Desaparece partido político en Veracruz
Luis Velázquez
El viernes 6 de julio, 2012, la Gaceta Oficial publicó el acuerdo del Instituto Electoral (IEV) para liquidar el Partido Revolucionario Veracruzano, luego de una vida incierta, sin resultados en la vida democrática local ni menos en la población electoral.
Queda así confirmada la inutilidad que el IEV siga otorgando luz verde a asociaciones y partidos políticos en una entidad federativa, donde, como en el resto del país, el ciudadano se ha desencanto de los partidos políticos.
Y más, por lo siguiente: Resulta inverosímil que, por ejemplo, un militante del PRI de pronto salga con la ocurrencia de formar su organismo político, cuando, primero, pertenece a un instituto; segundo, si desea construir una carrera sólo resta dar duro a la talacha, buscarse un padrino poderoso con luz y capital propio y construir lealtades hasta donde más se pueda.
Ahora mismo el IEV tiene solicitudes, luego de haber extendido el VoBo a otros más, entre ellos: el Partido Cardenista que, incluso, hasta echó la bronca porque el grupito del biólogo Alfredo Tress obtuvo con más rapidez el humo blanco.
Luego, incluso, que el secretario General de Gobierno, el expanista Gerardo Buganza Salmerón, también alcanzara el membrete de su asociación, llamada de manera curiosa “Generando Bienestar” (se ignora para quiénes), y cuyas siglas corresponden a las iniciales de su nombre, no obstante que el nombrecito ningún impacto psicológico tiene en el alma colectiva.
En contraparte hay otras asociaciones con más antigüedad, como las de Héctor Yunes Landa, Jorge Uscanga Escobar y Felipe Amadeo Flores Espinoza, y en donde, de plano, los mismos priistas se reciclan, solo cambiándose la camisa con el logotipo el día de alguna comelitona.
En nada han beneficiado tales asociaciones y partiditos a la democracia en Veracruz.
Si acaso el único resultado favorable es que han servido para mejorar la calidad de vida familiar y el nivel político de sus dueños.
Pero de ahí pa’lante sirven para hacer bulto, acaso, en la boleta electoral en tiempo de renovación de presidencias municipales y diputados locales.
Y, claro, para fortalecer el bolsillo con las prerrogativas y las concesiones del poder.
Fuente: www.blog.expediente.mx
Luis Velázquez
El viernes 6 de julio, 2012, la Gaceta Oficial publicó el acuerdo del Instituto Electoral (IEV) para liquidar el Partido Revolucionario Veracruzano, luego de una vida incierta, sin resultados en la vida democrática local ni menos en la población electoral.
Queda así confirmada la inutilidad que el IEV siga otorgando luz verde a asociaciones y partidos políticos en una entidad federativa, donde, como en el resto del país, el ciudadano se ha desencanto de los partidos políticos.
Y más, por lo siguiente: Resulta inverosímil que, por ejemplo, un militante del PRI de pronto salga con la ocurrencia de formar su organismo político, cuando, primero, pertenece a un instituto; segundo, si desea construir una carrera sólo resta dar duro a la talacha, buscarse un padrino poderoso con luz y capital propio y construir lealtades hasta donde más se pueda.
Ahora mismo el IEV tiene solicitudes, luego de haber extendido el VoBo a otros más, entre ellos: el Partido Cardenista que, incluso, hasta echó la bronca porque el grupito del biólogo Alfredo Tress obtuvo con más rapidez el humo blanco.
Luego, incluso, que el secretario General de Gobierno, el expanista Gerardo Buganza Salmerón, también alcanzara el membrete de su asociación, llamada de manera curiosa “Generando Bienestar” (se ignora para quiénes), y cuyas siglas corresponden a las iniciales de su nombre, no obstante que el nombrecito ningún impacto psicológico tiene en el alma colectiva.
En contraparte hay otras asociaciones con más antigüedad, como las de Héctor Yunes Landa, Jorge Uscanga Escobar y Felipe Amadeo Flores Espinoza, y en donde, de plano, los mismos priistas se reciclan, solo cambiándose la camisa con el logotipo el día de alguna comelitona.
En nada han beneficiado tales asociaciones y partiditos a la democracia en Veracruz.
Si acaso el único resultado favorable es que han servido para mejorar la calidad de vida familiar y el nivel político de sus dueños.
Pero de ahí pa’lante sirven para hacer bulto, acaso, en la boleta electoral en tiempo de renovación de presidencias municipales y diputados locales.
Y, claro, para fortalecer el bolsillo con las prerrogativas y las concesiones del poder.
Fuente: www.blog.expediente.mx
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