POR RICARDO GAMBOA GUERRERO
r_gamboagmx@yahoo.com.mx
Muchas veces hemos participado en discusiones que giran en torno a la actuación de los políticos, sin embargo, vale la pena detenerse a reflexionar, ¿Qué pasa por nuestras mentes cuando imaginamos un político? ¿Qué virtudes y defectos le adjudicamos a este tipo de personas? ¿Es posible encontrar un tipo distinto o estamos condenados a tener políticos con más defectos que virtudes?
Filósofos como Aristóteles ya daban una opinión al respecto, sin embargo, en esta ocasión citó a Weber quien definió el oficio del político como: “dedicación de tiempo completo a una causa nacional, no personal, ni puramente partidista, sentido de proporción entre ideales y realidades y aceptación de su responsabilidad respecto a las consecuencias de sus decisiones”.
Este tema lo he elegido a raíz del desprestigio que los políticos se han ganado a lo largo de nuestra historia como país. Aquellos que se dicen nuestros representantes nos han hecho perder toda capacidad de soñar y exigir políticos de otra calidad. Será necesario llegar al extremo de tener un político con tanta “honestidad” como el ex alcalde Maluf, de Sao Paulo, Brasil, quien se volvió a postular con el lema "voten por mí, yo robo, pero hago" quien, paradójicamente, resultó a la postre reelegido como alcalde.
Que alguien robe o no robe ¿son cualidades suficientes para preferir a un político por encima de otro? Sinceramente creo que no, creo que la política es una vocación que debe redignificarse.
Desde mi punto de vista, necesitamos políticos acordes a nuestros tiempos, que sepan responder a la altura de los retos que nos exige un país, un estado, o un municipio. Un político profesional más que un profesional en la política.
En mi próxima entrega quisiera compartirles las que a título personal, son las cualidades que deben tener todos aquellos que pretendan llamarse nuestros representantes…
r_gamboagmx@yahoo.com.mx
Muchas veces hemos participado en discusiones que giran en torno a la actuación de los políticos, sin embargo, vale la pena detenerse a reflexionar, ¿Qué pasa por nuestras mentes cuando imaginamos un político? ¿Qué virtudes y defectos le adjudicamos a este tipo de personas? ¿Es posible encontrar un tipo distinto o estamos condenados a tener políticos con más defectos que virtudes?
Filósofos como Aristóteles ya daban una opinión al respecto, sin embargo, en esta ocasión citó a Weber quien definió el oficio del político como: “dedicación de tiempo completo a una causa nacional, no personal, ni puramente partidista, sentido de proporción entre ideales y realidades y aceptación de su responsabilidad respecto a las consecuencias de sus decisiones”.
Este tema lo he elegido a raíz del desprestigio que los políticos se han ganado a lo largo de nuestra historia como país. Aquellos que se dicen nuestros representantes nos han hecho perder toda capacidad de soñar y exigir políticos de otra calidad. Será necesario llegar al extremo de tener un político con tanta “honestidad” como el ex alcalde Maluf, de Sao Paulo, Brasil, quien se volvió a postular con el lema "voten por mí, yo robo, pero hago" quien, paradójicamente, resultó a la postre reelegido como alcalde.
Que alguien robe o no robe ¿son cualidades suficientes para preferir a un político por encima de otro? Sinceramente creo que no, creo que la política es una vocación que debe redignificarse.
Desde mi punto de vista, necesitamos políticos acordes a nuestros tiempos, que sepan responder a la altura de los retos que nos exige un país, un estado, o un municipio. Un político profesional más que un profesional en la política.
En mi próxima entrega quisiera compartirles las que a título personal, son las cualidades que deben tener todos aquellos que pretendan llamarse nuestros representantes…
felicitio al columnista, tiene toda la razon nadie nos puede definir como debe de ser un politico en realidad y que cualidades debemos de buscar para ser uno de ellos, espero que la continuacion de este articulo me deje un buen sabor de boca al igual que hoy.
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