferencias en el plano nacional), es el cuidado y cautela de no confiarse y de cuidar la elección que le favorece hasta el último segundo. Por eso, ha ganado en la mayoría de los estados de la república en los últimos 5 años.
Si el PRI, trabaja estos últimos días con inteligencia y le responden en forma comprometida y con buenos resultados, por una parte, las regiones donde es gobierno estatal (recordemos que lo es en 19 de 32 entidades federativas); sumado al trabajo y compromiso de los alcaldes priistas que representan el 58 % del total del país, algunos de ellos dirigiendo 23 principales capitales; si los actuales 238 diputados federales y 33 Senadores apuntalan a la “Alianza Compromiso por México” para que gane en sus estados y circunscripciones y aprovecha la fuerza de las diputaciones de 23 de los 32 Congresos estatales, considerando que se trata de representantes populares que tienen un compromiso moral y político de responderle a su partido; y si además de ello, el avance de todos sus candidatos en campaña se consolida y cierra fuerte apoyados por la militancia concentrada en las estructuras municipales, distritales y seccionales de los 32 Comités Estatales del PRI, con sus sectores y organizaciones, con el impulso de los partidos aliados y las organizaciones y movimientos ciudadanos que simpatizan en él en esta etapa, el PRI tiene un ejército leal y capacitado para ganar sin contratiempos la elección más importante de su historia.
Por eso Enrique Peña Nieto, candidato del PRI-PVEM, a la Presidencia de la República, sigue adelante sin perder el tiempo y sin caer en las trampas de sus detractores; y sigue caminando afianzando lealtades, motivando a todos a “sacar la casta” y exigiéndoles respuesta, porque es el momento de demostrar el orgullo y dignidad para hacer propia esta contienda porque es el futuro del pueblo de México lo que está en juego y hoy como nunca, se necesita: un cambio de fondo en las políticas de Estado, un proyecto de nación que no sea sólo de discurso sino que se vea reflejado en el mejoramiento económico de cada hogar mexicano, en la protección de la vida y la defensa de la soberanía nacional que hoy está en riesgo, entre otras cosas cruciales.
Y para que todo ello se logre, se necesitará que acudan a la cita, todos los que coincidan con el proyecto que él encabeza, para confirmar su confianza en cada voto que se emita a su favor, desde muy temprano el próximo 1º de Julio.
Porque ese día, será el momento, para rescatar al país de esta etapa de oscuridad, indefinición y de temor que a todos nos ha afectado de diferentes maneras y, que sólo se habrá de detener, haciendo el ejercicio democrático de votar a favor del proyecto que nos lleve a una nueva etapa, donde se pueda respirar en libertad y sin miedos, donde se elimine la falsedad y el engaño de las políticas públicas que no han resueltos los problemas y que por el contrario, han acentuado más los riesgos y las diferencias sociales y económicas en el país.
Un gobierno de respeto a los derechos humanos, que tenga como premisa principal el ejercicio eficiente de la justicia, el desarrollo humano, la sustentabilidad y la paz , como garantes de la vida, la dignidad y la convivencia armónica entre todos los que en este país habitamos.
Por todas esas razones y otras que no alcanza este espacio para decirlas, no tengo duda, que ENRIQUE PEÑA NIETO MERECE SER EL PRÓXIMO PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA.
Gracias y hasta la ´próxima...
No hay comentarios:
Publicar un comentario