La escena veracruzana
El espectáculo de medio tiempo en los partidos de futbol americano a veces es más entretenido que el partido mismo. En la escena política nacional podría ocurrir algo parecido. José Antonio Meade y Ricardo Anaya han decidido dar un espectáculo en el fango para definir quien queda en pie al arrancar la campaña electoral el próximo 30 de marzo. Como proyectiles de lodo se lanzan por un lado los enredos de malversación de fondos de Meade y Rosario Robles en la secretaría de Desarrollo Social. Por otro lado, sirven de granadas enlodadas los milagros de San Ricardo Anaya para transformar 10 millones de pesos en 54, por obra y magia de una triangulación de fondos que huele a lavado de dinero.
El lodazal entrecruzado servirá al régimen para definir a su mejor gallo en este periodo, tal vez ya no para abril o para mayo. El tiempo urge, pues AMLO crece día con día a cada paso que da, por muy polémicos que sean éstos, pues como en todo tiempo de cambio verdadero, la gente aprende rápidamente a diferenciar lo que es sustancial, estratégico, en la forma de ejercer la política de AMLO, y lo que es circunstancial, táctico, necesario para afianzar la mayoría el 1 de julio.
Andrés Manuel, como buen dirigente, asume los riesgos de muchas decisiones en el difícil camino de generar una mayoría imbatible, contundente, como tiene que ser la victoria sobre el régimen para que sea respetada. Sabe que tiene que vencer en todos los terrenos, en lo organizativo, en lo político y en lo ideológico. Por eso, mientras sus contrincantes se baten en el lodazal, AMLO sigue construyendo esa mayoría, como lo hizo en su reciente paso por Veracruz, donde además de revisar la estructura organizativa de Morena, llevó a cabo un intercambio de opiniones con uno de los sectores en donde ha prendido más la guerra sucia de antaño y hogaño.
En lo organizativo un paso fundamental ha sido la creación de Morena y tenerlo ya casi listo en todos los rincones del país. Un partido que a 3 años y 7 meses de haber obtenido su registro es ya la primera fuerza nacional es una proeza no sólo en la historia del país sino a nivel mundial.
En lo político ha logrado posicionar una identidad política distinta a todos los demás contendientes, haciendo palpable el “no somos lo mismo”; en lo programático ha conseguido situar el combate a la corrupción y a la impunidad como la bandera más significativa en el actual periodo y constituirla como eje transversal de todos los problemas torales que vive el país.
La batalla ideológica ha sido la más difícil porque en ella se centró la guerra sucia contra Morena y su dirigente. No obstante, el saldo actual es favorable para AMLO. El arraigo ideológico en la historia y en los héroes patrios ha triunfado sobre los intentos de vincularlo a Chávez o los rusos; resaltar los valores de “no mentir, no robar y no traicionar al pueblo” ha sido más eficaz que las falsas acusaciones de corrupción que circulan de vez en vez; la convicción de la lucha pacífica ha logrado derrotar al sambenito de violento que siempre le achacaron; el ideal de la República de valores, amorosa, ahora expresada en la propuesta de Constitución moral, es un acierto frente a la cruda descomposición que se vive en todos los aspectos de la vida pública del país. Nada que no haya sido expresado antes. Ahora más claro, frente al lodazal en que se debaten sus adversarios.
Marco Antonio Medina Pérez
marco.a.medinaperez@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario