La escena veracruzana
El destino del nuevo aeropuerto de la ciudad de México se pondrá a consulta pública. No es algo sorpresivo puesto que el presidente electo de México ya lo había anunciado como parte de su plan de gobierno. Se trata de consultar con la población las principales decisiones que afectan a los mexicanos. Tanto a los veracruzanos como a los habitantes de todos los rincones del país nos compete una decisión de esta naturaleza, puesto que en el presupuesto de egresos de la Federación para el año 2019, que próximamente se discutirá y se aprobará en la Cámara de Diputados, se deberán de incluir los fondos para continuar con esa obra o para la alternativa que se viene mencionando.
Las opciones son: a) abrir 2 pistas en la base aérea de Santa Lucía y reacondicionar el actual aeropuerto Benito Juárez de la ciudad de México y el de Toluca, esto es, un sistema aeroportuario que brindaría servicios tanto a los vuelos nacionales como internacionales; b) continuar con el proyecto de AICM en Texcoco y cerrar en el mediano plazo el actual. Tanto en un caso como en el otro es necesario seguir invirtiendo en el viejo aeropuerto, pues el de Texcoco no entraría en funciones sino en etapas y eso en a partir de 2021.
Esta consulta, que se llevará a cabo del 25 al 28 de octubre, aunque es una iniciativa del presidente electo, estará en manos de la Fundación Arturo Rosenblueth, de un comité técnico y un Consejo Consultivo, de tal manera que nadie relacionado con Andrés Manuel López Obrador podrá meter mano en su organización ni en sus resultados. Se ha intentado desprestigiar la consulta diciendo que no es legal ni se protegerán los datos personales. En efecto, los alcances no son legales puesto que no la organiza ninguno de los poderes constituidos pero su trascendencia es de una alta legitimidad e importancia política, puesto que este ejercicio será prácticamente un mandato para el nuevo gobierno. Pero además, si bien la credencial de elector es importante para participar en la consulta, no se registrará la clave de elector, sino el número OCR que viene en la parte de atrás de la credencial, número que, como dicen los expertos, no es sensible a los datos personales de cada quien, esto es, sólo se tendrá la seguridad de que un ciudadano emitirá su voto, pero no se registrará quién ni en qué sentido.
Por otra parte, se ha dicho que se perderá la confianza de los inversionistas nacionales como extranjeros de cancelarse la obra en Texcoco. Yo creo sinceramente que el mensaje enviado al exterior debe de ser de tranquilidad y confianza, puesto que ahora se actuará con mayor responsabilidad y sin corrupción, con la debida transparencia, como lo exigen las normas internacionales de inversión. Además, ya hay un ofrecimiento de AMLO de que en caso de que se cancele el proyecto de Texcoco y se abra el de Santa Lucía, se podría generar un acuerdo para que la inversión comprometida se oriente hacia allá. Todo cabe en un jarrito, dice el dicho popular, sabiéndolo acomodar. Pero las malas administraciones que concluirán ahora en noviembre, en vez de atender esta sabia sugerencia, preferían romper el jarrito y acomodar todo a su antojo. Afortunadamente, esto se va a acabar.
A los veracruzanos nos urge conocer el resultado de la consulta sobre el nuevo aeropuerto. En Veracruz enfrentamos una situación de emergencia tan fuerte como la que están viviendo nuestros paisanos en varios municipios por las fuertes tormentas. Son años de despilfarros, mala administración y sobreendeudamiento. Si se decide por la primera opción se liberarán recursos para invertir más en donde más se necesita. Y Veracruz está urgido de mayores inversiones públicas. La segunda opción requerirá más y más recursos adicionales cada año. Usted, estimado lector, ¿cuál opción preferiría?
Marco Antonio Medina Pérez
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