Por: Martha Cruz
A pesar de la enorme afluencia que se registro ayer en los diferentes panteones de la ciudad, con motivo de la celebración de los Fieles Difuntos, no todos los muerto fueron visitados, pues algunas tumbas lucieron olvidadas por sus familiares.
Mientras en algunas tumbas se apreciaba una combinación entre alegría, colorido y nostalgia, muchas más permanecieron sin una flor que le diera vida a su sepulcro, pues estas estaban llenas de maleza.
Tal fue el caso de la tumba de quien en vida llevara el nombre de Lázaro Zumaya cuyo deceso ocurrió en 1981.
Y al contraste de estas tumbas, en otras la algarabía estuvo a lo grande, pues no solo los visitaron con música y cohetes, sino que también llevaron tamales, chocolates entre otros alimentos para convivir con ellos en esta fecha tradicional.
Es de mencionar que en ambos panteones hubo misas y cohetes, por lo que desde temprana hora los camposantos de la ciudad lucieron abarrotados, nos solo de quienes iban a recordar a sus difuntos, sino también de los comerciantes de comida, aguas, frutas y floreros, quienes aprovechando la ocasión e hicieron su agosto.
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