jueves, 24 de enero de 2008

COMENTARIO DE MIGUEL CAMIN...




Descuidado editor, me meo y me cago de encabronado por el lamentable descuido que ha tenido usted en su papel de administrador del blog. Hoy (ayer miércoles 23) por la mañana lo abro y me encuentro con dos joyitas, ejemplo de la indolencia y la desfachatez: la columna de Observatorio de Joseph y la propia de Fernando Morales. Las dos son unos grises chorizos que invitan al tedio, al bostezo, a la ingesta para el sueño. En el caso del texto del Observatorio de Joseph esto es lo menos comparado con los evidentes horrores de redacción y sintaxis que hacen del manuscrito un galimatías pleno. De entrada hay párrafos enteros que al repetirse estrenan la confusión, y no logro saber si esa Persona Tuxpeña muy Preparada... Doctor en Derecho es Francisco Martín Moreno, o es quien le hace llegar a él –al Observatorio de Joseph— el texto de aquél. Vaya enredo que genera no clarificar lo que se escribe. Nadie debe negarse a una propuesta seria de debate de ideas. Nadie. Pero por lo menos debe cumplirse dos condiciones que favorezcan ese ejercicio intelectual: una: que las ideas sean expresadas con precisión y claridad en su lenguaje; y dos: que el texto que invite a la discusión no sea –como el que reproduce el Observatorio de Joseph—una retahíla de rencores y escozores personales sazonados con una sarna que le provoca Andrés Manuel López Obrador y sus propuestas. La suya es una confesión estomacal, demasiado lejana a un debate político. Si de leer diatribas en contra de AMLO se trata, yo aconsejo consultar las que por lo menos están bien escritas, como las de Pablo Hiriart, José Carreño, Jorge Fernández, Roman Revueltas, Enrique Krauze, Federico Reyes Heroles y otros tantos satanizadores del tabasqueño. Por el contrario, si a las de Felipe Calderón se refiere, hay están las de Julio Hernández, Federico Arreola, Gutiérrez Vivó, Jaime Avilés y otros tantos inquisidores del michoacano.
Sobre el texto de Fernando Morales, afirmo que Morales es sólo una caja de resonancia de un prosupuesto que su único valor es estar de moda, puesto que el término ‘Partidocracia’ en México es más bien una categoría vacía, acuñada y, en consecuencia, propalada, por los medios de comunicación tan apetitosos con las novedades venidas de las academias norteamericanas y europeas. Dice, con equivocado juicio, Fernando Morales: “Por lo pronto tienen al Presidente bajo acoso (se refiere a los tres grandes partidos. Nota nuestra), no sólo lo persiguen personajes demenciales que requieren camisa de fuerza, como López Obrador, Fernández Noroña y Federico Arreola, sino que Calderón actúa bajo la presión de diputados y senadores”; e insiste en su error de apreciación: “La sociedad mexicana enfrenta nuevos desafíos. Si antes el Ejecutivo era su peor enemigo, ahora lo es el Legislativo, representado por partidos rencorosos, vengativos y ambiciosos, que han acorralado fácilmente al Presidente de la República”. ¡Increíble! El Pan (rencoroso, vengativo, ambicioso) ha cercado a Calderón. Vaya tamaño de mentira: Felipe Calderón avaló el acuerdo: reforma electoral y rechazo a la ley de medios por el que esos intelectuales con cobertura televisiva en horario triple “A” chillan y patalean. ¿Cuál partidocracia? ¿Habría algo de raro que los tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial, entraran en acuerdos para acotar el poder excesivo de los grupos económicos poderosos, que nunca se han sometido a la voluntad de las urnas y si en cambio han medrado chantajeando a los gobiernos?
Gracias.
Miguel Camín
retratos1@gmail.com
Pd. Señor editor, para evitar estos descuidos, le aconsejo contrate un corrector de estilo. Le haría bien a textos de algunos colaboradores. Lo digo en buena lid.

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