La escena veracruzana
La cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), como resultado de la consulta celebrada el pasado fin de semana en todo el país, es también la cancelación de la vieja forma de hacer negocios en nuestro país. Por lo que se observa, se dará paso a la materialización de una nueva manera de tomar decisiones gubernamentales, dando seguridad a la inversión dentro de un estado de derecho y en un marco del respeto a la planeación del desarrollo, a los objetivos de la nación, a la naturaleza y al bienestar de la gente, y no sólo tomando en cuenta el interés de la ganancia.
En efecto, en la consulta llevada a cabo por el Instituto Fundación Rosenblueth, del 25 al 28 de octubre, una abultada mayoría de casi el 70% se pronunció por la propuesta alterna al NAICM en Texcoco. Al siguiente día, el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, confirmó en conferencia de prensa que su decisión era "obedecer el mandato de los ciudadanos" y construir, en tres años, un aeropuerto internacional en la base aérea militar de Santa Lucía y reutilizar el Aeropuerto de Toluca, para tener así un sistema de 3 aeropuertos que resuelva la saturación actual del aeropuerto de la Ciudad de México.
De esta forma, se espera tener un ahorro en inversión de cien mil millones de pesos (aproximadamente 5 mil millones de dólares). Además, se evitará el costo económico de destruir el actual aeropuerto de la ciudad de México, así como un ahorro del costo de mantenimiento debido al hundimiento del terreno utilizado en el proyecto de Texcoco. salvar
Y lo más importante, se peserva el sistema ecológico del Lago Nabor Carrillo, que se venido reconstruyendo con un inconmensurable esfuerzo a largo de muchísimos años, así como se salva el actual Aeropuerto de la Ciudad de México que tiene una ubicación privilegiada por su cercanía al centro de la Ciudad de México, así como por su conexión a través de importantes vialidades y de sistemas de transporte masivos.
Cabe mencionar que también quedan a salvo y protegidos los derechos e intereses de los contratistas y bonistas del NAICM en Texcoco, con respeto total al estado de derecho. El presidente electo afirmó textualmente: "Vamos a hablar también con los empresarios, con los contratistas, para llegar a un acuerdo, hay la posibilidad de que sigan con los contratos, haciendo la obra en Santa Lucía. El mismo volumen de obra en Santa Lucía o llegar a arreglos", pudiendo liquidarlos por completo, si así lo deciden. Asimismo, el presidente electo afirmó que hay fondos suficientes para reintegrar completamente las inversiones de los tenedores de bonos.
La reorientación del país hacia objetivos de desarrollo sin duda tendrá costos. Ya tuvimos un primer día agitado en materia de paridad cambiaria. Y hubo un batallar en las redes sociales contra la supuesta irresponsabilidad de dicha cancelación. Las calificadoras están evaluando este tipo de decisiones. Además, en efecto, habrá que disponer de recursos adicionales para liquidar a las empresas que no quieran entrar al nuevo esquema de inversión en Santa Lucía. Pero ello es el precio por enderezar la nave tan deteriorada y a punto de naufragar que van a entregar los gobiernos neoliberales. Los inversionistas deben comprender que hoy pueden coincidir con los objetivos de la nación, con el propósito del próximo gobierno de un desarrollo incluyente, sustentable, responsable y en paz. La ciudadanía participante en la consulta así lo comprendió.
Por lo demás, el ahorro de recursos presupuestales se podrá dirigir a tareas prioritarias. Por ejemplo, se podría destinar a Veracruz, donde la irresponsabilidad con la que actuaron lo mismo Duarte que Yunes dejará un estado lamentable en las finanzas públicas, heredando todo un reto para la próxima administración
Marco Antonio Medina Pérez
Imagen: you tube
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