miércoles, 8 de agosto de 2018

En busca del tiempo perdido


La escena veracruzana
Imagen: Redes Sociales
En todos los frentes Andrés Manuel López Obrador, quien con toda seguridad será declarado presidente electo de México en esta semana, trabaja a marchas forzadas. Nunca en la historia reciente de México la agenda nacional había sido marcada con tanta premura por el presidente electo y no por el que está en funciones. Nunca habíamos tenido tan diáfana la película de lo que pasará en el próximo sexenio como en estos tiempos. Ya se dice en son de broma, pero con fondo de veras, que la toma de posesión el 1 de diciembre será también el primer informe de gobierno del presidente recién estrenado.
La razón es histórica. El país muestra un atraso en todos los órdenes de la vida social, económica y política de por lo menos 30 años. En un sexenio no se podrá reponer todo lo perdido pero sí se podrán dar golpes de precisión que reanimen al país, lo pongan de pie y se pueda regenerar lo que a la fecha ha sido dañado. Pero además, se necesita poner a México en la senda del siglo XXI con miras a potenciar sus grandes riquezas, culturales y nacionales, en la esfera mundial y en la vida nacional. Parafraseando a Proust, la primera parte de este sexenio podría llamarse En busca del tiempo perdido.
Ya están marcadas las pautas de la reforma administrativa y presupuestal que se necesita para sustentar el nuevo proyecto de nación. Ya están en marcha los Foros para Trazar la Ruta de Pacificación del país. De igual manera, ya se anunciaron los 25 proyectos estratégicos para impulsar el desarrollo nacional. En la negociación trilateral del TLC ya está presente el enviado personalísimo de AMLO, el Dr Jesús Seade Kuri, el mexicano de más alto nivel en los ámbitos del Comercio internacional. Andrés Manuel ora marca la agenda con Trump que reencuentra la senda de contactos con el gobierno chino, deteriorada por el affaire del tren rápido México-Querétaro, cancelado a la empresa China Railway Construction y socios por el asunto de la Casa Blanca, el pecadillo de Peña Nieto. En fin, hasta Rocío Nahle, futura secretaría de Energía, ya está buscando los terrenos apropiados para la instalación de la refinería en Dos Bocas, Tabasco.
El caso es que junto a esta vorágine de iniciativas en marcha, no ha sido descuidado el frente político por Andrés Manuel. Uno pensaría que 30 millones de votos bastan para instaurar un nuevo régimen. Pero conocedor exhaustivo de las leyes de la política, López Obrador sabe que ello no es suficiente. Y va por más.
Se necesita atraer al campo afín todavía a más renuentes al cambio. Y, en todo caso, si no son atraídos, por lo menos se verá cómo disminuir las trabas que contrapongan, anular o neutralizar las resistencias posibles. En este marco se han dado todas las alianzas de Andrés Manuel en lo que va del año hasta llegar a la entrevista reciente con José Antonio Meade. Cosas de la política dirán algunos, pero es más bien el conocimiento de los códigos de la correlación de fuerzas, que tan bien conoce AMLO.
Y por ello también la convocatoria al próximo Congreso Extraordinario de MORENA, en el que seguramente se modificará el Estatuto partidario para permitir los ajustes indispensables que favorezcan un entorno inmejorable para el naciente régimen de la cuarta transformación del país. La gestación y el alumbramiento primero, después los primeros cuidados y el fortalecimiento progresivo hasta llegar a la juventud plena que se espera a la vuelta de los comicios intermedios. Un plan que necesita de todos los medios para lograrse. Y de ahí en adelante. Ya veremos.
Marco Antonio Medina Pérez

No hay comentarios: