Estimado editor, con quienes tengo tratos de vecindad o de trabajo opinan de mí que soy un recalcitrante pesimista, que no hay algo o alguien a quien yo le dé mérito. Aciertan. Sólo dormido otorgo beneficios. La vigilia, los ojos abiertos son testigos infalibles de que el mundo está en proceso permanente de descomposición, en constante tragedia. Más que un hombre de lente pesimista, me considero un optimista trágico. El reverso sería un Fernando Morales enviándole misivas varias a Papá Noel a domicilio conocido en el polo norte, todas con la encarecida petición de su gastado Proyecto Gran Visión para Tuxpan.Sin embargo, traicionando esta íntima convicción confieso que este lunes 19 al filo de las once de la mañana se abrió una hendidura en mi ánimo pétreo. Aunque la prensa que pulula en la región guarda el estado de las cañerías, el Noreste hizo excepción y presentó en la sección Tuxpan un genuino ejemplo periodístico. La foto de Juan Ramón Gánem paliacate rojo en mano era demoledora, y el titular, cargado de precisión: “ESTE SUEÑO... Se acabó”. El contenido de la nota salía sobrando, la imagen y el titular contenían todo. Ese es el periodismo de cepa: crudo, cruel, revelador. Por chiripada o por acierto, el Noreste un día hizo periodismo, tuvo mérito... los demás, los otros días, envoltura pa´la tripa.
Gracias.
Miguel Camín.
retratos@gmail.com
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