El Director de Royal Dutch Shell, Ben van Beurden anunció que su compañía cesa la búsqueda de petróleo en el Ártico en Alaska durante este año. La decisión es consecuencia de una sentencia judicial en EEUU que exige información más detallada a la Administración norteamericana, a raíz de una demanda legal de un conjunto de organizaciones conservacionistas e indígenas.
Greenpeace considera que esta sentencia judicial avala la campaña por la protección del Ártico. Es la segunda vez que Shell se ve obligada a detener sus planes para perforar el Ártico.
En febrero de 2013 el director de la Royal Dutch Shell anunció que cancelaba sus planes de exploración y explotación en aguas abiertas del Ártico durante 2013. La presión internacional y la campaña #SalvaelArtico de Greenpeace ha sacado a la luz la gran amenaza que suponen las perforaciones en el Ártico lo que ha terminado por afectar a la propia marca de Shell. Desde Greenpeace se va a seguir trabajando para aumentar la presión mientras la compañía continúe con su obstinada búsqueda de petróleo en el frágil entorno del Ártico. Este es uno de los problemas ambientales que definen nuestro tiempo. Se está trazando una línea en el hielo para decir a estas empresas petroleras "que detengan definitivamente sus planes en el Ártico".
"La apuesta de Shell por el Ártico ha sido un error de proporciones épicas. La compañía ha gastado enormes cantidades de tiempo y dinero en un proyecto que sólo le ha supuesto un daño a su reputación. Shell tiene que renunciar a toda intención futura de destruir lejano océano Ártico", señaló Charlie Kronick, responsable de la Campaña de petróleo Ártico de Greenpeace.
"El fracaso de Shell en el Ártico es seguido muy de cerca por otras compañías petrolíferas, que deben llegar a la conclusión de que operar en esta lejana región es una aventura muy hostil y que no merece la pena destruir un espacio tan icónico", añadió.
Shell ha invertido más de cinco mil millones de dólares en su programa de Alaska desde 2003, y no ha podido perforar un solo pozo después de una serie de errores que podían haberse convertido en desastres durante una temporada de perforación en 2012.
Hace apenas mes y medio desde Greenpeace que lanzó una petición al nuevo director de Shell, Ben Van Beurden, pidiéndole que abandone los planes de su empresa para el Ártico. Desde entonces más de 150.000 personas la han firmado. Ya son más de cinco millones las personas que han firmado para pedir la creación de un santuario en el Ártico.
Fuente: Greenpeace.
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