sábado, 16 de agosto de 2008

LAS INUNDACIONES DE 1955 Y 1999, HAN MARCADO A LA SOCIEDAD TUXPEÑA


Por Orlando Segura Hervert.
Efrén García Bautista, cuenta con 60 años, al ser entrevistado por este medio, indica que le ha tocado vivir las dos inundaciones más importantes que se han vivido en el municipio y en buena parte del territorio veracruzano.
Manifiesta recordar muy bien los años de 1955 y 1998, fechas en las que infinidad de familias perdieron sus pertenencias, propiedades, becerros, puercos, cosechas y hasta sus hogares.
Platica con vehemencia, indica que la fuerza de la naturaleza es terrible, nada se puede hacer en contra de ella, salvo prevenir, aplicar medidas para no perder inclusive la vida; pone de ejemplo la reciente creciente del río Tuxpan hace diez años, en aquella época dice que estaba en las calles Genaro Rodríguez y General Prim, el agua lo arrastró como doscientos metros, a pesar de ser una persona pesada, no pudo sostenerse en pie, había remolino y lo que lo salvó fue un cable que afortunadamente no era de alta tensión. La corriente circulaba hacia la dirección de Clavijero.
La memoria lo lleva a 1955, tenía 7 de edad, era un niño y desde muy temprano le tocó observar como creció el río, la contundencia de ese afluente, señala que en aquella época no había protección civil, ni amplios medios de comunicación, fue un período muy diferente al que se está viviendo.
Pide que las autoridades y constructoras diseñen muy bien las obras para que éstas no se derrumben ante el primer golpe de agua, de lo contrario se tendrán que pagar las consecuencias.
En la actualidad viene a Tuxpan de vez en cuando, reside en Coatzintla, pero en esta ocasión, le da por platicar como creció el nivel hasta alcanzar los dos metros de profundidad, en el centro de nuestra ciudad no se podía caminar, algunos lo hacían en lanchas.
En ese tipo de circunstancias, se despierta el lado obscuro de la gente, como cuando varios tuxpeños a “machetazo limpio”, mataron una vaca que tuvo el infortunio de nadar durante varios kilómetros y salio a la altura del Puente Tuxpan, ahí la localizaron algunas personas que se atrevieron a usar sus bajos instintos, en ese mismo lugar se distribuyeron la carne. Ese momento fue muy salvaje, comentan otros individuos que se suman a la charla.

1 comentario:

Anónimo dijo...

mi mamá le tocó vivir la creciente de 1955 en San Miguel, Álamo Temapache, creció el río, ella solo se acuerda que como 4 familias fueron a resguardarse en el techo de la casa de mi abuelo, quitaron unas láminas y pusieron las camas en los tepancos de la casa, mi abuelo le puso bases de chijol la casa era fuerte y no se la llevó la creciente, aguantaron como una semana arriba de la casa hasta que bajo el agua. y comían naranjas y unas gallinas que cocían en puro jugo de naranja y plátanos