martes, 16 de octubre de 2007

COLUMNA. Por Miguel Camín. retratos1@gmail.com


R E T R A T O S
“¡Ay! Cómo me duelen las palabrotas”
Chillido de un(a) hipócrita lector (a).


1.-DE CUERPO ENTERO: Salido del paleolítico Javier Benítez Ponce aun permanece entre nosotros... y permanecerá. Pieza de museo natural indiscutible nadie como él para haberse ganado dicha reputación. Neonato de la corrupción, abreva de ella con singular glotonería, y lejos de haberse hecho el corte de ombligo, fortalece en su vanidad de corrupto el complejo de edipo. Javier Benítez no tiene ni quiso aprender otro oficio que el de la pinche transa. Para alcanzarlo, como otros burócratas aldeanos, cursó leyes para jamás ejercerlas, y sumó a la entera disposición, inteligencia y voluntad, y agregó el catalizador adecuado: el desparpajado cinismo. Es este rasgo, tan suyo, el que marca la diferencia. Los otros especimenes antediluvianos son unos méndigos antipáticos, vulgares, cara duras rayando agrios, hijoputas de la corrupción que salió tan paridora. Javier Benítez se acicala bonachón, saleroso, siempre, siempre con una ardor, con un prurito, con una urticaria de ánimo se mueve pimentoso produciendo envidia de esa virtud reconocida sin tapujos en el espejo donde narcisista se mira: “Soy, fui y seré corrupto. ¡Y qué!”, bien podría ser la inscripción sobre su lápida, cuando esto llegue. Fue líder juvenil de su partido; factotum en las administraciones municipales de los noventas disfrutó de la nómina hasta ser el segundo de abordo para más tarde ocupar la titularidad, desde donde encubrió a quien disfrutaría un trienio sabático de diputado federal. Larga vida a quien ha sabido ser leal consigo mismo: infecto es y trampa... se reconoce.

2.-MEDIA AFILIACIÓN: Mujer de lágrima fácil, engendró en su cabeza hueca pesadillas que creyó algún día trocaría en idílicos sueños de pareja presidencial. Falsa, cazadora inescrupulosa de oportunidades, Beatriz Alvarado victimizó la torpeza de sus propósitos, se mandó a edificar durante la campaña de su marido un edén electoral a modo, y como la ambiciosa bruja de las mitologías medievales abría su bolso tocador y se cuestionaba con gratuita curiosidad quién iba a ser la más bonita en el DIF municipal. Ilusa, consumidora compulsiva de bagatelas ganó la puja de saldos que puso en el mercado de candidaturas Manchas & Santiago. La magdalena pagó con espinas su fantasía: un partido bien puteado, un consorte disminuido y su imagen lacrimosa reventada.


3.-POSTAL: Nido de putas y jotos el parque Rodríguez Cano ya no lo fue más. Una comuna vino y le cortó un trozo, después otros tarados lo borraron de un plumazo. Ni bancas, ni árboles, ni adoquines, ni obelisco, ni una chingada le dejaron. Adiós a sus bailes, a esas decrépitas orquestas consoladoras de borrachines y pirujas, no más buscadores de padrotes y mayates. Objeto de la razón mierdera de la planeación urbana se convirtió en escombro, en ripio para baches. Lo sólido la modernidad lo convirtió en más sólido, y hoy es una culera plancha de concreto, más cívica que mis talegas, donde no sé cada cuánto se canta el himno nacional y aquellas viejas güilas y maricas, sumadas al roñoso ejército de desempleados, sin dignidad alguna hacen todavía los honores. ¡Vaya masoquismo!

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