jueves, 26 de septiembre de 2013

SER DE IZQUIERDA EN MÉXICO

Uriel Flores Aguayo

Quedaron varias ideas e inquietudes sin registro en el artículo anterior, en este me propongo abordar un poco mas de este tema; que requiere tener un lugar en nuestras ocupaciones para efectos de reflexión, guía y posicionamiento. Sin ideas no hay práctica Política coherente, sólo pragmatismo y, por nuestra experiencia nacional, vil oportunismo. Estamos en un proceso levemente explícito de intentos de cambios estructurales que, en la tradición Salinista y del PRI, es opaca, llena de eufemismos y lejana de transformaciones democráticas.

Reivindico la autenticidad ideológica y política -el que es, es-, no creo en las ambigüedades ni en las in definiciones, en el momento que sea; no dudo, tampoco, que el tiempo y sus circunstancias nos obligan, guste o no, a cambiar en muchos sentidos, lo cual es notable en el discurso y en prácticas; pero la esencia es la misma, son claves inamovibles a riesgo de perderse; digamos que pueden cambiar los actores y el envoltorio pero el producto es el mismo. Quienes niegan las ubicaciones ideológicas normalmente lo hacen para no comprometerse y para eludir sus propias convicciones.

Existe el fenómeno de la ideologización como polo extremo del pragmatismo, en ambos casos brilla la ausencia de esencia democrática. No veo que hayan desaparecido las indispensables definiciones ideológicas ante los problemas sociales y políticos, mucho menos en un país como el nuestro tan desigual y antidemocrático; los intereses de clase en forma de elites y 53 millones de pobres están representados en los partidos políticos y en las instituciones legislativas, en el Ejecutivo federal y en los medios de comunicación. Existe intrínsecamente un contenido ideológico, asumido o no, en las leyes, en los presupuestos, en lo fiscal, en las elecciones, en lo mediático, etc. De tan obvio, que no se ve o se simula que no se ve.

Es respetable la forma de pensar de los que participan en la vida pública, más todavía que lo ostenten y defiendan; es muy chocante que algunos intenten esconderse o "Cantinflear", fenómeno que se observa en las nuevas generaciones de todos los partidos, donde abunda lo hueco y el " rollo", derivando en un desastre cuando se trata de servidores públicos. Me resulta llamativo cuando se habla de " izquierda moderna" sin dar elementos que sustente esa definición, salvó apelar a no ser " del no"; puedo aceptar ese estilo o propuesta si son coherentes quienes lo promuevan; no es el caso de la burocracia del PRD, radicalmente antidemocrática y primitiva. Queda en pura palabrería pretenderse "moderno" y tener una práctica corrupta y fraudulenta, como lo hemos padecido en Veracruz.

Pienso que cada fuerza política debe aspirar a representar a determinadas expresiones sociales prioritariamente, su base electoral, jugar un papel democrático y aportar al proyecto nacional lo que le corresponda proporcionalmente; no veo como se pude mantener en la pluralidad adoptando la línea de " la unidad nacional" del estilo del " pacto por México". La izquierda partidista se está diluyendo en una ruta en que cree estar consolidándose, al menos el PRD, pagando prematura y aceleradamente sus acuerdos cupulares y de apariencia colaboracionista.

El problema de los partidos de izquierda es que solo son un registro electoral sostenido con abundantes recursos públicos, sin los cuales se desplomarían; son producto de un sistema electoral absolutamente deformado y disfuncional que ha producido partidos sin representación actual y dedicada a sostener a burocracias familiares y de cuates. Es más, de izquierda solo les queda el nombre, haciendo malabares para justificar su existencia con mucha demagogia. La crisis de los partidos de izquierda, lo que eso sea, viene de su integración a crítica y oportunista a las reglas de la clase política Mexicana, asumiendo su estilo y sus vicios; dejó de ser transformadora y comprometida socialmente para jugar un rol igual o peor que el resto de partidos, que son de auto consumo e irrelevantes.

Si me basara en mi experiencia directa en Veracruz, donde el PRD se vendió como franquicia, diría que el partido ya no existe, pero como es nacional debo abordar sus realidades en esa magnitud; creo que, haga lo que sea, el costo político de su aventura pactista va a ser un fuerte, que su deterioro y pérdida de prestigio se va revelar brutalmente en las elecciones del 2015. La clave está en el grupo dominante, " los chuchos", quienes pueden aferrarse al podercito interno o abrirlo para que otras figuras le den oxígeno y hagan un replanteamiento del PRD. Tal vez la idea de un partido frente lo salve; si la borrachera de poder no les permite ver los que todos vemos, iremos al cementerio donde está el PPS y el PFCRN. Vaya paradoja, los que llegaron del PST a los esfuerzos unitarios de la izquierda verdadera, ahora pueden ser los sepultureros de la mayor expresión partidista de esa unidad.

Recadito: Ser de izquierda, es obvio, es una actitud en la vida y no requiere siglas de nada.

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