UN CAFECITO CON…CAPITÁN DEL BARCO JUSTO SIERRA.

Por Orlando Segura Hervert. 

Desde hace 4 años VAXTUXPAN organiza una entrevista semanal con algún líder de opinión, en esta ocasión le tocó el turno al Capitán del Barco Oceanográfico de la Universidad Nacional Autónoma de México, “Justo Sierra”, un personaje con 35 años de experiencia marítima, 28 de ellos en la embarcación de investigación científica de la máxima casa de estudios del país. 

Leobardo Ríos Mora es originario de Sinaloa, egresado de la Escuela Naval “Antonio Gómez” pero ya le gustó Tuxpan, la naturaleza geográfica, las bellezas de esta parte del estado de Veracruz, el trabajo lo trajo a estas costas y ya se enamoró de dicho lugar. 

En eso estábamos, en el intercambio de preguntas y respuestas, cuando el entrevistado reviró una a los reporteros: ¿por qué nadie me pregunta quien fue Justo Sierra?, todos se miran entre si por semejante interrogante. Ríos Mora sonríe, da un sorbo de coca cola y posteriormente explica la trayectoria de uno de los hombres más importantes de la historia de México, luego agrega que a Don Justo Sierra le tocó vivir en la época del dictador Porfirio Díaz, pero siempre se preocupó por la educación, uno de los grandes jurisconsultos, que trascendió porque sentó las bases para conjuntar lo que hoy es la UNAM, de ahí el porqué, el barco lleva el nombre de tan insigne personaje. 

El Puma y el JS son los dos navíos existentes en el país que tienen la misión de hacer diversas exploraciones científicas, recabando datos que tienen que ver con la descripción del océano, las características geológicas, petroleras, marítimas, físicas, meteorológicas o biológicas. La más reciente se le denomino Canek 32, en honor a un luchador indígena maya. Se llevó a cabo en el estrecho de Yucatán, tuvo que ver con la circulación de las corrientes que en ese caso en particular llegan hasta las islas británicas, lo datos e información se almacenarán y sistematizarán durante un año y posteriormente los ciudadanos ó académicos podrán acceder a ella. 

Empresas privadas, e inclusive PEMEX, son quienes les interesa observar el comportamiento de las corrientes o lo que se descubra en dichos escenarios y profundidades. 

Salir al mar puede ser una aventura de 3 ó 35 días, para ello deben contar con el suficiente combustible, dijo que diariamente una unidad acuática de ese tipo gasta aproximadamente 5 mil 600 litros de diesel. 

México obtiene los barcos mediante acuerdo internacional, el “Justo Sierra” fue construido en Noruega y entregado en 1982, tiene tecnología y equipo de punta de última generación, una inversión aproximada de 30 millones de dólares, puede albergar a 15 tripulantes y 21 investigadores, una vida útil de 35 años. 

Ríos Mora reitera que la investigación más importante son los recursos naturales, porque hay que cuidarlos, aplicar medidas y estrategias para no exterminar las especies marinas, enfatizó; desgraciadamente ya le dimos en la torre al camarón, hace 30 años había suficiente. Sin embargo, lo sobreexplotamos, nada se ha aprendido de Japón, una nación que ha forjado granjas, las cultiva, las protege y las hace productivas. 

Hay muchos productos que si no se tiene la visión, los recursos naturales se acabarán y agregó que ante el sobrecalentamiento del ambiente, las especies emigran, se van, eso puede ocasionar por ejemplo la termoeléctrica. 

Se le preguntó sobre el encallamiento en la zona arrecifal del Mu Du Bong, lo definió de la siguiente manera: “exceso de confianza es exceso de pendejez… un error humano”. 

Narra una anécdota en la que le tocó lidiar con el huracán Opal, en 1998, con olas de 12 metros y vientos de 120 a 150 kilómetros por hora, una terrible experiencia, pensaron que no sobrevivirían; al llegar a Tuxpan, todos sin excepción y por iniciativa propia”, fueron directo y sin escalas a la catedral “Nuestra Señora de la Asunción”, le agradecieron a la virgen el que todavía tenían lo más importante: la vida. 

El “Justo Sierra”, arrastra mil toneladas de peso y realiza 12 campañas anuales. 

Muy pronto les tocará competir con el Buque de Investigación Pesquera y Oceanográfica (BIPO), ubicado en Mazatlán, adquirido por la SAGARPA.