domingo, 21 de julio de 2013

POR LA VERDAD Y LA CONFIANZA

El gran reto del Papa Francisco: acabar con la mafia interna (parte 2) 

Dra. Zaida Lladó Castillo

Trataremos de dar algunas respuestas a las preguntas que hiciéramos antes:

¿Quién maneja las finanzas de El vaticano?

La instancia que maneja las finanzas del Vaticano, es el Instituto para las Obras de Religión (IOR), institución formada por el Papa Pío XII desde 1942, con el propósito de conservar y administrar los bienes confiados al Instituto, por personas físicas o jurídicas que tuvieran por objetivo actividades religiosas o de caridad, y permite a la Santa Sede, administrar sus recursos y los fondos se dirigen a financiar las iglesias con mayores necesidades económicas situadas en los países más pobres. 

Es decir, el IOR es un fondo particular cuyos clientes son diócesis, órdenes religiosas y departamentos y empleados de la Santa Sede; y aunque es conocido también como el Banco Vaticano, es claro que no lo es como tal, pues fue creado sin fines de lucro (en teoría), al no ofrecer servicios como la hace algún otro banco, como: el prestar dinero o realizar inversiones directas. Pero sí tiene la obligación de mantener la capitalización de la entidad y el dinero de sus clientes, por lo que el capital recibido se invierte en bonos de Estado, en obligaciones y en el mercado interbancario. Y ahí es donde el asunto se convierte en codiciado. 

¿De cuánto estamos hablando? 

Si consideramos que el IOR administra fondos por un valor de 7 000 millones de euros y cuenta con casi 19 000 usuarios, de los cuales unos 5 200 son instituciones católicas, que tienen la titularidad de más del 85% de los fondos administrados; y 13 700 son personas entre las que se encuentran religiosos, empleados de la Ciudad del Vaticano y otros autorizados, cualquier Banco se prestaría a recibir con gusto las inversiones de un tesoro seguro, que permite margen de maniobra de sobra. Pero el nivel de ingresos de la Banca vaticana con esas cantidades, es demasiada tentación para los ambiciosos banqueros Italianos y algunos operadores vaticanos, al triangular negocios tales como: autofinanciamientos, préstamos a otros Bancos y han puesto, más de una vez, en riesgo los fondos del IOR como inversionista. 

Pero aunque mucho se ha publicado en revistas, notas periodísticas y libros, me llama la atención los escritos de Avro Manhattan, sobre el patrimonio del Vaticano[1], que menciona las grandes inversiones con los Rothschil de Inglaterra, Francia y EEUU, el Banco Ambrosiano, y el Credit Suisse de Londres y Suiza. Así como inversiones en EEUU con el Banco Morgan, Chase Manhathan, Frist National Bank de Nueva York, Bankers Trust Company y otros. Igualmente menciona sobre acciones con las más poderosas corporaciones internacionales tales como: Gulf Oil, Shell, General Motors, Betlehem Steel, General Electric, Internacional Bussiness Machines y aerolíneas TWA, y en otros países como copropietario de poderosos grupos económicos como en Sudamérica. 

Otro autor es Jesús Ynfante, en su libro “La cara oculta del Vaticano”, también menciona de los porcentajes significativos en empresas textiles, telefónicas, ferroviarias, cementeras, eléctricas y de servicios e inmobiliarias, etc. Pero aunque, no son los únicos que lo mencionan, también observo que existe un alto porcentaje de personas y medios de comunicación europeos principalmente, que están ensañados para exhibir cada paso de la iglesia, con la intención de desprestigiarla y, eso también tiene trasfondo y se antoja tendencioso. 

¿Por qué los negocios turbios por parte de los encargados de las finanzas del vaticano? 

Es cierto, la historia registra ya varios casos en que los fondos de la Santa Sede han sido tocados, por problemas de malos manejos. Sucedió en 1982, cuando éstos fueron afectados por el Banco Ambrosiano, vinculado al Vaticano desde 10 años antes, en los tiempos de Roberto Calvi su Presidente. Cabe mencionar que este antiguo banco fue fundado en Milán en 1896, con el propósito de crear un banco católico que sirviera de contrapeso a los bancos Italianos y su objetivo era servir a las organizaciones morales, trabajos piadosos y cuerpos religiosos instalados para las ayudas caritativas”[2]. Sin embargo con los años, al cambiar de administraciones el objetivo se fue ampliando y desvirtuando. El banco comenzó a ampliar su negocio en la década de los 60 abriendo una compañía en Luxemburgo, conocida como Holding del Banco ambrosiano. Pero quien vino a ampliar los negocios fuera de Italia, pero ya con manejos dudosos y perseguidos por las autoridades italianas, fue Roberto Calvi, ya en la década de los 70. 

Y detallo los negocios de este sujeto, para dejar claro, la forma en que una institución que naciera de buena fe y con un noble propósito se desvirtúa hasta hacerla insolvente. Calvi, creó con el dinero de este banco, un número de compañías extranjeras en las Bahamas y en Sudamérica, formando una filial: el Banco Andino, controló la Banca Cattolica de Veneto, Banca de Gottarde, además de financiar otros negocios, entre ellos prensa italiana y lo más importante para éste fue, meter a la banca, el dinero que manejaba el Instituto para las Obras de la Religión (IOR) aprovechándose del escaso conocimiento en estas lides (al principio) o de la ambición (al final) del obispo Paul Marinkus, representante del Vaticano en este organismo. Y con todo ese poder Calvi, pudo influir en decisiones políticas no solo en Italia, sino en diversos países donde extendía su radio de acción. Es decir movía dinero desde Italia, creando organismos fantasmas asegurando préstamos sin garantía y triangulaba con bancos locales en los países donde tenía sus clientes. 

El resultado de estos negocios aprovechados para engrosar las bolsas de particulares, llevo a la institución a la bancarrota. La quiebra del Banco Ambrosiano, ascendió aproximadamente a 1300 millones de dólares, y puso al descubierto una intrincada trama de operaciones fraudulentas, lavado de dinero de la mafia, en la que también tuvo que ver una famosa logia masónica y tuvo como consecuencia la misteriosa muerte del propio Calvi en Londres. 

Y por supuesto, ello dejo al descubierto que el responsable de la supervisión de esas finanzas, Monseñor Paul Marcinkus, sacerdote que desde 1971 con el Papa Pablo VI ya era Presidente del IOR y 10 años después, en1981 con Juan Pablo II , aprovechando el nombramiento de pro-presidente de la Comisión Cardenalicia del Vaticano, equivalente a las funciones de Gobernador del Estado Pontificio, abuso de la confianza y usó ese poder absoluto y facultades para dar autorizaciones de créditos personales a través de la financiera Ambrociana. 

¿Cuál ha sido la posición de los Papas, respecto a estos problemas?

Al ser descubiertos los movimientos indebidos, Juan Pablo II, en esos años ordenó una exhaustiva investigación, concluyendo con la declinación de Marcinkus, quien nunca fue arrestado, ya que los miembros de la Santa Sede poseen inmunidad; pero no hay duda que estos hechos repercutieron en la política y finanzas internas además de poner en entredicho la imagen de la institución. 

En los siguientes años de papado de Juan Pablo II hasta su muerte, las finanzas se lograron controlar aparentemente, pero conforme la salud del Santo Padre venía a menos, las cosas tras sus espaldas no estaban del todo bien. Y seguramente, el murió sabiendo todos los secretos que la propia iglesia tenía que resolver, para no decaer su imagen frente al mundo.

Siendo ya Papa Benedicto XVI, empiezan a surgir una serie de problemas de infiltraciones y robo de información ultra secreta[3]. Y otra vez viene el escándalo, que da como resultado el despido del mayordomo del Papa y de otros miembros de la iglesia involucrados. Por eso a fines del 2009, al percatarse éste de esos riesgos, promulgó un documento[4] contra el blanqueo de dinero en las instituciones financieras del Vaticano, de ahí nace entonces el “Banco Central del vaticano”, con la encomienda de vigilar todas las operaciones financieras del famoso IOR (Instituto para las obreras de la religión). Es decir por primera vez, se le amarran las manos a esta institución. 

De esta manera, el Banco Central de la Santa Sede o Banco Central del Vaticano (BCV) , se habría de encargar en adelante, de la plena aplicación de normas internacionales contra los fraudes financieros y para combatir las actividades ilegales al tiempo que se instaurara la Autoridad de Información Financiera (AIF) , a la que le dotó de competencias en esa materia, siendo una de las medidas más fuertes, de “motu proprio”, implementadas en sus últimos meses de papado para cumplir con las políticas de transparencia que le exigían los tratados con el Gobierno de Italia y otros países donde la Iglesia católica tiene relación y en su compromiso de adoptar los principios e instrumentos jurídicos promovidos por la comunidad internacional con ese propósito. Es decir, se retiró Bendicto XVI sentando las bases para acabar con la corrupción entre otras cosas. 

A la llegada del Papa Francisco, las cosas empiezan a tomar otro cauce. El nombramiento del abogado alemán Ernst von Freyberg, hombre muy prestigiado, de 52 años, egresado de las universidades de Munich y Bonn, quien fuera fundador y presidente de la firma Daiwa Corporate Advisory entre 1991 y 2002 y miembro activo de la Soberana Orden Militar Hospitalaria de San Juan de Jerusalén de Rodas y de Malta, quien llegó como nuevo Presidente del IOR. Y lo ha tomado como un gran desafío, el limpiar la reputación de una entidad, que como él dice: “cuya mala imagen daña el mensaje del Papa” y ha mencionado su fuerte compromiso por hacer las cosas de manera correcta: “voy a empezar aplicando una política de cero tolerancia ante cualquier irregularidad. He contratado a los máximos consultores del mundo, expertos en políticas anti lavado de dinero—Promontory—de EEUU, para revisar una por una, todas las cuentas que tenemos y para revisar nuestros procedimientos y estructuras para que se cumpla con los máximos estándares internacionales en anti lavado de dinero”. [5]

Además de este nombramiento el propio Papa Francisco, ha nombrado una Comisión Investigadora que se encargará de supervisar las operaciones financieras de esa entidad, derivado también a que dos días después de que la instalara, un alto funcionario de la iglesia, ligado al banco, fue arrestado por tratar de llevar 20 millones de Euros (26 millones de dólares) en efectivo de Suiza a Italia[6]. ¿Cuántas veces se habrán realizado estas acciones, que podríamos llamar de saqueo, lavado de dinero, etc., y sin que nadie se diera cuenta?

Son muchas las medidas que el Papa está dispuesto a hacer, no solo en el control de las finanzas del Vaticano sino en relación a otros problemas que de antaño la Iglesia ha venido padeciendo, porque está consciente que hacerlo es acercarse nuevamente a los preceptos de Dios. 

Y para muestra un botón. El 11 de Julio pasado, publicó su primer “Motu Proprio” para reformar la justicia penal en el Vaticano, donde canceló la cadena perpetua, sustituyéndola por penas de 30 a 35 años de prisión como máximo, y endureció las penas a delitos contra menores como: venta, prostitución, trata, y violencia sexual, además de la pedofilia y pornografía y detención de material de esa índole. Además, las modificaciones de las leyes del Estado Vaticano se endurecen también sobre los delitos de corrupción, que prevén el aumento de las penas por la sustracción de documentos reservados de las oficinas vaticanas.[7] Todo ello renueva el sistema penal del vaticano, además de que todo parece indicar que está muy cercano el final del famoso IOR. 

Por eso, concluyo con un comentario que han hecho agunos medios nacionales e internacionales: sólo un papa Jesuita, se podía enfrentar a toda esa pléyade de grupos: Opus dei, Legionarios de Cristo, etc.[8], y a las mafias que se formaron al auspicio de la buena fe de los miembros de la Iglesia, que jamás se imaginaron que algunos de sus propios miembros podrían caer en tentación y lesionaran finalmente su propia institución. 

Sin duda, hay grandes retos para Francisco, el Santo Padre, porque habrá quien le moleste que diga que “San Pedro no tenía cuenta en el banco”, que “jamás vio un camión de mudanza detrás de un entierro”, “que no traía camionetas ni autos último modelo para caminar por el mundo” y que desea “una Iglesia pobre y para los pobres”. Y son razonamientos validos porque la iglesia tuvo así su origen, en la misión frente al pobre y necesitado y no para convertirse uno más de los ricos. 

Pero “Dios sabe porque hace las cosas”, tenía que llegar un papa humilde, rebelde y ajustado a principios, para enderezar la nave. Porque seguramente, al marcarlos hará contrastes con la posición de algunos que han desvirtuado su fe y se han separado de la exigencia de una vida en medianía; Y por ello, ya hay quien se ha atrevido a decir que la vida del Papa corre peligro, porque puede estar tocando intereses internos y externos, haciéndolo vulnerable frente a la ambición y la deslealtad a la iglesia. Por lo tanto creo que esto debe ser la preocupación para la institución en los siguientes años: cuidar a su representante mayor y a todos los que piensan como él, para que puedan realizar su misión con creces. 

Como así lo hacen con mucho esfuerzo y dignidad, los sacerdotes y religiosas, que están de misioneros en África, en el medio Oriente, en las zonas lejanas en pobreza en Latinoamérica, en la India etc., los que están ofreciendo su labor a favor de los desahuciados en su salud y vida en las cárceles, hospitales o asilos; los que todos los días dentro de los templos toman con amor, las esperanzas y expectativas de los pueblos que poseen un profundo sentido religioso y son ricos en bondad humana. Los que están pidiendo limosna todos los domingos, para poder sacar adelante sus necesidades y hacen un esfuerzo permanente por tener dignos los templos, por estar cerca de los necesitados y por ganarse el respeto y cariño de la grey católica. Por eso, bien por el Papa Francisco, y retomo sus palabras el día de su asunción al Papado: “Me fueron a buscar hasta el fin del mundo para hacerme Papa, sea por Dios”.

Gracias y hasta la próxima. 
[1] Manhattan, Avro, (1983), Los billones del Vaticano; El Vaticano en la política mundial (1949), El dólar y el Vaticano (1956), La alianza Vaticano-Moscú-Washington (1982), Asesinato en el Vaticano (1986), entre otra decena de libros publicados. 


[3] En mayo de 2012, el banquero Ettore Gotti, presidente del IOR, desde 2009, representante del banco Santander en Italia, miembro supernumerario del Opus Dei y colaborador del Benedicto XVI de tiempo atrás, había perdido la cordura y estaba involucrado en la fuga de documentos secretos del Papa. Su expulsión se produjo días después de la detención de Paolo Gabriele, el mayordomo del Papa. (Tziana F. 2013, El expresidente del IOR) 

[3] Romereports.com (2010) en catholic.net, El Banco del Vaticano 

[5] Pique Elizabetta , (2013) “Von Freyberg: "La imagen del Banco del Vaticano daña al Papa", La Nación. 

[6] Nunzio Scarano, es el prelado que fue arrestado a fines del mes de Junio del presente, acusado por corrupción, fraude y calumnia. Scarano, hasta hace un mes era director contable de la Apsa (Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica), y aunque rechazó las acusaciones de corrupción y calumnia ante la magistratura italiana, sí admitió que existía un proyecto para llevar a Italia 20 millones de euros de Paolo y Cesare D'Amico, empresarios navieros amigos de él. 


[8] Ladaria, Francisco, (2013) Solo un papa jesuita puede parar al opus dei 

No hay comentarios: