lunes, 14 de julio de 2008

FRANCISCO CHIGUIL. UN AMIGO EN DESGRACIA...



Por Orlando Segura Hervert


En 1979 estudiábamos en el CECyT #3 “Estanislao Ramírez Ruíz”, ubicado en el Casco de Santo Tomás, en el Distrito Federal, ahí asistíamos a recibir las clases de física, matemáticas, química y la especialidad en electrónica. A la hora del receso, a las diez de la mañana, después de escuchar a los maestros explicar los temas de algebra, trigonometría, cálculo diferencial y sus derivadas, acudíamos a probar las exquisitas gordas hechas de chicharrón prensado, con la suculenta salsa borracha o bien, si la lana no alcanzaba, probábamos un gansito con coca cola, el alimento no era por supuesto, nada nutritivo ni dietético, pero con eso calmábamos el hambre.

En esa época, comenzamos a organizarnos en el Consejo Estudiantil de Representantes, después supimos, estaba ligada a la Organización Nacional de Estudiantes, con influencia de la izquierda democrática. En ese período, las becas eran controladas por los porros, aunque la normatividad indicaba que dichos estímulos económicos serían distribuidos entre los mejores promedios, en la realidad dicho precepto no se respetaba, por lo tanto, los alumnos con mejores promedios comenzaron a inconformarse, bajo éste contexto, se empezó a exigir lo que por derecho nos pertenecía, tal decisión, tuvo sus consecuencias, generó la confrontación con los grupos de poder de la institución educativa y con la famosa ODET de tendencia porril, un grupo de golpeadores que defendió con los puños e inclusive con las armas, sus intereses, dicha agrupación se dedicaba a ciertos negocios ilícitos. Tuvimos suerte y así, de esta forma logramos expulsarlos, con el apoyo y solidaridad de la comunidad estudiantil y magisterial. Por cierto, el director Ing. René Torres Bejarano encabezo y se sumó a la lucha estudiantil, recientemente supe, fue diputado de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.

Pasaron los años, en el 2006, al inicio de su gestión, recién electo, el delegado de la Gustavo A. Madero, me recibió en su despacho, concediéndome media hora de su tiempo, de su complicada agenda de trabajo. El despacho era confortable, un escritorio enorme, el tipo portaba reloj, corbata y saco fino, en cuanto me vio le entró la nostalgia, recordó las batallas del ayer. Le pregunté porque afuera había un letrero que lo identificaba como licenciado, le expresé, tengo entendido que eres egresado de la ESIQUIE, y con la sonrisa sureña y el lenguaje jarocho me dijo: “Soy ingeniero químico, licenciado en economía con maestría, éstas últimas las cursé en la Universidad Autónoma Metropolitana”.

Aproveche la ocasión, le pedí chamba, una oportunidad de trabajo, me dijo estamos para ayudar a los amigos, ven por favor en noviembre, habrá cambios y ahí te echamos la mano, se despidió con una clásica palmadita en la espalda, me alejé con la esperanza de encontrar una oportunidad laboral. En la fecha señalada traté de localizarlo, la tarea fue imposible, una “muralla”, su cuñada impedía la entrada a la oficina principal de la delegación, cubría bien su función, a lo máximo que podía uno llegar, era a la puerta y de ahí, el acceso se complicaba.

Hoy el amigo y exdelegado está en desgracia, Francisco Chiguil Figueroa se dejó rodear por un equipo que a la hora de los graves conflictos no supo identificar los problemas, no atendieron los llamados de los ciudadanos, les ganó el burocratismo, varios de sus allegados solo sirvieron para el elogio y no para atender la compleja situación de la delegación Gustavo A. Madero. Fallaron los mandos jurídicos, protección civil, aplicación de reglamentos, establecimientos comerciales, seguridad pública. La renuncia estaba marcada y anunciada y después de la caída de Joel Ortega y el procurador de justicia, el regreso de Chiguil prácticamente está minado.

El infortunio lo provocó un operativo realizado con las patas, 12 muertos en el News Divine, una discoteca en donde no se revisaron las salidas de emergencia, en donde permitieron la venta de licor a menores de edad y en el que se presupone se traficaba con droga.

A diferencias de otras poblaciones, el Distrito Federal, la democracia se impone, es una zona en la que los habitantes exigen y demandas soluciones concretas, por eso, tuvieron que aceptar las voces de inconformidad, el dictamen de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, la justicia está caminando deslindando responsabilidades, a diferencias de otras entidades, en la que la impunidad cobra fuerza, cubriendo los intereses de las altas esferas del poder.

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