lunes, 9 de febrero de 2015

SAPOS Y ALACRANES. EXPULSARON LA POLILLA EGRESADOS DE LA SECUNDARIA TÉCNICA NÚMERO 2.


















Por Orlando Segura Hervert. 

El pasado viernes los egresados de la Escuela Secundaria Técnica Industrial número 2, cerraron con broche de oro la semana de actividades de los festejos del 60 aniversario de dicha institución educativa. 

La cena baile efectuada en el Crowne Plaza estuvo muy concurrida, tuvo la aceptación y convocatoria debida, hasta ese sitio fueron llegando los hombres y mujeres que se formaron en las aulas de ese centro escolar. Algunos no se veían desde hace 40 años y la ocasión sirvió para establecer contacto y estrechar los lazos de amistad que la distancia y el trabajo se encargaron de separar en el tiempo y el espacio. 

Minutos de nostalgia quedaron ahí para reiterar el pasado, recordar cientos de anécdotas suscitadas en las décadas recientes, el paso por los concursos de canto, declamación y oratoria, la participación en los desfiles tradicionales, los noviazgos aceptados, los amores frustrados, las materias reprobadas.

Los asistentes se emocionaron cuando observaron las fotografías captadas en aquella época de la adolescencia y la jovialidad, mismas que provocaron risas por los kilogramos asimilados con el transcurrir de los años. Ayer, juventud divino tesoro; hoy, con el rostro más cachetón. Como dijera Andrés Manuel López Obrador, levemente traqueteados por la terracería. 

Hubo mariachi, música en “vivo”, el grupo “Lobo” de Cerro Azul, tocó canciones del ayer, Carlos Santana, salsa, cumbia, otras moviditas. En ese instante la generación 1975 – 1978, la más numerosa y ruidosa, la más aguerrida de la noche, la que se llevó las palmas, pusieron el desorden, invitaron a los demás a pasar al centro del Salón “Tochpan” y ahí soltaron la polilla, arrojaron la mala vibra y como José Alfredo Jiménez, “sacaron juventud de su pasado”. 

Atrás quedaron los momentos agrios, la desorganización y falta de unidad del magisterio, de 89 catedráticos solo unos cuantos se incorporaron a la magna celebración. No todos jalaron parejo, por ejemplo cuando en el evento deportivo y ante las multitudes presentes, se les olvidó contratar el sonido con sus micrófonos y bocinas, tal vez, y solo tal vez, porque no querían que se escuchara el mensaje.

Eso fue una mancha en el arroz, pero todo tuvo afortunadamente un final feliz.

Los que lleguen y los que estén, nos vemos en el 2025. 
Hasta pronto. Hasta siempre.

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