SAPOS Y ALACRANES.

Por Orlando Segura Hervert

Hay un acontecimiento que tiene aproximadamente 3 décadas de iniciada su construcción, pero que sin embargo, apenas en esta fecha concluye, con la presencia del Presidente Enrique Peña Nieto y del Gobernador Javier Duarte de Ochoa, 17 de septiembre de 2014, por fin, está terminada la autopista México – Tuxpan, un hecho significativo por las implicaciones que esto conlleva en el aspecto portuario, comunicaciones, económico y otros factores que detonarán el crecimiento, el progreso y desarrollo, acompañado de las oportunidades y también las desigualdades, observaremos polos de opulencia y en contraparte, pobreza y marginación. 

Algo huelen y saben los inversionistas que se están acercando y le están apostando a Tuxpan, proyectos inmobiliarios y hoteleros, el muelle de contenedores de última generación, el capital enorme de SSAM Ribera del Pantepec, quienes están construyendo la infraestructura portuaria imponente para poder competir con Veracruz puerto, Tampico, Altamira, Coatzacoalcos; el asentamiento de Liverpool y otras tiendas que no se quieren quedar atrás, desean estar en la jugada de los dividendos y las ganancias. 

Tuxpan es el puerto más cercano a la capital de la república mexicana, con posibilidades potenciales de contactarse con un mercado de 40 millones de consumidores, es seguro, tranquilo, se respira todavía el aire provinciano y la paz social, comparado por supuesto con otros lugares en donde la descomposición social los alcanzó. 

Los cambios se están dando paulatinamente y en un abrir y cerrar de ojos, detectaremos cientos y miles de personas que cotidianamente acudirán a este punto geográfico. Ahora bien, para el mercado naviero, les están ofreciendo la comunicación marítima hacia la parte Este de los Estados Unidos o cruzar el Atlántico y llegar a otros países de Europa o África. 

En ese escenario y perspectiva, las comunidades y las colonias de la periferia no solo de Tuxpan, sino también de otros municipios ya no quieren que se les relegue ni se les mantenga en el olvido, piden justicia, arreglo de sus caminos y calles, cero opacidad, introducción de agua, drenaje, electrificación, empleo, apoyos para sus proyectos productivos, y el problema es que ya se cansaron de esperar, quieren vida digna ¡Ya!, no promesas, no para mañana, ahora.