lunes, 26 de agosto de 2013

COYUNTURA POLÍTICA XXI

Universidad Veracruzana: un ejemplo de consolidación universitaria 

Raúl Abraham López Martínez* 

En el año de 1996 en el contexto del proceso mediante el cual la Universidad Veracruzana obtuvo la autonomía universitaria, Ragueb Chain Revuelta tuvo la amabilidad de invitarme a Radio UV para participar en una mesa de análisis sobre el modelo de autonomía universitaria que requería la UV. En esa ocasión compartimos el espacio radial Ragueb Chain, Ricardo Corzo y un servidor. 

En ese entonces yo tenía 22 años de edad, contaba con siete años de experiencia política en la izquierda social y en la partidista. El discurso predominante en esa época era la lucha por la democracia electoral, y el de la transición a la democracia. En este ambiente político, mi propuesta inicial sobre el modelo de gobierno universitario para la UV se encontraba definido por la democracia directa. 

En el desarrollo de la mesa de análisis sobre la autonomía universitaria, mi postura contrastó con los planteamientos de Chain y de Corzo, ellos se centraron en argumentar a favor de una Junta de Gobierno que tuviera en sus manos la conducción sobre la designación de la máxima autoridad universitaria: el rector. 

Ese día discutimos de manera fraterna y nos despedimos con toda cordialidad. 

Al concluir la mesa de análisis en Radio UV, de regreso a mi casa, caminando por el centro de la ciudad de Xalapa, me quedé reflexionando sobre los argumentos vertidos por quienes tiempo después se integraron a la Junta de Gobierno. Y tome la decisión de darme a la tarea de profundizar sobre el tema, buscando bibliografía, leyendo leyes orgánicas de otras universidades y analizando con más precisión distintos conflictos universitarios que se presentaban en el país. 

Contrariamente a lo que yo había sostenido, una de mis primeras conclusiones sobre este tema, fue que la democracia directa tiene sus respectivos ámbitos de aplicación, es adecuada para ciertos procesos de participación política, pero resulta inoperante cuando se intenta aplicarla en un ámbito de tipo universitario. 

La experiencia que ha prevalecido en las universidades públicas nos lleva a reconocer que la aplicación en los procesos internos de la democracia directa con lleva un traslado a los espacios universitarios de las pugnas y vicios de participación que se presentan en los procesos electorales para elegir representantes populares. 

Lo anterior, ha tenido por efecto, la vulneración de las funciones sustantivas que tienen que desempeñar una universidad, convirtiendo a la institución universitaria en un coto de poder cuyos grupos se empeñan en disputar como si se tratara de acceder a la dirigencia de un partido político. 

En el caso de la Universidad Veracruzana, afortunadamente lo que predominó fue la inteligencia colectiva para acordar la conformación de una respetable Junta de Gobierno, quien con el acompañamiento y participación de la comunidad universitaria, es posible elegir al Rector de la UV garantizando la estabilidad que debe de prevalecer en una institución universitaria. 

Algunas voces, con intereses políticos, personales o de grupo, podrán oponerse a este punto de vista, sin embargo, me voy a adelantar a sus críticas y les voy a responder, que los resultados positivos de este modelo de autonomía universitaria se pueden apreciar en los indicadores de resultados de la gestión que ha realizado el segundo Rector de la era de la autonomía de la UV: Raúl Arias Lovillo. 

Bajo la premisa de que resultados de indicadores matan a grilla barata, se puede destacar lo siguiente: del 2005 al 2013 la UV incrementó su matrícula en un 34.6%, pasando de 45,553 a 61,298 alumnos. En este mismo periodo, la oferta educativa de la UV aumentó en un 55.4%. La cantidad de profesores de tiempo completo se incrementó en un 24.7%. El número de Profesores de tiempo completo con perfil deseable Promep creció en un 348%. La cifra de académico que ingresaron al Sistema Nacional de Investigadores ascendió en un 218%. 

En torno a la educación de calidad hay que tomar muy en serio los dos siguientes indicadores de resultados: De 2005 al 2013 la UV incrementó su matrícula de calidad 138.7%. Hablando de los posgrados que se imparten en la UV estos tuvieron un vertiginoso incremento del 712.5% de posgrados de calidad reconocidos por el Conacyt. 

En síntesis; a la luz del tiempo se puede apreciar que el modelo de autonomía universitaria de la UV ha sido el adecuado para desarrollar sus funciones sustantivas. Este modelo de gobierno universitario, es digno de resaltar, y máxime cuando hay indicadores de resultados que confirman su adecuada labor en la importante tarea de designar al Rector de una de las universidades más importantes de México. 
Consultor político y director de la Revista Digital Independiente Voz Universitaria www.vozuniversitaria.org.mx

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