lunes, 27 de enero de 2014

LA DIPUTADA QUE CIMBRÓ AL LÍDER PETROLERO

•“Quién es”? preguntó el senador Carlos Romero Deschamps cuando miró pasar, fina y exquisita, bamboleándose, a Anilú Ingram 

•“Yo llevé a Javier Duarte con Peña Nieto, que no lo conocía” 

•“Me la jugaré por Pepe Yunes”

•“Héctor Yunes, un hueso difícil de roer”

Luis Velázquez 

VIDEO NÚMERO UNO: La caída

6 de enero. El presidente de los mexicanos que votaron por él… llegará a Boca del Río para homenajear a don Venus Carranza, cuando a finales de 1914 cada tarde salía en el puerto jarocho del Faro que lleva su nombre a trotar a caballo en Playa Norte, mientras dictaba la ley agraria y la ley de imprenta a su secretario particular.

La elite política, mejor dicho, priista, se concentra en un salón del WTC. En el auditorio, la bufalada. Afuera, los indígenas y campesinos acarreados hasta de las regiones montañosas para, claro, mirar al presidente desde lejitos, pero mirar de cerca el mar, el Golfo de México, las olas desembarcando en la playa, las gaviotas tirándose en picada, el cielo azul con nubes blancas caminando a una destino inubicable.

Carlos Romero Deschamps, el líder petrolero desde hace 20 años, con la guayabera blanca de manga larga, la sonrisa Colgate, llega al recinto y reparte, como si fueran despensas, saludos, apretones de mano, abrazos, sonrisas.

Y luego trepa al presídium, donde sigue repartiendo sonrisas dos, tres, cuatro veces Colgates, porque está entre los suyos. Sus iguales. La cúpula VIP del PRI. Y más ahora que están de regreso en Los Pinos, tiempos aquellos cuando Deschamps se prestara al desvío de 8 mil millones de pesos de PEMEX para la campaña presidencial de Francisco Labastida Ochoa, derrotado en las urnas por Vicente Fox.

Sentado, dialogando, paseando la mirada en la bufalada, el Estado Mayor Presidencial se acerca al líder y le pide, porfis, porfis, porfis, que se siente en el auditorio, porque aun cuando forma parte de la familia revolucionaria, se trata de un acto campesino. Y ni hablar, bufalada habemus.

VIDEO NÚMERO DOS: El paraíso terrenal

--Lo bajaron, le dice un interlocutor a su lado.

--Sí, hay niveles, contesta el líder con otra sonrisa, la número 69. 

Entonces, hablan de lo que platican un par de desconocidos. Es decir, de todo y de nada. La ley agraria. El presidente que quiere tanto a Veracruz. El mar. El Golfo de México. ¡Qué bonito está el puerto! ¡Sí, sí, claro, es la ciudad más bonita del país! El carnaval que está cerca, la gran fiesta de la carne.

Y los dos sonríen.

Entonces, alta y flaquita, menuda, menudita y bonita, con su ropa fina de mujer de abolengo, el corte perfecto en el vestido, los labios delgados con la mitad de una sonrisa, el pelo corto, las piernas bamboleando como unas palmeras, exquisita como Silvia Krystel que en el siglo pasado acompañaba los sueños diurnos y nocturnos de los jóvenes del mundo desde asiáticos hasta latinos, la chica aquella caminó en el pasillo, entre el presídium y el auditorio.

Romero Deschamps escudriñó con ojos de fauno su cara, su cuerpo, su fachada y contrafachada, y preguntó al vecino:

--¿Quién es?

--Se llama Anilú. Es diputada.

--Buen ver, dijo.

--Quiere ser alcaldesa jarocha.

Y el líder petrolero que obsequiara un Ferrari de 2.5 millones de pesos a su hijo en el cumpleaños, y con una hija que de tarde en tarde pasea en su avión particular a las mascotas que alegran sus días, pronunció la siguiente frase bíblica:

--¡Yo la ayudo!

Entonces, el interlocutor recordó el título de un libro de Jorge Ibargüengoitia. De las mujeres, “Sálvese quien pueda”. Y sonrió… para sí.

VIDEO NÚMERO TRES: La hora de las definiciones

Confianzudo ante la evidencia, jefe, jefazo, jefazazo, el líder llevó la plática. 

--¿Con quién estás para gobernador?, preguntó quizá, acaso, conocedor de que a tres años el juego sucesorio en Veracruz está en el carril con los caballos desbocados. 

El interlocutor, político pero con alma de reportero, devolvió la pregunta con otra pregunta:

--Y usted, ¿con quién está?

--Yo me la jugaré por Pepe Yunes, dijo el senador de la república elegido por la vía pluri, es decir, sin hacer campaña, porque el PRI, ni hablar, le debe mucho, mejor dicho, el líder es el PRI mismo, como en el siglo pasado lo fuera, digamos, Fidel Velázquez.

Perspicaz y suspicaz, el interlocutor puso al líder y senador la víbora chillando:

--¿Y cómo mira a Héctor Yunes?

El líder registró el jab. Sus ojos se clavaron como cuchillos filosos en el vecino de asiento. Quiso bucear en el túnel de su mirada. Escudriñó. Sopesó. Calculó. Dijo:

--Héctor Yunes es un hueso duro de roer. Pero yo, repitió, estoy con Pepe.

VIDEO NÚMERO CUATRO: El desencanto

Abierto Romero Deschamps al diálogo, dueño del destino de miles y miles de trabajadores, el interlocutor, picado por la curiosidad, quiso saber más. 

--Es usted amigo del gobernador Duarte, le dijo.

Y el líder, cuya vida como trabajador petrolero iniciara como chofer de Joaquín “La Quina” Hernández Galicia, sucesor en el cacicazgo sindical de su enemigo, el profesor Sebastián Guzmán Cabrera, a cuyo tesorero, Pablo Pavón Vinals encarceló, dijo:

--No sé. La política cambia a los hombres. Y, bueno, yo llevé a Duarte con Peña Nieto, a quien no conocía. Y ya ves…

Entonces, desde la puerta del auditorio empezó a llegar como un murmullo de olas el sonido de un aplauso y de otro y de otro y de otros, convertido ya en un tsunami de manos aplaudidoras. 

La bufalada fue poniéndose de pie, siguiendo acaso, quizá, a la elite VIP que en el foro aplaudía como a los emperadores romanos en el circo.

Romero Deschamps y el interlocutor, ni hablar, considerando que la pleitesía al tlatoani son fenómenos sicológicos que se reproducen como un virus, izaron sus manos como bandera nacional y aplaudieron al señor presidente de la república que entraba a paso veloz. 

Antes de iniciar la ceremonia número 99 de la ley agraria, el líder petrolero preguntó al de junto, mientras hurgaba a diestra y siniestra:

--¿Dónde quedó la diputada?

Y es que la diputada Anilú (se oye más bonito que escribir y decir Ana Guadalupe) es hoy la política más importante de norte a sur de Veracruz, la más envidiada, la más fotografiada, la más mirada, la más citada en los titulares, como antes, digamos, fueron Carolina Gudiño, Ainara Rementería, Shariffe Osman, Corintia Cruz, Zazil Reyes, Michelle Servín, Érika Ayala, cada una en su momento de gloria como Antínoo con Adriano… 


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