Isael Petronio Cantú Nájera
Mucha gente siente miedo por lo que pueda sucederle los viernes 13 de cada mes. Sin saber el origen de esa superstición, lo cierto es, que congela los ánimos e impide una vida social más o menos normal. Para Wikipedia, el origen del temor al viernes trece viene del 13 de octubre de 1307, cuando Felipe IV, Rey de Francia, manda detener y llevar ante la Santa Inquisición a los Caballeros Templarios (Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón), bajo el cargo de crímenes contra la cristiandad, como la herejía, la sodomía, orinarse y escupir sobre la cruz; el hecho fue brutal toda vez prácticamente acabó con la orden de Los Templarios. En el mismo sitio de internet, se dice que las razones reales para provocar su desaparición por parte de Felipe IV y la anuencia del Papa Clemente V, fue la fuerte deuda que el rey tenía con la orden religiosa y militar. Así, el viernes trece pasó a ser una fecha fatídica, que provoca en el vulgo un sentimiento de miedo y circunspección.
Este viernes trece de diciembre, sin duda alguna, viene a reforzar los temores de que ese día es malo, porque los grupos parlamentarios del PRI, del PAN, del Verde Ecologista y Nueva Alianza, traicionando su compromisos de campaña, en el sentido de defender los derechos de los veracruzanos, sin debate alguno y de manera rápida sin respeto alguno del proceso legislativo y de la trascendencia de lo que significa una reforma a la Carta Fundamental, aprobaron sin chistar y de manera mecánica la reforma energética en el Congreso del Estado de Veracruz.
Un viernes trece gris y frio, sin mayor importancia tras el día altamente religioso dedicado a la virgen de Guadalupe, corría sin pena ni gloria. La burocracia con más desgano que nunca, sentía las horas largas para salir del trabajo. A las once de la mañana una orden dada por el profesor Callejas en el Congreso, modificó el letargo burocrático: -Convoquen a reunión de la Junta Política a las cuatro de la tarde y sesión extraordinaria a las cinco ¡traigan a todos los diputados! Nos han dado la orden de aprobar la minuta que manda el Congreso, respecto de la reforma energética.
Como hormiguero amenazado por el fuego que huye como loco con los primero humos, secretarias, asistentes y todo tipo de trabajador en el Congreso, corrió para cumplir la perentoria orden: ¡convocar a la sesión extraordinaria.
Fuera del Congreso como resultado de su estrategia nacional para manifestarse en contra de dicha reforma, la organización MORENA, había instalado una pequeña carpa, pegado cartulinas en la barda metálica y de vez en cuando, exaltaba en su aparato de sonido a que los ciudadanos se opusieran a la reforma energética; de tal suerte, que ya estaban ahí, para cuando la orden salía disparada buscando a cada diputado.
Adentro, llegó de regreso otra noticia:- el diputado del PT, exdiputado del PRD, había sufrido un accidente automovilístico que no ponía en peligro su vida, pero si dejaba ciertas lesiones a sus acompañantes. Mientras, los teléfonos celulares y demás artilugios para comunicarse iban, uno a uno, convocando a los cincuenta diputados de la LXIII Legislatura del Congreso del Estado, el pull de prensa apostado en su propia sala, hacia lo propio e informaba a sus medios de la precipitada convocatoria para aprobar la reforma energética, justo un día después de haber sido aprobada en el Congreso dela Unión.
Otras líneas tomaban el rumbo de las oficinas de los partidos políticos; para las doce del día; todos los diputados estaban convocados, los medios habían difundido la convocatoria, otros la habían publicado en sus sitios electrónicos en la red, y MORENA recibía con beneplácito la llegada de gente del PRD proveniente de Xico y Jalapa: ¡ya no estaban solos!
Para las tres de la tarde, dentro y fuera del Congreso, el ambiente se ponía tenso; en táctica hormiga militantes del PRD, PT, Movimiento Ciudadano, entraban al recinto; lo más, se pegaban a la verja de hierro y trataban de cerrar el paso a gente que ellos suponían que eran diputados o simplemente trabajadores; adentro, el apartado de seguridad, nervioso, por los gritos y el vituperio del que eran objeto, cerraban más lo que ya estaba cerrado desde afuera con las vallas humanas.
Por la entrada Este del palacio legislativo, poco a poco y medrosos lo diputados arribaban a una sesión que, dados los antecedentes de cómo se realizó en el Congreso de la Unión, no prometía ninguna tersura.
Para las cuatro de la tarde… hizo su aparición la dirigente estatal de MORENA Gloria Sánchez, quien simplemente se fue a guarecer de la fría y gris tarde a la tienda de su organización… luego el exdiputado Rogelio Franco Castán que pasó a formarse con el grupo que había llegado de Xico… ahí juntos, PRD y MORENA, o más bien perredistas y experredistas vestidos de Morena, confluían en la calle para tratar de evitar que los diputados votaran la reforma energética, claro, la minuta enviada por el Congreso. Los gritos arreciaron, la banderas se movieron más rápido y los cacerolazos armaban un borlote asincrónico y arrítmico lo suficientemente desagradable como para no estar ahí, una niña y su perro se divertían del espectáculo; luego, divididos en dos grupos, cerraron definitivamente los accesos al Congreso del Estado: nadie podía entrar y menos salir… su servidor atrapado afuera, definitivamente tuvo que saltar la barda metálica para acceder al recinto legislativo.
Adentro, el trabajo hormiga había dado resultado, la sesión desde el inicio se vistió de mantas y cartulinas con lemas reprochando la reforma energética; desde las mentadas de madre, hasta la invitación a la reflexión para que los diputados votaran en consciencia, los ciudadanos y militantes de los partidos PRD, Movimiento Ciudadano y PT, no dejaron de decirle a los del PRI, PAN, Verde Ecologista y Nueva Alianza hasta de lo que se iban a morir si votaban el dictamen, una cosa estaba clara: sería una acción traidora a los intereses del Pueblo.
Cuando llegue al recinto Fidel Robles arengaba a su auditorio y fustigaba a los diputados sobre su acción, les echaba en cara la manera de convocar aceleradamente e impedir un debate racional y objetivo sobre la trascendencia de la reforma, nada, nada, nada, las caras de los diputados que iban para votar a favor de la reforma era impertérrita; Julen, del PAN, guardó su cantinfleo para mejor ocasión, hoy no tenía nada que discutirle al PRI, había convocado a sus diputados para votar por la “afirmativa”; Callejas coordinador del PRI, menos se preocupaba, socarronamente reía y dejaba que Fidel se desgañitara, sabía que en peores lides había aguantado a disidentes magisteriales más elocuentes decirle ciertas verdades, hoy simplemente, quería demostrarle a Duarte, su jefe, que podía ser uno de los primeros estados en aprobar la reforma, así es que a “aguantar vara”.
De las gradas, pocos, pero gritando como muchos, cargando cartulinas y mantas, los ciudadanos seguían fustigando a los diputados, recordándoles sus compromisos electorales y señalando que su voto sería una apostasía contra su propia palabra. Cuando el ruido aumenta nadie se oye y todos se vuelven sordos como tapias… se acabaron los diez minutos de la arenga de Fidel Robles y la presidenta, cuya suerte y no sus dotes intelectuales la han llevado a presidir el Congreso, reglamento en mano llamó al orden, el desorden creado por una convocatoria exprés donde se daba madruguete a los diputados opositores: -¡diputado Fidel, se le han acabado sus diez minutos!- era el momento de gloria de la oposición vociferante, porqué había de hacerle caso a la presidentita, por supuesto que no y Fidel, desde la tribuna, siguió diciendo que la reforma era una traición a México, que los diputados y las diputadas eran… su rebeldía consiguió el efecto ante el auditorio y primero uno, pancarta en mano se fue a parar junto a él, luego otro, la presidentita volteó para ver a su coordinador Callejas y este, como buen ampáyer, no mandó señal alguna; se la rifó la diputada Ingram y alcanzó a levantar la sesión mediante un receso: -para que se pongan de acuerdo los coordinadores de los grupos parlamentarios… y a la vez advirtió a los presentes que podía mandar a desalojar la sala mediante la fuerza pública si no guardaban el orden debido y eso… se volvió una barahúnda.
El diputado Jesús Velázquez del PRD, Cuahutémoc Pola de Movimiento Ciudadano y Ana María también del sol Azteca, ayudaron a que más ciudadanos pasaran al frente con senda manta que rezaba: ¡No a la reforma energética! Y junto con el diputado del PT, ganaron la parte alta de la mesa directiva, para apostarse detrás de la presidenta chiquita, chiquita, chiquita.
La orden llegó tras una tarjetita, seguramente, desde Palacio de Gobierno, los expertos asesores de Duarte, le dijeron que dijera: -Dile a Callejas que le diga a Ingram que abra ya la votación. La presidentita sin reinstalar la plenaria del Congreso debidamente, pues acordémonos que la había levantado mediante un receso, ordena que se abra el tablero electrónico para su votación…
Uno a uno de los priistas, los panistas, los del verde ecologista, de alternativa veracruzana y de nueva alianza emitieron en el tablero electrónico su voto… todo verdeó, sólo una línea amarilla de abstención llamaba la atención: 39 votos a favor y una abstención de Ricardo Ahued del PRI… Pola, Velázquez, Robles y Condado, por estar manifestándose no emitieron su voto en contra, por lo que el dictamen aparecerá así: ¡39 a favor, una abstención y cero en contra!
Ingram, orgullosa de haber leído bien las órdenes, no del pueblo de Veracruz, sino de sus jefes, levantó la sesión, se paró y se fue con los demás diputados. Luego, como un acto premonitorio las luces del recinto se fuero apagando una a una dejando en plena oscuridad a los representantes populares del PRD, del Movimiento Ciudadano y del PT.
Luego se supo que Veracruz era la tercera entidad en aprobar la minuta de reforma constitucional que permitirá que las empresas extranjeras exploten y se beneficien del petróleo mexicano y generen todo tipo de energía para vendérsela a l precio que quieran a los mexicanos.
Afuera hacía más frío, y tanto los militantes de MORENA y del PRD, con caras de felicidad tomaban por distintos rumbos para regresar a sus hogares, sabían que era el comienzo de una larga batalla y que en esta escaramuza, siendo tan pocos, habían puesto en aprietos a la poderosa mancuerna PRI-PAN… ¡Pinche viernes 13!- yo no creía en esto -¡ya nos veremos en las elecciones que vienen! -alcanzó a decir doña Rita que desde el Tronconal había traído su propia cartulina escrita en riguroso negro: ¡Diputados Culeros, mienten al pueblo!
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