jueves, 31 de julio de 2008

LA DURA Y DIFÍCIL VIDA DEL PESCADOR...




Por Orlando Segura Hervert.
Maximino Reyes Vicencio se introduce unos metros a la Laguna de Tampamachoco, nos muestra con una vara que en el lugar en donde anda remando está muy bajo, de esta forma a su entender manifiesta que dicho sitio requiere de mayor limpieza.
Hoy no ha ingerido ningún líquido etílico, la gente ya se acostumbró a verlo con algunas “copas de más”. En esta tarde nos confiesa que cuando va a la pesca, “levanta” lebrancha, chocomite, mojarra y muy de vez en cuando, uno que otro robalo.
Solo recoge diariamente 10 kilogramos con los que subsiste, recibe por dicho producto, aproximadamente $100.00, el resto lo utiliza para el autoconsumo.
Una vez que se lanza a la Laguna, espera obtener el pescado que posteriormente oferta en la cooperativa, en ocasiones le va bien, en otras no tanto.
La pesca se ha reducido; desde su percepción le echa la culpa a la Termoeléctrica “Adolfo López Mateos”, desde que dicha empresa se instaló, se ha visto reducida sustancialmente la producción, no sabe explicar de que manera, pero señala que la laguna no es la misma.
A lo lejos se observa a otros pescadores que andan en la lucha diaria para ganarse el sustento que más posteriormente llevarán a sus familias. A diferencia de Don Maximino, cuentan con mejores lanchas y atarrayas que les posibilitan obtener mas con menor tiempo expuestos al sol.
El entrevistado asegura que todos los días sigue la rutina, a veces a la luz de la naturaleza, o bien en la noche, conforme se presenta la ocasión o su estado de ánimo es como se adentra con su sencillo transporte acuático.
En esta ocasión, uno de los habitantes le pide prestada o rentada la lancha para tomar algunas, el Sr. Reyes Vicencio acepta. Ahí nos comenta como obtiene algunos pesos con su esfuerzo cotidiano.

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