martes, 3 de noviembre de 2015

Cientos de tuxpeños acudieron a los panteones.



Por: Martha Cruz
Tuxpan, Ver.- Miles de tuxpeños y paseantes abarrotaron desde las primeras horas del día el panteón Jardín en donde con flores, ofrendas y música popular, recordaron a los difuntos, acudieron como pudieron: A pie, en motocicleta, en automóvil, sin importar las largas filas y los intensos rayos del sol; solos o con la novia, los padres, la familia.

En diferentes horarios, las cuerdas sonaron, los mariachis cantaron, los duos y trios con guitarra ó acordeón en mano, interpretaron los temas preferidos de aquellos que partieron y se alejaron de sus parientes, amigos y familiares, adelantándose hacia la vida eterna.

En esta ocasión, el espacio de las cruces, criptas y gavetas, fue invadido de una gran multitud, desde temprana hora; niños, señoras, jóvenes, señores, adultos mayores, por pasillos y entradas del cementerio desfilaron portando diversos arreglos, cuyo costo osciló entre los 30, 35 y hasta 150 pesos.

“Con el atardecer, me iré de aquí, me iré sin ti” (Cruz de Olvido; Amor Eterno, Mi Querido Viejo, fueron las melodías más solicitadas, los duetos, solistas y trios complacían presurosos a los solicitantes.

Los agentes de tránsito trataron de evitar el caos vial, a lo largo y a lo lejos se podían visualizar cientos de carros con dirección hacia el cementerio, lugar en el que compartieron tamales, zacahuil, refrescos, conservas, pescados fritos, atole y café. Cada quien llevó lo que pudo y por breves minutos, las lágrimas también formaron parte del escenario del tradicional 2 de noviembre, fecha memorable para los mexicanos.

Afuera la vendimia, comerciantes ambulantes que ofrecían lo mismo agua de coco, horchata, tortas, flores, pan, elotes y un sin número de productos preparados.

Así fue como foráneos y lugareños dieron fin a la festividad de Todos Santos, tradición mexicana, que dio inicio el pasado 30 de octubre con la colocación de la tradicional plaza de Todos Santos, este lunes concluyeron con misas, cohetes y música en los cementerios, recordando a los que partieron en ese viaje del que nadie escapará. 

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