Baltazar López Martínez
De plano se pasaron de chorizos los diputados con su ley contra los fumadores. Estoy de acuerdo con ellos en que mi derecho a arruinarme la vida fumando termina donde empieza el derecho de mi prójimo a respirar aire limpio. Sé que las enfermedades derivadas del tabaquismo son un peso enorme para las instituciones médicas del país, y que lo mejor es dejar de fumar de una buena vez. Pero, amigos, los fumadores no somos el diablo.
Algo hay de hipocresía en los golpes de pecho de los diputados. Hasta donde sé, nadie ha macheteado a su compadre después de fumarse un cigarro. El tabaco no forma parte de las estadísticas de accidentes automovilísticos, y no se sabe de alguien que haya cometido un delito bajo los influjos de un Delicados sin filtro. Quiero decir que el alcohol (por no hablar de las demás sustancias embrutescentes) es una carga aún más grave.
Sé que no vale como pretexto siquiera, pero así como están apretando las tuercas a restauranteros y dueños de bares, así nos gustaría que apretaran las tuercas lo necesario para disminuir el daño que le causa a la sociedad la ingesta de alcohol, porque no es onda que lo metan a uno al bote arrestado por fumarse un cigarrito mientras tanto irresponsable maneja borracho causando destrozos y no haya nadie que alce la voz, mucho menos que proponga legislar para ponerles un alto.
A final de cuentas las consecuencias del alcoholismo son aún más devastadoras: enfermedades físicas, accidentes, ausentismo laboral, familias disfuncionales, violencia, y todo ello constituye una carga enorme para la sociedad. Pero es mucho pedir a los señores diputados que empiecen por la realmente importante, cuando sus únicos puntos de acuerdo consisten en elevarse el sueldo y proponer vacaciones para descansar de tanto descanso.
Ahora resulta que debemos reemplacar de nuevo. A pesar del dicho del gobernador, en el sentido de que los automovilistas no lo haríamos durante su mandato, ya lo hicimos una vez, y ahora los diputados locales mayoritearon una vez más para ordenar un reemplacamiento con holograma y chip inteligente, lo cual significa que habremos de pagar de nuevo, con el pretexto de implementar medidas para combatir la inseguridad. De por sí ya estamos ahorcados con tanto pinche impuesto como para que una vez más tengamos que caernos con una feria en las oficinas que comanda Lalo Mejía.
Un dato acerca de la contaminación por los gases de efecto invernadero: la basura orgánica desprende metano, un gas con capacidad de retención de calor 300 veces superior a la del bióxido de carbono. Lo originan, además de la basura orgánica que todos producimos por falta de cultura para aprovecharla en compostas, los cultivos de arroz y la digestión de algunos animales del ganado, sobre todo los rumiantes.
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