sábado, 30 de enero de 2021

De la reforma migratoria de Biden, hasta no ver no creer


Si bien la caída de un bully como Donald Trump para muchos es de celebrarse, al mismo tiempo, la llegada a la Casa Blanca de un político tradicional como Joe Biden no inspira a muchos otros a continuar con la celebración o a entusiasmarse demasiado.

En los años 70 Biden daría inicio a su carrera política, convirtiéndose en uno de los senadores más jóvenes de su tiempo. Hoy, paradójicamente, a sus 78 años ha pasado a convertirse en el presidente de más edad en la historia de los Estados Unidos. Es también el segundo católico (después de John F. Kennedy), es el primero con problema de tartamudez, cuenta con el gabinete más inclusivo jamás visto.

Pero, ¿cómo poder creer en la promesa de Biden sobre la reforma migratoria? Como muchos recordarán, durante su periodo como vicepresidente (2009-2017) se rompió el récord en cuanto a número de deportaciones. Su gran amigo, Barak Obama, en campaña rumbo a la presidencia también usó la bandera de la reforma migratoria y prometería que de ser presidente se aprobaría dicha reforma. Y, claro, una vez en la presidencia, con mayoría en ambas Cámaras, diría que simplemente eso no iba a ser posible. Y, en efecto, la reforma migratoria jamás se hizo realidad.

Generalmente no creo mucho en las promesas de los demócratas pero, eso sí, me daría mucho gusto equivocarme y ver que la reforma migratoria en verdad se hace realidad. Está por verse, pues, si los demócratas (que generalmente se identifican a sí mismos como “pro inmigrantes”) hoy con presidente, con mayoría en el Congreso, con mayoría en el Senado, verdaderamente serán capaces de echar a andar una reforma migratoria que le dé la oportunidad a alrededor de 11 millones de indocumentados de enderezar su estatus.

Pero, más allá de querer depender de lo que prometan republicanos o demócratas, lo más importante es meter presión a la clase política en todo su conjunto. Entre más y mejor organizados estén los inmigrantes pueden ganar, entonces, el debate público, pueden ganar mayor terreno en lo político y, por su puesto, ganarse más respeto.

Fuente: RadioAMLO 

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