Orlando Segura Hervert.
Circula entre empresarios, comerciantes, diversas personalidades, una propuesta en la que se plantea que no hay nada que celebrar el próximo 15 de septiembre, es tan elevado el índice de la ola delictiva, el estado de ánimo de la delincuencia, inseguridad, secuestros que lo mejor es protestar con el silencio.
Señalan que a las autoridades hay que exigirles mas dedicación y esfuerzo en la atención a este problema que está lacerando a la población mexicana y veracruzana, por lo tanto sugieren, callar las voces, los gritos y celebraciones, tal actitud tendría mas poder de convocatoria y así, los encargados de brindarnos seguridad, nos harían mas caso, señala el comunicado enviado vía carta, mail, correo, etc.
El escrito es incisivo y en un tono molesto llama a lo siguiente: “Dejemos que ellos solos celebren las fiestas patrias. Que por primera vez en la historia de este país, el grito de independencia y libertad sea un gran silencio de inconformidad y disgusto. Que sientan los principales lideres y mandatarios de este país que nosotros también podemos darles la espalda. Esto es lo que mueve, esto es lo que hace reaccionar, esto es saber que es tener a un país secuestrado”
Se nota frustración y dolor por lo que está pasando y piden que todos se sumen a una idea que para algunos es calificada como descabellada y para otros tiene cierto grado de sensatez. Argumentan que manifestarse de esta manera es mejor que cien palabras, es más eficiente que mil vítores y fanfarrias para un país que se siente lastimado y agraviado, argumentan que así lo ha demostrado la inconformidad de la gente al marchar por la paz y contra la violencia.
El único inconveniente de la sugerencia es que la gran mayoría quiere festejar, escuchar los mariachis, ingerir uno que otro “torito”, esa bebida hecha con tequila, crema y otros ingrediente que ponen a tono a quienes festejan a su modo la soberanía e independencia de México, algunos se trasladan hasta épocas pasadas y comienzan a comentar e intercambiar opiniones en torno al año de 1810, en la que Don Miguel Hidalgo y Costilla, se levantó en armas en contra de la dominación y colonización española, y una vez que han transcurrido las horas, pues salen de sus recintos, peor que arañas fumigadas, entonando rolas jaiboleras, con letra y música de Joaquín Sabines… “Y nos dieron las diez, y las once, las doce y la una, las dos y las tres…”.
Circula entre empresarios, comerciantes, diversas personalidades, una propuesta en la que se plantea que no hay nada que celebrar el próximo 15 de septiembre, es tan elevado el índice de la ola delictiva, el estado de ánimo de la delincuencia, inseguridad, secuestros que lo mejor es protestar con el silencio.
Señalan que a las autoridades hay que exigirles mas dedicación y esfuerzo en la atención a este problema que está lacerando a la población mexicana y veracruzana, por lo tanto sugieren, callar las voces, los gritos y celebraciones, tal actitud tendría mas poder de convocatoria y así, los encargados de brindarnos seguridad, nos harían mas caso, señala el comunicado enviado vía carta, mail, correo, etc.
El escrito es incisivo y en un tono molesto llama a lo siguiente: “Dejemos que ellos solos celebren las fiestas patrias. Que por primera vez en la historia de este país, el grito de independencia y libertad sea un gran silencio de inconformidad y disgusto. Que sientan los principales lideres y mandatarios de este país que nosotros también podemos darles la espalda. Esto es lo que mueve, esto es lo que hace reaccionar, esto es saber que es tener a un país secuestrado”
Se nota frustración y dolor por lo que está pasando y piden que todos se sumen a una idea que para algunos es calificada como descabellada y para otros tiene cierto grado de sensatez. Argumentan que manifestarse de esta manera es mejor que cien palabras, es más eficiente que mil vítores y fanfarrias para un país que se siente lastimado y agraviado, argumentan que así lo ha demostrado la inconformidad de la gente al marchar por la paz y contra la violencia.
El único inconveniente de la sugerencia es que la gran mayoría quiere festejar, escuchar los mariachis, ingerir uno que otro “torito”, esa bebida hecha con tequila, crema y otros ingrediente que ponen a tono a quienes festejan a su modo la soberanía e independencia de México, algunos se trasladan hasta épocas pasadas y comienzan a comentar e intercambiar opiniones en torno al año de 1810, en la que Don Miguel Hidalgo y Costilla, se levantó en armas en contra de la dominación y colonización española, y una vez que han transcurrido las horas, pues salen de sus recintos, peor que arañas fumigadas, entonando rolas jaiboleras, con letra y música de Joaquín Sabines… “Y nos dieron las diez, y las once, las doce y la una, las dos y las tres…”.
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