Por Orlando Segura Hervert.
osh_prd@hotmail.com
Al medio día, el Parque de la Reforma se convierte en receptáculo de hombres de diferentes edades en busca de alguna chamba, determinado trabajo que les permita obtener el sustento diario para proporcionar algo a las familias tuxpeñas; ahí se observan rostros maduros, juveniles, adultos que desean contar con un empleo.
A veces se juntan cien, cincuenta, doscientos ciudadanos con sus respetivas ropas deslavadas, con la cara cansada de soportar el sol que en ocasiones está en su pleno apogeo, los rayos pegan con todo su rigor, y entonces los trabajadores se esparcen, se refugian en alguna sombra que les permita mitigar el clima.
Se presentan supuestas compañías que ofertan sus servicios laborales en los Estados Unidos de Norteamérica, por ejemplo la Southland Steel, misma que supuestamente tiene presencia en el área metalmecánica, pero si los tuxpeños no están conformes o no cumplen los requisitos del pasaporte y otros documentos indispensables para ingresar al vecino país del sueño americano, pues pueden inscribirse en el 49 Batallón de Infantería, radicado en un punto lejano del norte de nuestra república mexicana, en Baja California, muy pegadito a los E.U.A.
El ejército les ofrece darse de alta en la institución, superándose y brindándoles la oportunidad de contar con un salario, seguro de vida y médico, prestaciones, vacaciones y otras alternativas, solo les piden como requisitos la respectiva constancia de estudios, acta de nacimiento, estatura mínima de 1:58 metros, antecedentes no penales y 18 años cumplidos. Ahi en la esquinita, cerca del billar, los esperan dos soldados, dos mesas y tres sillas...
Muchos pasan de largo, solo echan una miradita al módulo, lo piensan un ratito y dan una, dos vueltas y luego se anotan, pocos son los que cubren con las exigencias emitidas por la Secretaría de la Defensa Nacional, además deben estar en perfectas condiciones físicas para poder incorporarse a la dependencia encargada de la seguridad nacional, cuya misión es resguardar a la nación de posibles ataques a nuestro territorio, misma a la que le han asignado otra tarea de los tiempos moderno, combatir en la esfera de su competencia, el narcotráfico.
Al medio día, el Parque de la Reforma se convierte en receptáculo de hombres de diferentes edades en busca de alguna chamba, determinado trabajo que les permita obtener el sustento diario para proporcionar algo a las familias tuxpeñas; ahí se observan rostros maduros, juveniles, adultos que desean contar con un empleo.
A veces se juntan cien, cincuenta, doscientos ciudadanos con sus respetivas ropas deslavadas, con la cara cansada de soportar el sol que en ocasiones está en su pleno apogeo, los rayos pegan con todo su rigor, y entonces los trabajadores se esparcen, se refugian en alguna sombra que les permita mitigar el clima.
Se presentan supuestas compañías que ofertan sus servicios laborales en los Estados Unidos de Norteamérica, por ejemplo la Southland Steel, misma que supuestamente tiene presencia en el área metalmecánica, pero si los tuxpeños no están conformes o no cumplen los requisitos del pasaporte y otros documentos indispensables para ingresar al vecino país del sueño americano, pues pueden inscribirse en el 49 Batallón de Infantería, radicado en un punto lejano del norte de nuestra república mexicana, en Baja California, muy pegadito a los E.U.A.
El ejército les ofrece darse de alta en la institución, superándose y brindándoles la oportunidad de contar con un salario, seguro de vida y médico, prestaciones, vacaciones y otras alternativas, solo les piden como requisitos la respectiva constancia de estudios, acta de nacimiento, estatura mínima de 1:58 metros, antecedentes no penales y 18 años cumplidos. Ahi en la esquinita, cerca del billar, los esperan dos soldados, dos mesas y tres sillas...
Muchos pasan de largo, solo echan una miradita al módulo, lo piensan un ratito y dan una, dos vueltas y luego se anotan, pocos son los que cubren con las exigencias emitidas por la Secretaría de la Defensa Nacional, además deben estar en perfectas condiciones físicas para poder incorporarse a la dependencia encargada de la seguridad nacional, cuya misión es resguardar a la nación de posibles ataques a nuestro territorio, misma a la que le han asignado otra tarea de los tiempos moderno, combatir en la esfera de su competencia, el narcotráfico.
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