martes, 18 de septiembre de 2007

LA AVENTURA DE BUSCAR CHAMBA...



Por Orlando Segura Hervert.

En el transcurso de la mañana, en el Parque de la Reforma, se concentran infinidad de integrantes del “ejercito industrial de reserva” conocidos coloquialmente como desempleados. Ahí deambulan hombres jóvenes, adultos y de la tercera edad, delgados, esbeltos, fornidos, con mezclilla y ropa informal o formal, deslavada, en algunos casos se observa el paso del jabón y de los años.
Esta mañana pasé por ese sitio, había afuera del billar aproximadamente 25 personas agrupada, matando el tiempo, esperando la propuesta de chamba de algún contratista, de repente, desde una de las bancas, uno de los ahí presentes me grita: ¡Donde están los pinches empleos, donde están!, eso dijeron los candidatos que iba a ver muchos empleos y no los veo, escribe eso, ¡queremos trabajar!, ya terminaron las campañas y no vemos claro. Era Marcos Contreras quien dialogaba muy a su estilo con varios trabajadores que al escuchar el comentario, respiraron profundo e hicieron sonar sus pulmones y soltaron la algarabía y las carcajadas.
Indican los que saben de estadística y números que la economía no ha crecido al ritmo deseado y esta cuestión la resienten las familias, los responsables de llevar el sustento se la ven negras para conseguir algún puesto aunque sea temporal. Luego entonces no hay dinero, el consumo se contrae, las ventas no fluyen, las amas de casa se ven en la imperiosa necesidad de estirar los nuevos billetes de a $20.00 reformados y toda la cosa, con marca de agua del precursor de la separación de la iglesia y del estado, con nuevos seguros y distintas tonalidades.
Estamos a casi tres meses de que concluya la gestión municipal 2005 – 2007, casi ya no hay obra que repartir, por lo tanto la creación y generación de empleos por la vía indirecta están estáticas, las empresas y comercios están resintiendo esta situación que afecta indudablemente a las familias.
Por otra parte, las elecciones ya concluyeron, la distribución de despensas y la compra de conciencias ya no se da, luego entonces, la triste realidad está de nueva cuenta presente. No hay chamba, no hay Money.
Y la doña del hogar nos responde, no hay lana, no hay comida, y así las cosas, pues ya se jodió el asunto.

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