Por Orlando Segura Hervert.osh_prd@hotmail.com
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
Hebreos 11:1
El pasado 03 de septiembre, encontré al Dr. Miguel Alcantar Rodríguez, eran las tres de la madrugada, su esposa, Beatriz Alvarado Monterrubio acababa de entregar un aperitivo al representante del PAN ante el V Distrito del Instituto Electoral Veracruzano, ahí observé al galeno cansado y al verme me saludó y me dio un abrazo, en ese tenor me otorgó algunas explicaciones del porque del resultado adverso, se negaba a aceptar el veredicto emitido en las urnas, argumentaba una serie de irregularidades cometidas durante la jornada del domingo, compra de conciencias, acarreo de votantes, cambio de lugar de las casillas, cambio ilegal de funcionarios, presión a los electores y al equipo logístico. Los que saben de estas cuestiones, están elaborando la respectiva impugnación, Alcantar no se daba por derrotado, demostraba que acudiría a los tribunales para exigir lo que a derecho les correspondiese, me afirmaba que la historia no terminaba ahí.
Al día siguiente entrevisté a Pepe Mancha Alarcón y me enseño algunos datos que no concordaban, me explicó que estaban armando el expediente para entender que había pasado, porque la gente no salió a votar y el posible fraude electoral cometido desde el interior del IEV con el apoyo de los maestros, me dijo que la acusación era grave pero que no contaba con los elementos para afirmar de manera contundente tal cuestión. Su equipo revisaba una y otra vez los pormenores, las actas de escrutinio y cómputo, los probables excesos en gastos de campaña. Me retiré con la convicción de que los panistas impugnarían el proceso, esa era la nota, misma que fue publicada oportunamente.
La Doctora Bety, una semana más tarde me hizo llegar un mail en donde detallaba que su esposo (Miguel Alcantar Rodríguez), los primeros días se sintió triste, pero que poco a poco fue entendiendo que sucedió antes y durante el primer domingo de septiembre, el comentario fue sellado con una frase que me sorprendió porque refrendaba su fe en el triunfo: “Dios no duerme” y aseguraba que iban a ganar, que se podía revertir el marcador, señalaba que la contienda no fue justa, ni limpia ni transparente. En eso estaban trabajando.
Ayer domingo 18 de noviembre del año en curso, aproximadamente a las 9:30 horas, la Sala Electoral del Tribunal Superior de Justicia, falló revisando 16 casillas de 26, con este aspecto técnico, el resultado cambió, ahora el presidente electo ya no es Juan Ramón Ganem Vargas, a partir de esta fecha, la historia tomó otros aires, el balón ya no está en la cancha del rojo intenso, los azules tienen el sartén por el mango, se hicieron del triunfo por la vía jurisdiccional. El Dr. Miguel Alcantar Rodríguez gobernará por tres años, siempre y cuando el Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal no decida otra cosa, causando entonces sí, una verdadera revolución en el ámbito tuxpeño
En cierta ocasión cuestioné al galeno, le pregunte que pensaba de la fe y me contestó, es la confianza de que todo va a salir bien, me dijo y sonrió, en todo momento se le vio seguro, nunca titubeo, contra viento y marea se sostuvo firme en el triunfo. Me tocó presenciar varios mensajes enviados a los celulares de determinados comunicadores, en el sentenciaba: “Vamos a ganar”.
Ahora hay que observar a los priistas, a ver como reaccionan, si trazan una estrategia de ingobernabilidad o le apuesta a la segunda instancia, la moneda ya no está en el aire, cayó del lado de los que manejaron “transparencia y eficiencia total
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