Por Fernando Morales Rocha…
Orlando una vez te pregunté si tendrían inconveniente en publicarme si revelaba el fruto de mi investigación. Lo que yo consideraba y había concluido como “el lado obscuro del G-12”. Tu respuesta fue que no habría censura. Que lo que se publica no necesariamente es la opinión de la redacción y que es absoluta responsabilidad de quien lo exprese.
Pero como no es un tema de interés público sino particular, asumí no hacerlo. Es muy probable que el amable lector no sepa ni le interese a qué nos referimos con “G-12”. Pero ni al caso viene. Lo que si viene al caso es la “mutilación” de la colaboración del columnista “Retratos”. Evidentemente tendrán razones particulares para ello, que por ningún motivo justifican la “agresión” a libertad responsable de expresión.
Algunas veces, no siempre, se me ha advertido de los contenidos de descalificación hacia mi persona y mi trabajo. No se si la intención es prevenirme o si se espera responda de acuerdo al grado de insulto y denostación o si es una especie de justificación-autorización para su publicación.
Las veces que así ha sucedido, he solicitado a la redacción de VaxTuxpan su publicación; aún y cuando considero ominoso, infundado, vergonzante y deshonesto (por decir lo menos) los puntos de vista que esas “colaboraciones” expresan.
Sabes, podemos no compartir una opinión; incluso, hasta podría ir en contra de principios y valores personales. Pero amordazar, mutilar, coaccionar o censurar, es al menos una descortesía para el autor intelectual y para sus lectores.
Termino mi comentario con lo que VaxTuxpan afirma honrar: Re
“…Esfuerzo colectivo.
Reivindicamos la pluralidad, la libertad de expresión.
Aquellos que se sientan aludidos y no compartan los puntos de vista de quienes nos envían sus columnas, artículos u aportaciones, le otorgamos el derecho de réplica…”
Te saludo con el afecto de siempre.
PD.- Si el autor de la columna Retratos “renuncia” a su derecho de ser resarcida la integridad de su colaboración, sus razones tendrá. Yo ni pido por él ni por su audiencia, sino por el elemental principio de la libertad responsable de expresión. Para que en el futuro nadie se autofaculte en la tentación de dictar a las conciencias lo que debe hacer o no, lo que deba leer o no, lo que deba creer o no, ni de abrogar derechos.
Un fuerte abrazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario