jueves, 23 de mayo de 2013

¡QUÉ VIVA EL SON!


-Gilberto Gutiérrez (fundador del grupo Mono blanco), Rodolfo Guzmán del Ángel (zapateador y presidente del Círculo huasteco de Poza Rica) y Ramsés Osiris Caballero (violinista integrante de los grupos Guardianes de la Huasteca y Los Utrera) coincidieron en que el festival organizado por la UV será un impulso importante para el son y para los grupos que participan 

Juan Carlos Plata 

Destacados soneros y gente ligada a la tradición de los sones jarocho y huasteco coincidieron en que el festival ¡Que viva el son!, que organiza la Universidad Veracruzana (UV) y que se llevará a cabo del 23 de mayo al 23 de junio en seis ciudades de Veracruz, es una nueva plataforma para mantener y enriquecer esta tradición veracruzana. 

Rodolfo Guzmán del Ángel, zapateador y presidente del Círculo huasteco de Poza Rica, aseguró que todos los apoyos son bienvenidos, “como decimos por acá, entre muchos no pesa tanto el muerto, la labor de preservación y difusión de nuestras tradiciones y cultura requiere de todos los esfuerzos posibles y nos parece fabuloso que la UV se fije en nuestros esfuerzos y organice este festival”. 

Para Gilberto Gutiérrez, fundador del grupo Mono blanco, es muy positivo que la UV refrende su apoyo a la cultura popular de Veracruz con este festival. “Bienvenida la iniciativa. Hay muchos eventos del son a lo largo y ancho del estado, pero el apoyo de la UV pude darle una nueva dimensión a la promoción y difusión del son y de la cultura popular de Veracruz”. 

Por su parte, Ramsés Osiris Caballero, violinista huasteco e integrante del trío Guardianes de la huasteca y del grupo Los Utrera sostuvo que “es un gusto que la UV apoye el movimiento sonero y que nos ayude a promover la tradición del son en sus diferentes expresiones. Sabemos que este no es el primer esfuerzo de la UV en este sentido, pero esperamos que este festival pueda establecerse cada año”. 

Uno de los aspectos más interesantes del festival, aseguraron los soneros, es que en cada sede del evento se presentarán grupos locales y grupos de otras partes de Veracruz –lo que contribuye al reconocimiento de los músicos de cada región y al acercamiento de la población en general, especialmente los universitarios, a los elementos de una tradición que es también suya-. 

Ramsés Osiris Caballero sostuvo que muchas veces se piensa en traer cosas de fuera para darle realce a un evento, “pero creemos que el talento local es muy importante. Hay muchos artistas locales –yo incluido- que son conocidos en otros lados y no en su propia tierra. Es bien interesante que en cada sede del festival se presenten en su mayoría artistas locales para que también su actividad y su aportación a la tradición sean reconocidas en sus lugares de origen”. 

Para Gilberto Gutiérrez, la convivencia de grupos locales con grupos de otras regiones del estado “es de gran ayuda, porque podemos intercambiar experiencias y crecer artísticamente. El apoyo a los grupos locales es muy importante porque es muy común que tengan talento y elementos artísticos importantes, a veces lo que falta es producción y apoyos, en ese sentido, el festival ¡Que viva el son! puede significar una plataforma muy importante para muchos grupos”. 

Para Rodolfo Guzmán del Ángel que el cartel de cada sede esté conformado por artistas locales es muy relevante, “porque son ellos los que sienten, viven y saben de la tradición de cada lugar”, y al mismo tiempo, la interacción con grupos de otras regiones del estado, “es una oportunidad de agarrarnos a versos con un jarocho, con lo que podemos mantener vivo lo que somos, no es sólo tocar música o cantar, es lo que nos hace ser como somos”. 

Sobre la relativamente reciente atención hacia los géneros tradicionales de Veracruz, Gilberto Gutiérrez aseguró que con Mono blanco “nos tocó abrir brecha, afortunadamente ha habido muchos grupos que han hecho grandes aportaciones a la difusión del son en todo el mundo. 

“Empezamos buscando un mercado para el son, quisimos hacer un trabajo artístico del son, organizamos conciertos didácticos para dar a conocer la tradición del fandango y a partir de todo este trabajo nosotros y muchos otros grupos hemos podido llevar el son a diferentes partes del mundo y hemos regresado a nuestra tierra a seguir trabajando, a seguir viviendo el son, porque uno no puede promover una tradición si no forma parte de ella”. 

Para Ramsés Osiris Caballero es muy importante que como veracruzanos tengamos bien presente es el son no es una música que deba estar guardada en un cajón y sólo dejarla salir para las fiestas tradicionales, “debemos tocarla, disfrutarla, vivirla todos los días, como lo hicieron nuestros abuelos y nuestros padres”.

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